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Me había quedado dormida, Helena había tardado tanto en volver que tras todo el esfuerzo hecho había caído rendida hasta que sentí como alguien me quitaba a mi hija de entre los brazos.

-Soy yo…-susurró Daeron tranquilizandome.

Le miré aún adormilada y sonreí sin apenas tener fuerzas.

-Será la niña más hermosa de todo poniente- dijo él acariciando el rostro de su sobrina y provocando que yo me fijara en las heridas de su mano.

-¿Que ha pasado?- pregunté incorporándome- ¿Dónde has estado?

Agarré su mano sin esperar su respuesta y fruncí el ceño asustada.

-No es nada…-susurró él con incomodidad apartando la mano de la mia- solo he discutido con Aemond.

-Daeron…-susurré- deberías controlar tus ataques de ira…

Suspiré sabiendo que era completamente inútil intentar meterle algo en la cabeza.

-¿Sabes que he soñado?- volví a agarrar su mano y besé sus nudillos provocando que él dejara atrás su seriedad y esbozara una ligera sonrisa- he soñado que mi padre sostenía a mi hija entre sus brazos.

-Estaría encantado de llevarte ante él si no supiera que no te dejaría volver conmigo.

-¿Y si lo hiciera?- pregunté entusiasmada- Cualquier padre estaría feliz de ver a su hija feliz.

-No soy tu esposo y todos me acusaran de haber abusado de ti- alejó la mano de mí.

Me mordí el labio sabiendo que todo lo que decía era cierto.

-Bueno…-susurré encogiéndome de hombros- si mi padre no puede ver a mi hija, al menos el padre de ella si debe verla.

-¿Aegon?

Asentí viendo cómo él ponía los ojos en blanco.

-Iré sola.

-¿Crees que te dejaré estar con Aegon a…

-Debo contarle lo de su hija-le interrumpí- me da igual que se haya encerrado en una coraza y se refugie bajo cientos de muros, debe saber que Rhaenys es suya.

Daeron desvío la vista hacia la niña y asintió besando su frente con suma delicadeza.

-¿Quieres que sea ahora?

Asentí.

-Ya  me he dado un baño y he descansado-dije apartando las sábanas- creo que es el momento perfecto para ir.

Daeron me miró mientras me levantaba y me peinaba el pelo con los dedos con algo de nerviosismo.

-¿Crees que estoy bien?- pregunté.

-Eres preciosa -sonrió con tristeza caminando hacia mí y entregándome a la niña- fuerte y valiente.

Apoyó su frente en la mía y pasó su mano por mi nuca.

-Si te rechaza recuerda que no le necesitas,¿De acuerdo?

-Podrá rechazarme a mí, pero a su hija…

-Procura acordarte de mis palabras-se separó de mí y se dirigió hacia la puerta- no dejes que mi hermano te borre la sonrisa.

Caminé hacia él viendo cómo me abría la puerta y acercándome besé su mejilla.

-Más tarde te buscaré y te contaré cómo ha ido- dije saliendo al pasillo y comenzando a caminar.

Besé la mejilla de Rhaenys intentando controlar mis nervios que agitaban mi interior y cuando llegué a la puerta de Aegon tras recorrer los pasillos cogí aire y abrí la puerta.

-Te vengo a mostrar algo…-susurré iluminada apenas con una vela en su mesilla.

Aegon se incorporó y desvió la vista hacia la pequeña niña que yo portaba en mis manos. Ese gesto fue suficiente para que yo rompiera en llanto.

-Sé llama Rhaenys..-susurré asustada y temerosa por su reacción.

Caminé hacia él y me senté en la cama.

-Esta niña surgió del amor…-me expliqué humedeciendo mis labios- de dos personas que se amaban pero que no podían estar juntas.

-¿Te refieres a nosotros?- preguntó él intentando ocultar sus quemaduras bajo las sábanas.

Asentí frunciendo el ceño cuando él soltó una sonora carcajada.

-No será el primer ni último bastardo que vaya a tener- levantó la mano y señaló la puerta- ahora pido que se respete lo que he pedido, no quiero que nadie entre aquí.

Le miré con atención y agaché la cabeza desviando la vista hacia nuestra hija.

-Llevas sangre de mis enemigos corriendo por tus venas, fue un completo error poner siquiera mis ojos en ti,así que sal de aquí y hazte a la idea de que yo morí ese día en el que mi cuerpo se desfiguró por culpa de Lucerys.

Me levanté sintiendo como mi corazón se desgarraba, pero me mantuve firme mientras él me daba la espalda.

Tenía cientos de cosas que decirle, pero no le dije nada.


La chica del antifaz// Jacaerys Velaryon & Aegon Targaryen Where stories live. Discover now