VEINTIDÓS

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Horas antes

Alessandro

-Bien hijo, me dirás el porqué estás aquí o solo veniste a saludar a viejo amigo-. Sonrió Julián tomando asiento en su silla de escritorio.

Sonreí de igual forma, la verdad era que Julián de Arango no del todo mi agrado era un hombre con un extremado ego para su bajo tamaño además de que también se creía un hombre poderoso y que era totalmente intocable cuando en realidad este hombre se podía quebrar en cualquier momento, se creía como mi padre, pero en realidad no era así, le faltaba mucho para ser con mi padre y tener el poder que mi padre tenía, pero si Julián se creía un hombre con mucho poder y que podía manejar a todo el mundo como al se le antojaba pero no era así, pero Julián tenía algo que a mí me interesaba y era Alexandra Scott, yo la quería a ella y por eso había venido a París para poder verla y hacerla mía, lo bueno es que mi padre comentó que ella trabajaba para Arango así que no era tan difícil de buscarla.

Luego de verla en su oficina y decirle que la vería tenía que aclarar unas dudas en mi cabeza, algo me decía que la chica yo la conocía pero si alguien tenía el poder de buscarla era un viejo amigo mío que tenía la agilidad de buscar a las personas pero necesitaba información por completo para poder buscarla, así que Julián podría informarme de ella.

-La verdad es que vine por placer, espero no le digas a mi padre-. Sonreí con descaro.

Julián me miró y solo asintió con la cabeza.

-Alessandro yo te quiero como propio hijo, así que no te preocupes ¿Quien es ella?-.

-No quiero entrar en detalles Julián, pero necesito además que me des información sobre Alexandra, hizo un fantástico trabajo para mi padre y quiero confiar en ella-.

Guardamos silencio por unos segundos hasta que el movió algo en su escritorio y me entregó un folder blanco, sonreí como niño con juguete nuevo y abrí el folder. Y ahí estaba el expediente de ella solo decía su antiguo trabajo, su edad cuando entró a trabajar con Julián y la universidad en donde había estudiado y nada más y claro cuanto ella estaba ganando con él y el pago no era muy bueno que digamos y la verdad es que mi padre le pago mejor que el idiota de su amigo, maldito explotador, era verdad que mi padre le pago muy bien pero esto era realmente ridículo el pago que él le estaba dando para lo que ella hacía.

Cerré el folder y se lo entregue a Julián, acaricié mi barbilla con mi mano y luego me puse de pie arreglando mi saco.

-¿Eso es todo?-. Pregunto el hombre mayor delante de mi.

-Si, tengo una cita, tu me entiendes-.

Mentí.

Julián sonrió y asintió con la cabeza deseandome suerte con mi cita falsa, la verdad es que su suerte me la pasaba por el trasero, nunca me agrado Julián nunca me agrado y ahora lo que hacía con Alexandra no me gusta nada ya que me molesta que ese idiota la tenga con un salario como eso. Así que simplemente sonreí con hipocresía y salí de su oficina y del edificio, necesitaba ir con mi amigo y así fue en cuanto salí le mande un mensaje a Carl para que me consiguiera toda la información posible, subí a mi auto rentado y maneje hasta mi cuarto de hotel, necesitaba darme una ducha si la vería en la noche.

Una que salí de la ducha en mi computadora me llegó un correo de Carl.

Para: aless@gmail.com
De: carlms98@gmail.com
Asunto: Información

Abrí el archivo y comencé a leer e incluso había fotos de ella y ahí entendí todo, era ella, ella era Alexandra Scott la chica que Elena le decía cerdita, mierda, estaba tan jodidamente impresionado por lo que mis ojos estaba viendo, las busque por mucho tiempo pensé que jamás la volvería a ver pero ahora que veía sus fotos cuando estaba en el instituto y como estaba ahora a Elena le iba a dar un infarto cuando se diera cuenta de la mujer sensual que se había vuelto aquella chica que molestaba, bueno, ya la conoce pero no la reconoce y menos yo pero ahora que la veía sabia quien era.

Leí su biografía, leí todo lo que ella había hecho en el tiempo que no supe de ella y era verdad la busque, la busque para pedirle disculpas por lo que Elena le había hecho pero cuando fui a su casa dos días después ella no estaba, realmente no sabía de qué iba la broma de Elena pensé que solo la llenaría de lodo pero cuando me dijo que le pidiera que se quitara la ropa creía que iba hacerle algo menos cruel de lo que le hizo e incluso le quite la ropa a Elena para devolvérsela a Alex pero ya no la encontré y la busque por la carretera y nada y me preocupe pero no volví a saber de ella y se fue de la escuela pero  nadie lo noto pero yo sí.

-Te encontré Alex-.

Tiempo actual

Sus ojos seguían fijos en algún punto de la habitación, abrazaba a sus piernas con fuerza mientras mordía su uña de su pulgar, arregle mi camisa y me sente en la orilla de la cama.

-¿Desde cuando lo sabes?-. Pregunto ella sin mirarme aún.

Solté un suspiro.

-Eso no importa-. Me acerque a ella tomando su rostro haciendo que me mirara-. ¿Porque no me dijiste la verdad?-.

Alex se soltó por completo de mí agarra poniéndose de pie de la cama, camiando de un lado a otro sin saber qué hacer o decir parecía que estaba entrando en pánico hasta que se detuvo y me miro.

-¿Qué esperabas Alessandro? Que te dijera: Hola Alessandro ¿Te acuerdas de mi? Soy la chica que humillaste hace diez años, no me reconoces porque ya baje de peso y me veo decente ¿Vamos por un café?-. Paso una mano por su cabello.

-¡No! ¡No esperaba eso, pero al menos que le bajaras a tu teatro de ponerte renuente conmigo!-.

-¡Y que querías Alessandro! Que follara contigo desde el primer momento en que te vi, no seas ridículo-.

Azotó sus manos a sus costados, me puse de pie y la tomé de su rostro dando pasos hacia atrás para encerrarla entre mi cuerpo y la pared de lo que creo era su closet, nuestras respiraciones estaban agitadas y se combinaban a la perfección, nuestros labios casi se rodaban pero no estaba pasando a más, me excitaba de solo verla así de agitada. Nos miramos a los ojos y los suyos estaban llorosos, recargue mi frente a la suyas quedándonos así por unos segundos.

-Te busque por mucho tiempo, deseaba disculparme contigo por lo que paso y lo que hice-.

Las lágrimas de Alex comenzaron a salir de sus ojos, tenía unos ojos muy lindos.

-¿Porque... Porque me haces esto?-. Pregunto alejándose de mi.

-Porque, porque nadie se marece vivir lo que tu viviste Alex y yo me quiero disculpar contigo por eso-.

Alex no dijo nada por unos segundos, pensaba en lo que acaba de decirle hasta que nuestras miradas se encontraron y nuestros labios se besaron.

-Eso es un, si me disculpas-. Dije sojre sus labios.

-No hables, solo follame-.

La toma de su cintura para cargarla y llevarla a la cama, sería una buena y larga noche.

Quédate Conmigo +18Where stories live. Discover now