25. Trocito de Paz.

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**Corrección de una pequeña errata 😔 Desde el comienzo postulé que el asteroide llegaría en el año 288, pero será en el 289. Mis disculpas, y me ahorro la larga explicación de cómo pasó😅 solo diré que tiene que ver con las estaciones del año. JK en este punto de la historia vive el invierno del hemisferio norte, por lo que acaba de llegar enero del 289**

El repicar de las gotas de lluvia sobre la cúpula cristalina volvía acogedor y relajante el ambiente dentro de la casa. Crujían los maderos quemándose en la chimenea, tanto como las entrañas por el aroma de la carne asándose en el horno. Jung y Yunki eran ruidosos, no paraban de charlar, canturrear y hacerse bromas mientras preparaban el almuerzo en la cocina americana. Eran de esas parejas que continuamente se están insinuando cosas por lo bajo; cosas de las que JK, tratando de concentrarse en la televisión y dándoles la espalda, hubiese querido no saber.

Una semana tras su llegada a las Galápagos, el joven astrónomo vivía días silenciosos. Gastaba el tiempo viendo televisión con Loretta, aprendiendo a tocar el piano con Yunki, o charlando tranquilamente con Jung y Solar. Trataba de atar cabos sueltos dentro de su mente, mantener un mínimo de concentración, sabiendo que los medicamentos tenían mucho que ver con su risa ligera y esa divertida sensación de pisar nubes... Entonces ¿Dónde estaba el silencio? dentro de su mente. "JK ya no atacaba a JK", por decirlo de alguna manera. Bastaba con observarlo ¿Cuando en su miserable vida se había dignado a ver una serie de televisión de la Era Pasada? El entretenimiento Untermensch, es decir del siglo XXI, siempre le pareció una pérdida de tiempo, comidilla para mentes holgazanas. Pero ahí estaba, riendo junto a Loretta mientras veían "Thats 70" Show" en un día lluvioso, abrigado con Suga en su regazo, las mejillas sonrojadas por la falta de sutileza de sus tíos y el estómago gruñendo en espera por un almuerzo que, además de ser grasoso, no preparó él mismo.

«Me saldrá panza», sonrió palmoteando la barriga peluda de su gordito mandarina.

— ¡Tengo hambre~! —Loretta rugió derritiéndose agónica en el sofá hasta quedar de cabeza— Papá~ Ya no aguanto~ ¿Cuánto falta?

— Come una fruta —ofreció Jung amablemente, significaba que faltaba bastante para sacar la carne del horno. Yunki en tanto le aventó una mandarina a su hija.

JK rodó los ojos, que Loretta y Yunki se aventaran cosas era de todos los días, no obstante, la recién declarada guerrilla fue interrumpida por el sonido metálico de la puerta principal al abrirse.

Ligeramente mojado y con los ojos redondos por la sorpresa con la que lo recibió el clima de la isla, Luke cerró la puerta tras de sí. Mentiría de decir que no salivó cuando el aroma de la carne golpeó en sus fosas nasales, sacudió la cabeza para concentrarse: los presentes se congelaron expectantes por su inesperada visita. Su hijo, en cambio, no tardó un segundo en ponerse de pie y caminar hacia él, ignorando la queja del gato.

Recibió a su papá con un fuerte abrazo, soltando lo que quedaba de su angustia en un suspiro. Cerró los ojos, acomodó el mentón en su hombro y sonrió a gusto entre sus brazos; su mayor le correspondió.

Se escucharon un par de torpes disculpas que estuvieron de sobra. El mutuo y repentino "te amo" fue lo mejor que ese par de retrasados emocionales pudo dar. Sin embargo, el simple abrazo en el que se contuvieron, y las lágrimas contorneando sus sonrisas, hubiesen sido suficientes para aclarar todo.

Ambos estaban mejor, mucho mejor.

Vy y su papá, en cambio: no.

«Debería estar feliz», razonaba el joven Adia admirando la escena, sin conseguir sentir como quería. Tendido boca arriba en su cama, un par de lágrimas cosquillearon en el rabillo de sus ojos, deslizándose hasta perderse en su cabello. Los adis descansaban inertes, su cuerpo entero era un lastre, negándose a moverse.

ÜbermenschOn viuen les histories. Descobreix ara