58.

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Me puse de pie cuando empecé a escuchar la respiración pesada de Daeron, prueba de que ya había caído en un sueño profundo.

Intentando hacer el menor ruido posible caminé hacia la puerta y la abrí saliendo al pasillo donde la oscuridad abrumadora me invadió.

¿Por dónde iba a empezar a buscar? ¿A caso sabía dónde estaba la habitación de Aegon?

Caminé por el pasillo a paso acelerado y abrí la puerta cerca de donde había visto a Helena hablar con la sirvienta.

¿Estaría Aegon en esa habitación?

Entré en aquella habitación alumbrada solo por una pequeña vela al lado de la mesilla de noche y me sorprendí al no encontrarme a nadie en la cama.

Miré a mi alrededor en busca de alguna pista y mi corazón se aceleró al ver una botella de vino en una mesa.

-¿Aegon…

Cerré la puerta y me dirigí al centro de la habitación, solo entonces escuché unos pasos en el pasillo y por instinto caminé de espaldas hasta pegar mi cuerpo a la pared.

Y jamás me lo hubiera esperado, la puerta se abrió y Otto Hightower me miró con el ceño fruncido.

-¿Qué haces aquí?- preguntó entrando y cerrando la puerta a sus espaldas.

-Lo..lo siento, me he equivocado- me armé de valor y caminé hacia la puerta, pero él se posicionó delante impidiendome seguir avanzando.

-Has cambiado mucho desde la última vez que te vi…-susurró rozando con su dedo mi brazo desnudo,obligándome así a retroceder- eres toda una mujer, hasta llevas dentro un nuevo Targaryen que nos ayudará en esta guerra que aún mantenemos.

Di un paso hacia atrás asustada intentando pensar en una forma de salir de aquél lugar.

-Debería volver con Daeron…

Una sonrisa se dibujó en el rostro de Otto que no dudó en dar otro paso hacia mí.

-Mi nieto es muy afortunado, yo en cambio llevo mucho tiempo solo..-puso los ojos en blanco y se frotó las manos bajo mi atenta mirada- hace mucho que no tengo a una mujer debajo de mi.

-No sé qué está insinuando, pero yo debería volver junto a mi futuro esposo-me moví hacia la izquierda y él me imitó cerrandome el paso.

-Te has metido en la alcoba de dos de mis nietos, les habrás hecho sentir un placer inmenso- camino de nuevo hacia mí mientras yo continuaba retrocediendo- pero ellos son críos en comparación conmigo, yo te haría disfrutar como una verdadera mujer.

-¿Se está escuchando?- pregunté aterrorizada mientras buscaba algo a mi alrededor con lo que golpearle- soy una mujer que está esperando un hijo de su nieto.

Me repasó con la mirada mientras yo con incomodidad me cubría el pecho.

-Si no se aparta gritaré, y créame si le digo que Daeron acudirá al instante-mentí sabiendo que el sueño profundo de mi futuro esposo jamás iba a dejarle escuchar mis gritos.

Otto me miró durante un instante, pero cuando dió una gran zancada grité empujandole con la intención de escapar de él.

-¡Daeron!

Me revolví cuando me agarró de los brazos y me lanzó encima de la cama provocándome el llanto al sentir un fuerte dolor en el vientre.

-Si no quieres por las buenas deberá ser por las malas- me agarró del pelo y yo le escupí en la cara intentando escapar de él.

-¡Daeron!- grité de nuevo, rezando por qué se levantará de la cama.

Pero Otto me golpeó, me abofeteó tan fuerte que me dejó inmóvil mientras aprovechaba ese momento para deshacerse de su camisa con rapidez.

Se abalanzó encima de mí y me toqueteó con desespero mientras yo sollozaba con fuerza, sabiendo que no tenía forma de escapar de él.

Me sentí humillada, asqueada y sucia cuando sus labios besaron mi cuello ignorando por completo mis súplicas.

Estiré la mano intentando alcanzar el vino de la mesilla y cuando lo logré golpeé su cabeza con toda las fuerzas que pude.

Esta vez fue él el que soltó un grito, y con rabia me agarró del cuello con sus dos manos ahorcandome.

Mi rostro se enrojeció y fui perdiendo el aire mientras intentaba deshacerme de su peso encima de mí.

Sus ojos estaban repletos de rabia, era como si aquel hombre me odiara con todas sus fuerzas.

Cuando dejé de moverme, dejó de presionar sobre mi cuello y me levantó el camisón al mismo tiempo que yo intentaba recuperar el aire.

Sabía que me violaría, que no tenía fuerza ni modo de escapar de su cama y tras ver cómo me había casi matado al dejarme sin aire, no me resistí por miedo a que le hiciera algo al niño que aún llevaba en el vientre.

Se comenzó a desabrochar el pantalón, sin importarles mi llanto, pero se quedó a medias cuando alguien abrió la puerta de golpe sobresaltandole.

-¿Se puede saber qué haces?- preguntó Aemond dirigiéndose hacia su abuelo-¿Acaso no hay más mujeres en este castillo?

-Fue ella la que vino a mí-se defendió Otto.

Y yo continúe en la cama, con el camisón a medio subir y sintiéndome completamente humillada y asqueada conmigo misma. Dejando que las lágrimas cubrieran mi rostro y parte de las sábanas vi como Aemond se acercaba a mí y me decía algo que fui incapaz de escuchar.

Después de eso, me cogió en sus brazos, bajándome el camisón y se dirigió hacia la puerta, dedicándole una fría mirada a su abuelo.

Me llevé una mano al vientre asustada, sin poder dejar de llorar de impotencia.

-No le digas a Daeron esto- dijo él dejándome en el suelo al salir de los aposentos de Otto- solo crearias un conflicto que…

-¿Los hombres pensáis que siempre vais a hacer lo que queráis con nosotras?- sollocé incapaz de gestionar mis emociones- ¿Lo único que te importa es que Daeron no se entere de que su abuelo estuvo a punto de violarme para que así no le haga nada?

Aemond ignorándome me agarró de la cabeza y fijó su mirada en mi cuello mientras yo giraba caminando hacia la puerta de los aposentos de Daeron.

-Joder, te a dejado la marca de los dedos- dijo siguiendome.

-¿Quieres que no le diga nada a Daeron?- pregunté aún llorando- llévame a los aposentos de Aegon y seré una tumba.

Me giré de nuevo y él me miró sorprendido,  al instante resopló sabiendo quien había podido darme esa información. Pero justo cuando fue a darme una respuesta, la puerta de mis aposentos se abrió y Daeron nos miró adormilado.



La chica del antifaz// Jacaerys Velaryon & Aegon Targaryen Where stories live. Discover now