14. Invitado Especial.

184 40 53
                                    

Afecto, orgullo y alegría brillaban en los ojos de Luke en compañía de su humanito. A su vez, los sentimientos de Vy fueron otro gran "golpe dulce" para el supuesto Übermensch. Antes de lo previsto, su arrogante enfado se quebró en pánico.

—Odio esto, odio esto, me siento disfrazado, papá ¡es ridículo! — JK casi lloriqueaba.

Él mismo sabía que pasaría; no tenía el temple necesario para permanecer estoico y, bajando la coraza de sarcasmo y odio que contruyó usando sus propios miedos, sólo quedaba él... el verdadero JK, con sus emociones erráticas, inseguridades y carencias expuestas. Se sintió patético reconociendo un par de verdades, al menos para sí mismo.

Le gustó ser mimado por su papá. Le gustaba vestir así, verse bien y que otros se lo dijeran. Quería ir a la reunión para sentir que aún pertenecía a alguna parte; que su familia aún lo quería. Pero también era pesimista. Sabía que de no ser encarado por actos pasados, ni fastidiado con resentimiento disfrazado de "bromas", simplemente sería ignorado toda la noche.

Recibir la indiferencia que siempre pidió; que se la restregaran por la cara era, de pronto, lo que más temía.

Porque ser ignorado, ser orillado a la soledad por la fuerza, es lo mismo que siente un alma tras la muerte.

— ¡Basta! No quiero estar ahí.

Los gritos mordaces de su propio monstruo interno fueron, por un instante, más fuertes que su cordura, haciéndolo dar pie atrás en la sala y casi tropezar con la mesita para café. Luke regresó, alcanzó a verlo, «otra vez...», negó con la cabeza, su pecho hundido en angustia; humanito estaba mal. Era la segunda vez ese día que lo veía entrar en pánico, aparentemente de la nada.

—¡No! —bufó el menor al ser retenido por los hombros, negándose a verlo a la cara, mas no forcejeó ni se apartó— ¡Ellos! ¡Tú...

Trata bien a tu papá —Vy fue claro, evitando a tiempo el explosivo empujón que JK estaba por soltar—. Él te ama. Si te sientes mal por la reunión, sólo dile, explícale y entenderá.

—Calmate, Kookie~ —musitó el padre con suavidad digna de un arrullo, acariciando su mentón.

El menor alzó la vista, sus grandes ojos brillantes, perdidos, conectaron con los que eran iguales a los suyos, aceptando apoyo. Asintió soltando el aire, aflojado la tensión en sus músculos. Un breve pero fuerte abrazo lo compuso, cual sacudida a una máquina agripada; su sistema volvía a funcionar.

Luke no sabía exactamente qué pasaba, pero hacía un tiempo asumió que su hijo, padeciera o no de angst, estaba mentalmente enfermo y necesitaba ayuda. Fue la razón por la que pidió consejo, dejó las altanerías con él y pidió a sus cercanos hacer lo mismo. Si JK merecía o no un buen trato era totalmente cuestionable, pero ¿Luke? Por no causar aún más angustia al abatido padre, todos estaban dispuestos a hacer un esfuerzo y recibir a su "hijo pródigo".

— Todo va a salir bien —aseguró el mayor siendo paciente— Sólo dime ¿De qué tienes miedo?

— De nada, papá —y ahí iba el hijo, riendo hipócrita y acomodando su ropa para recuperar el temple. Vio a su padre ir por un vaso de agua— ¿De qué podría tener miedo? Sólo... me desagrada la gente, me voy a aburrir un inferno.

— Podemos llegar un poco tarde si gustas, así pierdes menos de tu tiempo —propuso ofreciendo el vaso que fue aceptado al instante, mas JK vaciló al recibir algo discretamente en su otra mano. Era una píldora— sólo es un calmante natural, ya sabes, para que no te agites. Tómalo o deja... —JK cortó sus palabras al tomarlo sin chistar.

Bien, eso te ayudará. Tú puedes JK —animó Vy.

— Papá, mmh... ¿Tienes una cámara chiquita? —dudó señalando el dron revolotear junto a ellos— Es que... no quiero descuidar mi experimento, pero el dron es...

ÜbermenschDonde viven las historias. Descúbrelo ahora