1. Soy Übermensch.

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**Nota: La palabra "Untermensch" significa "último humano", aludiendo a la sociedad actual y sus defectos.

"Übermensch" es "sobre humano", aludiendo a una utópica sociedad mentalmente superior a la existente. Ambas palabras, así como otros términos en la historia, los he tomado de la filosofía de Nietzsche.**

Los antiguos buscaban la piedra filosofal; convertir los metales ordinarios en oro y plata

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Los antiguos buscaban la piedra filosofal; convertir los metales ordinarios en oro y plata. En el siglo XXI de la Era Pasada, la búsqueda continuó pero, en lugar de transformar los metales, lo que se buscó fue la mejora del mismo ser humano. Según ellos, lo que lo permitía no era la alquimia, sino el conocimiento.

Intentos vagos, pero populares, fueron los libros de autoayuda, los que cualquier filósofo tacharía como una completa basura, pero... ¿por qué?

-"El hombre ha nacido libre, pero vive en todas partes entre cadenas". J.J. Rousseau -leí, sentado en un rincón de la biblioteca.

La biblioteca del hospital psiquiátrico en el que me encerraron.

«"Éxito", es lo que buscan entregarnos esos libros, pero ¿Qué significa realmente y quién lo decide?», medité.

-Tarados... -reí absurdo.

Quizá un poco tarde, pero entendí a Rousseau; los libros de autoayuda enseñaban a ser "amo", es decir tener éxito laboral, dinero, amistades, popularidad... Pero, «eso no es más que poner flores a las mismas cadenas que nos atan».

-"Absurdos. ¿No saben que Dios ha muerto?" -seguí leyendo con una sonrisa ladeada.

Todo era tan gracioso en aquel punto de mi vida. De la vida de la Tierra, en general... Nadie tenía razón, y no importaba ya.

-El mensaje que gritaba el loco no era para los creyentes, sino para los ateos y su dios; la Ilustración -continué-; el progreso, el método científico y la lógica se convirtieron en el dios del siglo XXI. Suena bien, pero su extremo es utópico. Inhumano. Lo que Übermensch nos obligó a vivir.

«¡Bah! Llorones», reí. Reí desquiciado, tratando de no llorar ni gritar, para que no me regresaran a mi habitación.

«¡Übermensch nos mantuvo a salvo de nosotros mismos!». Aún quería creerlo. Quise refugiarme en ello con desesperación, pero... Hacía años había caído en el más profundo nihilismo.

«En el universo todo es azar, nada permanece ni tiene significado. Un día creímos ser el centro del universo; la verdad, todo lo que la humanidad ha alcanzado a ver, es menos que un grano de arena en el infinito y oscuro océano de la existencia».

Cerré el libro de golpe. Lo lancé lejos, enfurecido, pateando la mesa y las sillas tras las que me había ocultado. De momento aquel era mi presente, y lo odiaba... Lo odiaba tanto...

Déjenme ponerlos en contexto con un descarado e impreciso resumen, el que irán entendiendo mejor a lo largo de mi historia.

El origen de mi pesadilla se remonta a mediados del siglo XXI, cuando científicos y ocultistas jugaron con lo que no debían: consiguieron crear el gen de la eterna juventud. El cromosoma YNK.

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