ONCE

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Alexandra

La luz del sol atravesaba la cortina de mi habitación, joder, no tenia ganas de levantarme ni de hacer nada en el día, pero tenia que trabajar para poder así irme de Sicilia lo antes posible ya que no deseaba estar más ahí porque sentía que cada día me estaba volviendo completamente loca y la verdad es que no deseaba estar cerca ni del señor Torricelli ni de Alessandro así que solo esperaba terminar el trabajo para poder así volver a casa, aun que ahora no me sentía tan sola ya que Julieta había tomado el primer vuelo de París hacia Sicilia solo para asegurarse de que yo estuviera bien luego de lo ocurrido con mi mano y se lo agradecí mucho de que ella hubiera estado conmigo en un momento así como el que estaba pasando, estaba tan feliz de tener a mi mejor amiga en Sicilia, hace dos días habíamos salido a desayunar en un restaurante tan elegante y la verdad es que no podía darme ese lujo pero ella insistió y yo no me negué más. 

No había visto mucho a Alessandro, solo paso una vez en esos dos días en que lo vi llegando a la empresa de su padre acompañado de Elena, sentí que el estomago se me revolvía por completo, pero no quise hacerle caso a nada de eso, después de eso no lo vi más y al que me encontré fue a Ignacio quien fue completamente honesto conmigo diciendo que trabajaba para la familia Torricelli y esperaba que no me molestara por eso, pero la verdad es que no estaba molesta, sorprendida si, pero no quise decirle nada de que conocí un poco a Alessandro, Ignacio me pidió mi celular para así poder estar en comunicación y así, no parábamos de hablar tanto por llamada como por mensaje y me agradaba en verdad. 

Uno toques en mi puerta de mi habitación comenzaron a sonar, con todo la poca energía en ese momento me levante de la cama para ir a la puerta y al estar ahí me encontré con un botones con un ramo de flores en sus manos. 

-¿La señorita Scott?-. Dijo él con su típico acento italiano. 

-Si, soy yo-. 

-Le mandaron esto-. 

Tome las flores blancas con cuidado, realmente eran hermosas y de seguro eran muy costosas, le agradecí al chico y cerré la puerta nuevamente ¿Quién me pudo traer flores? las coloque en la mesa que estaba debajo de la televisión y dentro de ellas había una pequeña nota. Abrí la pequeña hoja y así comenzar a leerla. 

"No sé cuales sean tus flores favoritas o si son de tu agrado pero me tome el atrevimiento de darte unas flores en son de paz, me gustaría mucho que me acompañaras a comer algo y no acepto un NO por respuesta, pase por ti a las once espero este lista. A.T" 

No puede ser...No puedes ser...¡No puedes ser! 

No puedo creer que el no se de por vencido por completo, no puedo creer que tenga el maldito descaro de invitarme a comer y no aceptar un No por respuesta ¿Y ahora que hago? mire la hora en el reloj que estaba en la mesita de noche y apenas eran las diez de la mañana ¡Debe estar loco! joder no puedo creer que me este haciendo esto a mi y yo no puedo creer que mi maldito corazón este palpitando tan rápido y tan descontrolado de solo pensar en lo que podía pasar entre él y yo ¡Obviamente no tiene que pasar nada! él tiene una novia y yo...yo no tengo nada con nadie pero no puedo dejarme llevar por mis emociones. Solté un suspiro cansado ¿Qué debo hacer? 

Me quede por unos minutos sentada en mi cama pensando en lo que debía de hacer, podría negarme por completo a ir con él, podría dejarlo plantado y desaparecer, pero entonces algunas palabras de las que siempre me había dicho Julieta es que debo ser una Bad Girl, que debo hacerle ver su suerte de no poderme tener, podría hacerle pagar todo lo que me hizo y por lo que se nota o me ha dado entender es que ninguna mujer se le a negado para nada y eso lo mata. Me puse de pie de mi cama y camine al espejo completo que estaba en mi habitación mirándome por completo, él me deseaba se veía a leguas que me deseaba con desesperación y haría lo que fuera para meterse conmigo...entonces ¿Por que no divertirnos un poco con él? que sepa lo que es que jueguen con alguien y él me dio las armas para jugar. Sonreí por completo y me adentre a la ducha. 

Al bajar a la estancia del hotel me sentía completamente sensual y deseada ya que todos los hombres que pasaban enfrente de mi me miraban sin ningún tipo de descaro ya que mi vestimenta era provocadora e incluso perfecta, una falda de seda negra pegada a mis caderas resaltándolas por completo, una camisa de manga larga amarrada en mi estomago y los primeros botones desabotonados y no estaba usando sostén, mi cabello estaba completamente suelto y planchado haciéndolo ver aun más largo de lo normal, mis tacones y mi bolso. Entonces cuando su mirada recayó en mi pude ver perfectamente bien como pasaba saliva y casi su mandíbula caía al suelo, ahí esta, como lo quería. 

-Señor Torricelli-. Salude con las misma formalidad de siempre. 

-A-Alexandra-. Dijo con dificultad y después aclaro su garganta-. Alexandra te vez muy bien-. 

La verdad es que no iba a negar que este hombre era sensual y perfecto, estaba completamente impecable y me gustaba como lucia con ropa casual, pero él no tenía porque enterarse de que se veía perfecto. 

-¿A donde iremos?-. Cambie el tema. 

-Iremos a un lugar discreto donde podremos...pasarla a gusto y platicar sin interrupciones-. 

Me acerque a él haciendo que nuestra cercanía ya fuera completamente nula, lo mire desde su torso hasta sus ojos y sonreí coqueta. 

-Si quería ir a mi habitación lo hubiera dicho y hubiera subido-. 

Sus ojos se volvieron aun más oscuros y su respiración comenzó a ser acelerada, tengo por completo. Y cuando iba a contestarme algo yo me adelante. 

-Pero vamos, me muro de hambre señor Torricelli-. 

Me aleje de él mientras que por dentro me moría de risa de solo ver su reacción ante mi coqueteo. 



Quédate Conmigo +18Where stories live. Discover now