VEINTIOCHO

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Alessandro

No dejaba de mirar mi teléfono, desde hace unos días Alexandra no había contestado mi mensaje y sabía perfectamente que lo había visto y no tuvo ni si quiera la decencia de contestarme y decirme algo con palabras o al menos un maldito emoji de una carita o cualquier mierda así, pero no solo me dejo en visto y la verdad es que no entendía él porque me estaba sintiendo tan ansioso por que ella no me contesto ¿Quién se creía? y no voy a negar que también le llame y nada ¡No me respondió! ¿Quién se creía? me sentía tan desesperado por saber de ella y detestaba todavía más la necesidad que sentía de tenerla cerca, la verdad es que no se lo que me estaba pasando pero deseaba estar con ella, saber como estaba y si me deseaba como yo la deseaba a ella, claro que lo hacía lo notaba cuando posaba mis manos sobre su cuerpo, notaba la forma en como su pulso de aceleraba y sobre todo como la respiración se le cortaba. Eso era más que suficiente para mi ego el saber que yo era el que le proporcionaba ese placer y ese deseo y viceversa, ella me hacia sentir con mucha lujuria y de solo recordar cada momento que hemos vivido en la cama ¡Puta mierda! me ponía duro de solo pensarla desnuda con esos pechos tan perfectos, esas caderas tan grandes y ese culo ¡Joder ese culo! 

Pase una mano por el costado de mi cabello y bebí de forma rápida mi whisky, lo necesitaba con desesperación y con mucha necesidad al terminar de tomarlo tome mi celular le volví a escribir otro mensaje para ver si estaba vez me iba a responder, tenia unas ganas enormes de salir de esta puta reunión de mierda y de hipócritas para ir con ella y tomarla con lo que sea que estuviera cerca de nosotros y follarla a tal grado que ella no pueda caminar en varios días. 

-¿Estas bien?-. 

Mire a mi hermana que se veía muy hermosa con su vestido blanco decorado con algunas flores estampadas, su cabello corto estaba sujeto de un lado por unos pasadores con algunas perlas, se veía sencillamente hermosa, mi hermana nunca le ha importado el dinero si fuera por ella viviría en uno de los suburbios un poco elegantes de Sicilia y haría una vida normal, pero para mi padre sería un verdadero drama que uno de sus hijos desearan vivir en un modo así y la verdad es que eso yo mismo deseaba, vivir en un lugar donde pudiera ser yo mismo con mi arte y mi música, pero no, estaba completamente estancado a esta vida de hipocresía y compromisos arreglados. 

Le sonreí a mi hermana y la abrace por sus hombros dandole un beso en su sien. 

-Si, lo estoy-. No se para nada convencido. 

María me miro con una pequeña sonrisa de compresión, mi hermana y yo a veces no teníamos la necesidad de decirnos lo que sentíamos solo con la misma mirada o con nuestra forma de actuar sabíamos que algo no estaba bien en nuestras vidas. Y mi vida y la de ella estaba estancada, María sabia que no estaba enamorado de Elena que solo estaba con ella por compromiso no por amor y era verdad, no la amaba y eso se notaba a leguas cuando ponía miles de pretextos y trabas para no poner una fecha de compromiso, se que ella deseaba que nos casáramos ya e intentaba muchas cosas para poder que yo diera mi brazo a torcer e incluso controlar mi vida, pero nunca podía. 

-¿En que piensas? desde que llegaste te ves raro, como si estuvieras ansioso ¿Qué pasa?-. 

Me separe de mi hermana, paso un mesero y le entregue mi vaso para tomar uno lleno y así como lo tome de la charola de plata me lo bebí por completo necesitaba alcohol para poder tolerar lo que restaba del día en esta mierda. Hice un pequeño gesto al sentir el fuerte sabor del licor en mi garganta. 

-Nada, solo que sabes que las cosas con Elena no están del todo bien y ella me esta metiendo presión para que vivamos juntos y la verdad es que eso es lo que menos deseo ni casarme ni vivir con ella-. Solté un suspiro. 

-¿Qué piensas hacer?-. Se cruzo de brazos y se recargo en la pared. 

Nuevamente pase una mano por mi cabello y negué con la cabeza. 

-La verdad es que no lo sé y ya por más que quiera atrasar esto no podre hacerlo por mucho tiempo-. 

Nos quedamos en silencio por algunos segundos mirando a toda la gente que estaba en el jardín de la casa de mis padres festejando su aniversario pero más parecía una reunión de negocios que una aniversario de bodas ya que mientras mi papá atendía a sus invitados más importante mi mamá solo estaba parada con las esposas hablado de no se que mierdas pero se veía que mi padre estaba algo incomoda y lo único que hacia era la mejor que podía hacer, fingir una sonrisa hipócrita o una sonrisa incomoda y yo no deseaba una vida como la que mis padre llevaban. Mi teléfono comenzó a vibrar y por un momento pensé que era Alexandra pero no, esa esperanza se acabo por completo cuando era Milo diciendo que iría de fiesta con unos amigos y deseaba saber si yo quería ir, pero no estaba de animo para ir algún lado además de que si yo iba a una fiesta tendría que ir con Elena que estaba con su madre haciendo la vida social y diciendo que próximamente nos casaríamos. 

-¿Qué fue eso?-. Pregunto ella sorprendida. 

-¿Qué fue eso de que?-. 

-Miraste tu celular como si esperaras la llamada de alguien o algo así ¿Quien es?-. 

Reí sin nada de gracia y guarde mi celular en mi bolsillo de mi saco. 

-No sé de que estas hablando Mari-. 

Mi hermana comenzó a reír mientras se iba a alejando de mi. 

-De seguro era una chica y claramente no era Elena...-. Suspiro-. Deberías llamarla-. 

-Ya lo hice-. 

Sus ojos se abrió como platos cuando confirme que si era una chica, tapo su boca con las manos y se acerco a mi para poder tomar mis manos. 

-¡Si es una chica! ¡Joder! ¿Cómo es ella? ¿De donde es? ¿La conozco?-. 

Me solté de su agarre y negué con la cabeza.  

-No te diré nada y no es nada importante-. 

Mi hermana solo negó con la cabeza con una sonrisa en la cara. 

-Eso dices tú para convencerte a ti mismo, pero ambos sabemos que si es importante ya me lo dirás ya veras hermanito-. 

Me lanzo un beso y se fue. 

Joder  a veces mi hermana podía llegar a ser un dolor de culo, pero la amaba con locura. 

Ahora lo que necesitaba era comunicarme con Alex. 

Quédate Conmigo +18Onde as histórias ganham vida. Descobre agora