DOCE

3.2K 165 6
                                    

Alexandra

Nos encontrábamos en un restaurante discreto en el centro de Sicilia, ere elegante y con toda la estructura rústica de esta linda isla, Alessandro se veía entre nervioso y a la vez coqueto conmigo y yo somo me encargaba de hacerlo sufrir un poco. Ya que mientras íbamos en el auto, porque el manejo, no paraba de verme las piernas y claro darle una que otra mirada a mi escota y me alegraba no haberme puesto sujetador, él deseaba hacerme conversación pero yo solo contestaba de forma cortante o solo cambiaba del todo el tema y eso se veía que le frustraba pero yo por dentro estaba más que feliz de que eso sintiera.

Mi celular comenzó a vibrar y vi que era un mensaje de Julieta.

"Que descarada te fuiste y no avisaste perra"

Sonreí ante su mensaje y no dude en contestarle.

"Perdona, pero prometo contarte los detalles"

-¿Con quien hablas?-. Pregunto Alessandro mirándome con seriedad.

Frunci el ceño ante su pregunta ¿Cuál es su problema? Pero no iba a indagar en saber el porqué le molestaba el que to hablará con alguien así que lo único que pude hacer fue sonreírle coqueta, guarde mi celular en mi bolso, entrelace mis dedos y mis coso estaba sobre la mesa y recargue mi barbilla en mis manos.

-¿Le afecta?-. Seguí sonriendo.

Él tomó una pose media extraña de molesta, se recargo a un más en la mesa mirándome con seriedad y susurro.

-Quieres dejar de hablarme de usted-.

-¿Porque? ¿Le afecta?-. No borraba mi sonrisa y haciendome la desinteresada.

Él iba a responderme cuando el mesero nos trajo nuestra bebidas, yo había pedido una mimosa y en esta había una cereza acompañada de una rodaja de naranja, no dude ni un segundo en tomar la cerza de la copa para así llevarla a mi boca para comerla en un movimiento sexy y sensual mirándo de vez en cuando a Alessandro que se veía sumergido en sus pensamientos mientras me veía comer aquella fruta. Alessandro paso un poco de saliva al ver cómo comía y se movía incómodo e incluso podría decir que inquieto en su lugar, podría jurar por lo más sagrado de mi vida que él estaba teniendo una ereccion en ese momento y no descansaria del todo al verlo rendido a mis pies o al menos darle entender que no me tendrá tan fácil como él cree.

-Porque tenemos la misma edad y me haces sentir viejo-.

Me encogí de hombros sin volver a darle mucha importancia, nos quedamos callados por largos minutos y comenzaba aburrirme mucho, el me seiro nos tomó la orden para el almuerzo y en lo que esperamos seguíamos callados, él miraba de vez en cuando hacia la ventana y yo miraba mi celular ya que tenía algunos mensajes de mis padre preguntado como estaba y si estaba bien, no les dije nada de lo que había pasado con mi mano porque se podrían histéricos y no dudaría en tomar un vuelo a Sicilia para asegurarse de que estuviera bien, así que no dije nada, luego de mi incidente como las muñecas cortadas mis padres siempre estaban siempre al tanto de lo que me pasaba, a veces era algo asfixiante que fueran así pero aún así yo les agradecía que me cuidarán pero que no exageraran, en cierto punto yo lo provoque por hacer lo que hice.

-¿Qué te paso en la mano?-. Pregunto.

Mire mi mano que estaba vendada aún y rápidamente baje mi mano a la mesa para poder cubrirla, pase un mechon de mi cabello detrás de mi oreja con mi otra mano.

-Eso no es de su incumbencia-. Mire a la una mesa que estaba vacía.

Oi un poco de movimiento de su parte y entonces cuando lo mire él estaba a un lado de mi sonriendome, me tomo de mi mano lastimada logrando que me quejará un poco de dolor ante su toque, miró con atención mi mano vendada y acerco sus labios para besarla ¡¿Qué mierda?! ¿Qué mierda estaba haciendo? Dejó de besar mi mano y volvió a mirarme, que puta mierda ¿Porque lo hacía? Trague un poco de saliva al ver cómo él poco a poco se iba acercando a mi haciendo que el espacio entre nosotros fuera un poco niño, casi nuestras narices se rozaban y yo estaba estando en pánico, paso su lengua por sus labios haciendo verse muy sexy y sensual porque fue un movimiento de su miembro bucal muy sensual que por un momento me pregunte ¿Qué se sentirá si él me la mete a la boca o a...? ¡No, ni loca! Aleje mi mano de la suya y no respiración estaba acelerada.

-¿Porque te pones tensa cuando estoy tan cerca de ti?-.

Nuestras respiraciones se podían mezclar por completo, pensé que esto sería fácil y que podría joder lo fácilmente pero yo misma me estaba jodiendo ante mi pésimo plan de seducirlo y dejarlo con las ganas, pero no podía, yo me estaba muriendo de ganas por besarlo y saber a que limite podíamos llegar pero no podía, era cobarde y miedosa.

Nos miramos a los ojos por unos largos segundos e incluso cuando sus dedos rozaron mi barbilla sentía que me estaba derritiendo por dentro y de seguir así me entregaría a él. Entonces no pude hacer más, no podía seguir más ahí sentada cerca de él, lo empuje como pude para así ponerme en pie y salir corriendo de ese lugar no podía mentirme a mi misma ya que nunca lograría que Alessandro Torricelli me rogara o que hiciera lo que yo deseara sino al contrario yo haría lo que el deseara y ese no era el punto, no podía engañar a nadie era insegura aún conmigo misma de poder hacer algo con un hombre si desde hace un año no me acostaba con nadie y ahora teniendo a Alessandro cerca de mi me demostraba a mi misma que no podía hacerlo.

Salí del restaurante sin saber qué hacer en ese momento y no me importaba ni una mierda di Alessandro creería que yo era una chica muy rara por haberme ido de esa forma yo necesitaba iba irme de ahí.

El sonido de un claxson me asuto y más cuando una mano me tomo de mi brazo para que no me atropellaran y al ver a Alessandro ahí delante de mi tomándome de la cintura sin despegar la mirada de mi me sentí agradecida de que me salvará la vida. No dijimos nada solo nos miramos sus ojos y los míos eran una perfecta combinación entre marrones.

-Debes tener más cuidado-. Susurro cerca de mi nariz, debido a la diferencia de estatura.

Yo mire todo su rostro, joder, era muy guapo.

-Debo irme-.

Pero cuando iba a darme media vuelta el simplemente se negó a soltarme y solo lo mire confundida ante su agarre.

-No te vayas, quédate, quédate conmigo-.

Sus palabras me dejaron un poco impresionada e incluso podría jurar que sonaban sinceras pero no podía permitir que el me volviera a lastimar.

-No, me voy adiós señor Torricelli-.

Y salí corriendo de ahí y de él, no podía más si el señor De Arango me deseaba correr que me corriera pero yo no podía permitir estar más tiempo ahí, Alessandro me haría daño yo estaba segura de eso y no podía permitir que me lastimara o me humillara otra vez.

Quédate Conmigo +18Where stories live. Discover now