VEINTINUEVE

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Alexandra

Noche de chicas, eso era lo mejor que necesitaba en mi vida, una noche de chicas con mi mejor amiga. 

Habíamos decidido ir a una club nocturno que había dicho que era el mejor y en donde el ambiente era simplemente exquisito, los tragos era deliciosos y que muchas veces había bailes exóticos con chicos muy sexys y que te bailaban en privado o delante de todas las personas que estuvieran ahí y la verdad es que conociendo a Julieta ella saldría muy muy ebria y yo la verdad es que no pensaba negarme a beber mucho ya que deseaba divertirme mucho en la noche, además así de poder olvidarme de mi pecado mayor y mi mayor deseo de la vida, Alessandro Torricelli porque la verdad desde que él había vuelto a Sicilia yo no podía enfocarme del todo en el trabajo y como ya había tenido luz verde para comenzar hacer los planos que necesitaba James comencé a trabajar en ello pero mi mente no estaba del todo concentrada y la verdad es que no quería quedar mal con el señor Arango, por suerte James había ya fijado mi sueldo y la verdad es que me quede completamente impresionada por la cantidad de dinero que estaba dispuesto a pagar para que trabajara por él, joder casi muero de un infarto de solo recordar la cantidad que me iba a pagar y por ello y festejar con Julieta, deseaba hacerlo, pero también para olvidarme de ese maldito Siciliano que tenía vuelta loca y la verdad es que no entendía el porque me estaba pasando esto ¿Qué me hizo? odiaba la sola idea de que lo necesitaba en mi cama complaciéndome y haciéndome suya como se le apeteciera, pero el tenia una novia que atender a pesar de que el mismo me daba a entender que no la amaba ni un solo un poco ya que por algo se había acostado conmigo. Como lo odiaba por hacerme adicta a él. 

El ambiente del lugar estaba en todo su mejor resplandor ciento de personas estaban bailando en la pista de baile de acuerdo la música que estaba puesta, Julieta y yo no tardamos en ir a la barra para pedir unos cocteles para empezar, siempre hacíamos eso, primero para calentar un poco nuestros cuerpos pedíamos unos cócteles para posteriormente comenzar con los shots de tequila ¡Amaba el tequila! era una de las bebidas que me volvía completamente loca y que me hacían entrar en calor al instante. La canción del The Weeknd - Blinding Ligths  encendió más el ambiente, las luces se volvían blancas y pasaban a roja, un poco de humo para darle mejor al ambiente, Julieta y yo no parábamos de bailar y de movernos de forma sensual como siempre lo hacíamos cuando estabamos en una club nocturno, sus manos en mi cintura como las mías en las suyas y comenzamos a movernos, sonreíamos de forma de cómplices porque sabíamos que dos hombres nos estaban viendo, mi amiga se acerco a mis labios solo rosándolos un poco sin llegar un beso y yo solo podía sonreír de forma deseosa. 

Así que sin pensarlo dos veces le plantee el beso en sus delgados pero un poco gruesos labios, ella me correspondió él beso, rosamos un poco nuestras lenguas y cuando nos alejamos solo comenzamos a reírnos por las caras de idiotas que estaban poniendo esos hombres. 

Debo decir que el tequila comenzaba a hacer de las suyas y por ello había besado a mi amiga y la verdad es que no medio ni asco ni pena al contrario siempre quise saber lo que era besar una mujer y la verdad es que no se sentía nada mal, seguimos bailando canción, tras canción disfrutando de nuestra libertad. 

A las doce de la noche el DJ dijo que era el momento de los enamorados y la verdad es que tanto Julieta como yo nos miramos sin entender que estaba pasando pero cuando vimos que algunas parejas se abrazaron para comenzar a bailar la canción de Ed Sheeran - Thinking out lound  sabíamos en ese momento que ni ella ni yo pertenecíamos a ese tipo de ambiente y dispuestas a irnos a que acabara la hora del amor alguien me detuvo tomándome de mi mano, estaba a punto de reclamar algo pero cuando sus ojos azules se cruzaron con los míos me quede sin habla por un momento porque no lo esperaba del todo. 

No dijo nada y solo me dio una vuelta para que así mi pecho quedara pegado al suyo, no podía despegar la mirada de él, simplemente no podía creer que él estuviera aquí en un lugar como este, bueno si podía estar en un lugar como ese ya que era un club algo lujoso. Comenzamos a bailar al ritmo de la canción, su mano en mi cintura y la otra en mi manos mientras que mi mano estaba en su pecho. 

Quédate Conmigo +18Where stories live. Discover now