16.

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Me aparté de Aegon e intenté aparentar no estar algo mareada y confundida.

-Jace se ha ido- dije girandome- ya no tenemos que fingir.

-¿Fingir?- preguntó.

-Jace me ha ofrecido ser su amante-puse los ojos en blanco- solo quería mostrarle que yo estoy con otro y que no necesito nada de él.

Aegon volvió a acercarse a mí, tanto que mi respiración se entrecortó.

-Aunque debo decir que me ha sorprendido tu beso- agaché la cabeza con timidez al tenerle de nuevo a escasos centímetros de mí- no me imaginaba que besaras tan bien.

Eso pareció agradar a Aegon que desviando los ojos de nuevo hacia mis labios, dejó que su dedo me los rozara.

-Si supieras todo lo que sé hacer bien…

Sonreí y solté un grito cuando me levantó del suelo dejándome caer sobre su hombro.

-Aegon no….-dije intentando no levantar mucho la voz mientras dejaba escapar una risilla nerviosa- si Delnay vuelve a…

-Le cortaré la mano- me interrumpió él sin dejar de caminar- pero debes comprender que no puedes provocarme y marcharte dejando el fuego encendido en mi interior.

Salimos de la Fortaleza Roja y solo entonces me dejó en el suelo.

-Me diste tu palabra- le miré frunciendo el ceño- por alguna extraña razón sigo pensando que la cumplirás.

Aegon sonrió de medio lado y me ofreció su mano.

-Monta conmigo en mi dragón-dijo- no voy a faltar a mi palabra aunque me muera por arrancarte ese camisón.

-Aegon…-susurré aceptando su mano y sonriendo cuando tiró de mí.

-No es momento de decirme que no quieres que te hable así- puso los ojos en blanco conduciendome hacía Pozo Dragón.

-Debo volver- dije intentando zafarme de su mano- no quiero meterme en problemas.

Él dejó de caminar y resopló.

-¿Prefieres volver?- preguntó.

-Te he besado para enfadar a Jace- dije acercándome más a él- creo que por hoy es suficiente.

Me giré y caminé de nuevo hacia los jardines sintiendo un ligero cosquilleo en mi estómago al escuchar los pasos de Aegon detrás de mí.

-Nadie abrirá la puerta de tu habitación está noche- dijo detrás de mí- y supongo que tampoco nadie abrirá la mía.

Me giré caminando hacia atrás.

-Me diste tu palabra ¿Lo recuerdas?

-En una cama se pueden hacer más cosas que lo que tu mente algo enfermiza y perversa se imagina.

-¿Mi mente enfermiza y perversa?- me hice la ofendida.

-Yo solo quiero dormir contigo- se encogió de hombros acercándose peligrosamente a mí- como lo hicimos la noche anterior.

-La noche anterior pensabas que era Helena la que te acompañaba-puse los ojos en blanco.

Momento que aprovechó el para volver a agarrarme provocando que yo soltara una risa nerviosa.

Levantó con su dedo mi mentón y volvió a besarme conduciendome inevitablemente hacia el interior del castillo.

-Aegon, nos pueden ver y ¿Qué pensarían de mi?

Me agarró con fuerza de la cintura levantándome ligeramente del suelo y esbozó una sonrisa con sus labios rozando los míos.

-Que piensen lo que quieran.

Me dejó de nuevo en el suelo y con su mano en mi nuca volvió a besarme bajando cada una de mis defensas, provocando que me olvidará de las advertencias de Melisa y de la primera vez que le había conocido.

Subimos las escaleras sin apenas darnos cuenta y cuando llegamos a sus aposentos frenó de golpe apartándose de mí.

-Decide rápido, Lyanna- cerró la puerta desprendiéndose de su camisa- ¿Continuo cumpliendo mi palabra o nos olvidamos de eso?

Di un pasó hacia atrás con el corazón acelerado y las imágenes de la primera vez que le conocí invadieron mi cabeza.

-¿Me hubieses violado?-pregunté provocando que sus aposentos se sumergieron en un inmenso silencio mientras él fruncía el ceño con confusión.

-El día que nos conocimos, cuando ibas acompañado de dos hombres- caminé hacia él- ¿Lo hubieses hecho?

Él suspiró y volvió a ponerse la camisa.

-Seguramente sí- dijo con sinceridad- no te conocía.

Se me formó un nudo en la garganta y aparté los ojos de él.

-¿Qué es lo que te resulta placentero de eso?- terminé de caminar hacia él- ¿Ver llorar y sufrir a una mujer mientras tú la fuerzas a hacer cosas que no desea te resulta placentero?

-Lyanna…-susurró - no lo estropees todo ahora.

-Te besé para enfurecer a Jacaerys- le apunté con mi dedo dejando que las lágrimas resbalaran por mis mejillas- hombre del que tendrías que aprender más.

-¿Un hombre que te pide ser su amante te parece un hombre honorable?- preguntó esta vez agarrándome de los brazos para impedirme salir de sus aposentos.

-¿Ibas a hacer tú otra cosa?- me giré desviando la vista hacia su cama- ¿Crees que los rumores sobre tí no iban a llegar a mis oídos?

-Me has seguido hasta mis aposentos tu sola- su rostro se endureció mientras me soltaba- me has besado tú sola, si no hubiera sido por esa noche, ¿Hasta dónde hubieras llegado tú?

Esquivé su mirada con nerviosismo y tragué saliva.

-Me equivoqué, no te conocía Lyanna, sé que no debí hacerlo y…

-Dejalo Aegon- puse los ojos en blanco y abrí la puerta de sus aposentos mirando hacia los lados por temor a que alguien pudiera verme- creo que hemos cometido un error.

Y salí cerrando la puerta de sus aposentos.

-¿Qué haces aquí?

La voz inconfundible de Daemon me sobresaltó y solté el pomo de la puerta asustada girándome hacia él.

Para mí sorpresa, me apartó de la puerta y la abrió clavando su mirada en Aegon.

-¿Puedo saber por qué Lyanna sale de tus aposentos a estas horas?-preguntó Daemon posando su mano sobre el pomo de su espada.

Aegon me miró y desvió sus ojos hacia Daemon.

-¿Desde cuándo yo tengo que darte explicaciones de las chicas a las que meto en mi….

Y no terminó la frase, Daemon caminó hacia él mientras hablaba y le propinó un fuerte puñetazo.

La chica del antifaz// Jacaerys Velaryon & Aegon Targaryen Where stories live. Discover now