77.

802 106 0
                                    

Cuando llegamos a Antigua y subí a mis aposentos me sentí completamente extraña. Estaba como fuera de lugar, como si aquella habitación hubiese pertenecido a otra muchacha y no a mi.

Me deshice de la sábana y me metí en la cama cubriéndome por completo sin poder cerrar los ojos por temor a volver a revivir todo lo que había pasado.

¿Y si entraba Aegon a la habitación? ¿Cómo se suponía que debía de actuar?

Ya no me quedaban lágrimas en el interior que amenazasen con romperme incluso más de lo que estaba. Simplemente me sentía vacia, incapaz de poder reaccionar ante lo que me estaba pasando. Como si Jace se hubiera llevado parte de mi alma con sus acciones.

¿Cómo iba a poder mirarle a la cara de ahora en adelante? ¿Sería capaz de contenerme y no intentar matarle cada vez que sus ojos volviesen a posarse en mi?

Escuché la puerta abrirse y cerrarse, unos pasos caminar decididos hacia la cama y como alguien se sentaba a los pies de esta.

-No deberíais haber ido a buscarme…-susurró Aegon.

Su voz hizo que mi cuerpo comenzara a temblar.

–Hasta que no he visto a Aemond en el cielo con Vaghar no he podido respirar aliviado-terminó de decir.

 -Ahora ya estamos todos…-susurré en un hilo de voz.

-Has venido con Daeron cuando pensé que lo harías con Aemond, ¿Que fue lo que pasó?

Y en ese momento tocó mi fibra sensible porque directamente comencé a llorar con fuerza provocando que él se levantara de la cama y me quitara la sábana del rostro para mirarme con preocupación.

-¿Qué ha pasado?

Se arrodilló ante la cama y me limpió las lágrimas del rostro mientras yo intentaba alejarme de él.

-¡Lyanna!- espetó dejando atrás el suelo y subiendo para sentarme encima de mí logrando inmovilizarme-¡¿Qué diablos te pasa?!

Lloré girando mi cabeza incapaz de mirarle, y solo entonces sentí como rebajaba la presión sobre mis muñecas que había agarrado con fuerza encima de mi cabeza.

-¿Fue Jace?- preguntó soltando mis manos del todo-¿Qué es lo que te ha pasado, Lyanna?

Me miró mientras yo continuaba aún quieta y dejó caer su cuerpo sobre la cama, sin llegar a entrar debajo de las sábanas.

-No tengas miedo…-susurró llamando mi atención mientras él miraba al techo- el miedo que te provoquen solo evitará que continúes viviendo.

Suspiró cubriendo su rostro con su brazo y resopló con fuerza.

-Pero si aparte de sentir miedo,Jace te ha puesto una mano encima debo saberlo ya- se quedó en silencio intentando encontrar las palabras adecuadas- así que no habrá otra oportunidad para que me cuentes lo que pasó, quiero y necesito saberlo ya.

-No cambiará nada que lo sepas…-lloré.

Aegon se quitó el brazo del rostro y tumbandose de costado se acercó a mí, pasando sus manos por mis mejillas, mirándome fijamente a los ojos, como pocas veces había hecho, como si buscara en ellos la respuesta. Pero tras varios segundos así agachó la cabeza y cogió mis manos entre las suyas.

-¿Has bailado alguna vez?- preguntó provocando que yo le mirara con confusión.

-¿Perdón?

-Sé que no hay música pero puedo tararear algo- se puso de pie y rodeó la cama mientras yo le seguía con la mirada- eso sí, te advierto de que tengo malísimo oído.

Sonreí entre lágrimas.

-¿Me estás hablando en serio?-pregunté observando como él me extendía su mano.

-Como aquella mañana en mi cabaña -contestó- cuando nos habíamos olvidado por un momento que había más humanos habitando este mundo.

Me humedecí los labios y sin apartar la sábana de mi cuerpo me puse de pie aceptando su mano.

Le miré con atención mientras él me guiaba hacia el centro de la habitación y cuando comenzó a tararear no pude evitar soltar una sonora carcajada.

-Oh, suena horrible- uní las cejas sin poder dejar de reir.

Aegon esbozó una sonrisa ignorandome, y tras besar la punta de mi nariz, con mi mano aún sujeta a la suya me hizo girar sobre mí misma.

-¿Has perdido la cabeza?- pregunté embelesada.

-Me has hecho perder la cabeza..-contestó dejando de tararear- desde el primer instante me hiciste perder la cabeza con tu belleza.

-¿Con mi belleza?-arqueé una ceja.

-Eres hermosa, Lyanna, hermosa e inteligente- puso los ojos en blanco- y recuerdo cómo después de pasar la primera noche junto a ti en la cabaña, solo deseaba y anhelaba que hiciste frío para tener una excusa para abrazarte, pasear por la Fortaleza Roja hasta encontrarte e intentar fingir algo de indiferencia cuando en realidad me moría por llamar tu atención.

Me reí cuando pasó sus manos por mi cintura levantándome ligeramente del suelo.

-Me gusta la forma en la que enfrentaste a mi dragón interior- sonrió- todos buscaban matarme y tú lo hiciste de forma poética.

Me dejó en el suelo y besó mi frente con delicadeza.

-Me enamoraste…-susurró mientras mis ojos volvían a llenarse de lágrimas- y eso no habrá nada que lo cambie.

Agaché la cabeza dejando que una lágrima resbalara por mi mejilla y me aferré a su mano con el corazón acelerado.

-Me ha violado, eso ha hecho el…

-¿Fue Jace?-preguntó obligándome a levantar la cabeza con sus manos para fijar la mirada en sus ojos que parecían haberse tornado más fríos- ¿Te forzó él?

Asentí entre lágrimas.

-¡Joder!- golpeó con fuerza la pared, sobresaltandome.

Se giró de nuevo para mirarme y tras resoplar salió apresuradamente de la habitación provocando que yo corriera detrás de él.

-¡Voy a matar a ese desgraciado!- gritó cuando Aemond que caminaba por el pasillo le impidió el paso-¡Déjame pasar!

-Aegon no…-sollocé detrás de él- solo conseguirás que…

-Jace está muerto- me interrumpió Aemond- tu misma lo mataste.

Aegon se giró al escuchar aquello y me miró con enfado.

-¿Le has matado?

-Sigue con vida-confesé.

Los dos hermanos se miraron y desviaron la mirada a la vez cuando Daeron les miró apareciendo por el pasillo.

-Coge tu espada y siguenos- dijo Aegon apartando a Aemond de un empujón- ese malnacido se ha sentenciado a muerte.

La chica del antifaz// Jacaerys Velaryon & Aegon Targaryen Where stories live. Discover now