29. Jacob; el Alma Dorada.

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Tras su plática vespertina, Yunki y Luke regresaron a la casa donde Jung aguardaba sentado en la sala. Los recibió de brazos cruzados. Cuando Luke le pidió que lo acompañara para hablar con Sam sobre el progreso de JK, al psiquiatra no le fue difícil adivinar que él y su amorcito tramaban algo, pero cometió un error; el de confiar en el juicio de ambos. El "cuida a JK y no salgan de la casa" que advirtió severamente a su esposo fue ignorado de cabeza.

En cuanto Luke y Jung cerraron la puerta, Yunki corrió emocionado a la habitación de su sobrino, entró sin tocar y, al hallarlo dormido, tuvo una maliciosa idea. Se deslizó sobre las mantas para recostarse tras el más joven, sólo esperando a que alguien lo notara y...

¿¡Qué!? Tú tienes esposo ¡Sal de la cama de mi novio!

Vy le propinó un latigazo en la cara y, ya que sorpresivamente el golpe fue recibido, no dudó en usar otro de sus adis para tirarlo de los pies hasta botarlo al suelo. Yun no podía parar de reír y JK apenas despertaba, alterado por el alboroto.

— Qué feo —el tío sacudió la cabeza supuestamente decepcionado al ponerse de pie—, nunca me habías tratado así.

— Yunki —JK se sentó en guardia, intuyendo que algo malo pasaba— ¿Qué quieres?

— Charlar contigo a solas.

No lo creo, no me das buena espina y a JK tampoco —alegó Vy, quien se percibía de pie y de brazos cruzados junto a él.

Yunki lo escuchó, alzó una ceja en descontento volteando hacia él; lo percibía perfectamente, clavando una mirada amenazante en sus ojos. «¿Él sí puede verme?» Vy dio un paso atrás, confundido ¿De dónde creía Yunki conocerlo? «¿Y por qué, ahora que le pongo atención, tengo esta sensación de deja vu?».

— Yo sé algo de la desaparición de Tete que tú no —pasando de Vy, el mayor intentó directa y descaradamente llamar la atención de JK.

— No me interesa. —tajante, su sobrino lo cortó señalando la puerta de la habitación.

Espera, Kookie... —Vy titubeó, no sabía ni qué decir pero ansiaba esa información. Notó la diminuta sonrisa que su intervención provocó en el hombre de ojos felinos. «¿Ahora qué hago? Papá dice que Yunki es raro, pero se puede confiar en él»— Quizá no esté de más escucharlo; es tu tío, siempre te ha creído y padece lo mismo que tú ¿Cierto? Merece oportunidad de compartir su experiencia contigo.

Te tengo mucha estima, tío Yunki, pero me causas escalofríos —JK amedrentó con la mirada—; tu presencia me congela la espina a veces... Y, con lo poco que sé de lo que Übermensch hizo contigo, prefiero no saber más.

— ¡La muerte me abrazó demasiado fuerte! Algo de ella habrá quedado en mí —ofendido, Yun alegó con ambas manos en el pecho como si aquel fuese un argumento y él una víctima— No me juzgues por parecerme al Schwarze Mann, no es mi culpa.

Y se fue. Dando un portazo, Yunki se fue por el pasillo supuestamente dolido, conteniendo una sonrisa que se amplió como la del gato del país de las maravillas al oír pasos acelerados tras él.

— ¡Yun! Espera... —JK podía creerse mucho, pero cayó fácilmente en la carnada puesta por su tío, empujado sutilmente por su novio; ambos, sabiendo que no sería bueno para él— ¿Qué... ¿Qué me querías decir?

— Será una charla tranquila, lo prometo. Es sobre algo que tienes que ver del otro lado de la isla ¿Me acompañas? Podemos recoger mariscos para el almuerzo —volteó inocente y animado.

Está bien, Kookie, yo te acompaño esta vez —Vy apoyó.

— Pero él no puede venir —impuso el mayor señalando detrás de su sobrino donde, sabía, estaba Vy—, si se entromete no diré nada. Es personal... Su alma es dorada y cálida como un sol —meditativo, esbozó nostálgico dulzor en su semblante—, hasta donde me sea posible, no quiero involucrarlo; merece vivir su linda vida sin amarguras del pasado... "La felicidad de un vivo vale más que la memoria de un muerto", Vy. Espero no lo hayas olvidado.

ÜbermenschWhere stories live. Discover now