TREINTA Y UNO

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Alexandra

-El cumpleaños de tu padre está listo, tenemos planeado irnos a la casa de campo que le presto tu tío Robert, sería lindo que vinieras unos días y te desoejaras de todo cariño-.

Saque la cuchara de mi boca que tenía helado de chocolate, cuando trabajaba muchas veces amaba poder comer algo dulce y delicioso así que de vez en cuando comía chocolates, caramelos, palomitas con caramelo o todo lo que sea que llevara dulce ¡Lo amaba! Y a pesar de que corría el riesgo de que se ensuciaran mis planos pero necesitamos comer algo dulce. Deje la cuchara dentro de mi helado y tome correctamente mi celular en la mano.

-Lo sé mamá, pediré permiso para ir el fin de semana espero que no haya problema... Estoy en un proyecto muy grande y voy a penas en la mitad de los planos-. Suspiré.

Recargue mi espalda en el respaldo de mi silla de escritorio.

-Bueno cariño solo espero puedas venir y vengas acompañada con alguien-.

Reí ante la insinuación de mi madre de que yo tenía a alguien en mi vida, pero la verdad es que le fallaba su intuición como madre, porque no, no tenía alguien conmigo por así decirlo ya que Alessandro casi pasaba el tiempo en mi departamento que es su casa y eso era algo realmente extraño para pues desde que llegó de Sicilia y habíamos aclarado las cosas sobre la situación en la que estábamos nosotros follabamos todo el tiempo hasta podría llegar hacer algo agotador pero luego no era así, llegaba del trabajo y el tenía la cena preparada eso al principio fue algo extraño para mi pero al fina me aclaro que no todo el tiempo sería sexo también podíamos hacer algo más que irnos a la cama y darnos placer y la verdad es que no me quejaba era mala para la cocina y destetaba el estar comprado comida de restaurantes, tenía que aprender a cocinar si algún día me casaría aún que eso no era un requisito el que yo tuviera que cocinar, seré mujer pero no sirvienta de nadie así de fácil y sencillo era esto. Pero como dije Alessandro se había quedado toda la semana conmigo y parecíamos compañeros de cuarto e incluso era considerado con Moka y eso muy lindo de su parte.

-Mamá iré sola y ya, no tengo a nadie por ahora-. Rodé los ojos.

-Bueno, tu podrás mentirte a tu misma y querer engañarme a mi pero este último tiempo te he notado más relajada y más animada. Pero si dices que no tienes a nadie, no tienes a nadie... Cariño de irme tú padre ya casi llega a iremos a bailar, te amo no olvides cenar-.

-Te amo mamá, saludos a papá-.

Mamá colgó y yo por un momento me quede ahí sentada en mi silla pesando en el cumpleaños de papá ¿De verdad me veía cambiada? O más bien me oía de forma diferente, bueno tal vez mi mamá dijo eso porque casi no nos vemos y es raro que hablamos por teléfono tal vez por eso me oyó diferente a parte de que me sentía con más ganas de hacer cosas, el proyecto de James me tenía muy... ¡Mierda! ¡James! Mire la hora en el reloj de la pared y eran a penas las cinco de la tarde seria la fiesta cumpleaños de su padre y él vendría por mi ¡Carajo! Me levante como alma que lleva el diablo para entrar al baño y darme una ducha, joder como se me pudo olvidar por completo que era la fiesta hoy.

Me di una ducha y salía nuevamente rápidamente de ahí para comenzar alistar e no puedo creer que lo haya olvidado yo nunca olvido nada, bueno al menos las cosas importantes nunca las olvido pero esta vez lo olvide, odio cuando me pasa eso me da una especie de ataque de ansiedad. Me maquille de una forma muy elegante nada exagerado no quería parecer un payaso, Julieta me había hecho el gran favor de ayudarme con el vestido que usaría para la fiesta, era de un rojo muy lindo y elegante de manga larga y pedrería negra, me gustaba mucho y mi antifaz era de encaje negro. Rice mi cabello de las puntas para darle más volumen, me puse un ligero y mis medias para colocarme las zapatillas negras con zuela roja.

Al verme en el espejo de cuerpo completo me quedé completamente impresionada por lo que veía ante mis ojos, joder, cuando me esperama en arreglarme si que me veía tan bien si tuviera muy alto mi ego y mi narcisismo me casaría conmigo misma. Sonreí, me di una vuelta logrando que mi vestido se moviera de forma elegante y hermosamente bien, toque la tela una vez más y quede enamorada de lo que estaba sintiendo.

El sonido de la puerta siendo abierta llamó mi atención.

-Alex, traje lasaña para... -.

Alessandro dejó de hablar cuando me vio salir de la habitación, su mirada me recorrió de arriba abajo y yo solo me sentía nerviosa de lo que estaba sintiendo, me miraba como su hubiera visto una obra de arte o algo más.

-¿Te gusta?-. Pregunte feliz.

Alessandro dejó la bolsa de comida en la mesa de la cocina/comedor para acercarse a mi poco a poco.

-Te vez muy elegante y muy sexy... Yo creo que si deseabas tener sexo conmigo de forma elegante me lo hubieras dicho para prepararme de igual forma-. Sonrió coqueto.

Se acerco a mis labios dándome un beso tierno pero que poco a poco fue subiendo el ritmo, que más desearía poder follar con el ese momento pero el tiempo corría y James no tardaría en llegar por mi, luego de nuestra pequeña aventura de una noche las cosas han ido... Bien por así decirlo, me trataba como siempre me trata desde el momento en que nos conocimos y eso me agradaba claro que no perdía el tiempo en coquetear conmigo y yo con él.

Aleje Alessandro de mi y sonreí tomando un poco de aire, este hombre me robaba hasta el aliento.

-Alessandro perdoname, pero esta noche no tengo que ir a una fiesta-.

Frunció el ceño.

-¿Una fiesta? ¿Con quién? ¿Julieta?-. Se cruzó de brazos.

Rodé los ojos negando con la cabeza y dándome media vuelta para ir a mi alajero para tomar mis aretes pequeños.

-No, no es con Julieta es con James Ferry así que estarás solo creo que toda la noche puedes quedarte bien televisión o lo que quieras pero no traigas a ninguna mujer a mi casa ¿Entendido?-. Terminé de poner mis aretes.

Volví la vista Alessandro que miraba su teléfono y luego a mi.

-Descuida tengo plan esta noche, iré con una chica a un bar, pero por cualquier cosas me llamas-.

Sonreí, se veía tan sereno y tan tranquilo que pensé que haría un drama porque me iría con James, me volví acercar a él para besarle los labios.

-Bien, mañana podremos comer la lasaña y tendremos sexo ¿Te gusta la idea?-.

Me tomó de la cintura para acercarme a su cuerpo y besar delicadamente mis labios.

-Me excita esa idea-.

Mi teléfono comenzó a vibrar era un mensaje y al verlo James me decía que estaba abajo. Volví a Alessandro para besarle una última vez.

-Te veo al rato, adiós-.

Y salí del departamento no sin antes tomar la invitación que estaba en la mesa del correo y mi bolso.

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