La venganza de la diosa - PDC | Jack Sparrow

17♧ -《El sano juicio de Jack》

"He perdido la cuenta de cuántos días llevamos en altamar. Desembarcamos en una isla pequeña que no aparece en los mapas oficiales. Es un paraíso terrenal: frutas tropicales, flores, aves, la playa más hermosa que pude haber visto, la vida pirata es más tentadora de lo que creí. Ojalá estas islas nunca se revelen en los mapas oficiales, ni las historias, ni las criaturas... hay cosas que no deberían de salir a la luz fuera del entorno pirata. No sé dónde estoy, pero no me quiero ir."

Isis estaba frente al mar, sentada en la arena, apreciando el atardecer, pensó en que, si tan solo tuviera sus pinturas, plasmaría ese paisaje como lo hizo con su casa en Canarias.

— ¿Cómo es que Jack traicionó algo tan valioso como su brújula? – llegó preguntando el Capitán del Queen Anne's Revenge a Isis. – Daría su vida por ese objeto, ¿y se lo da a una joven desconocida, perteneciente a la nobleza de España? – le ofreció una manzana.

— No me la obsequió directamente, Capitán. Ha sido de la manera más extraña que ha llegado a mis manos. No sé si sea casualidad, pero tampoco era tan desconocida para Jack. – sonrió con complicidad la joven, aceptando la fruta. – Jack y yo, tuvimos un encuentro años atrás. Siempre supe de mitos, sabía el nombre de algunos piratas, y para mis quince años tuve la suerte de conocer a uno, Jack.

— Bueno, debió ser importante para él. Entregar esa brújula... fue quizás el mayor sacrificio de Sparrow, señorita Salazar. Ningún pirata en su sano juicio se arriesgaría a enfrentar lo que Jack ha hecho.

— Bueno... así es Jack, ¿no? Lo que menos tiene es un sano juicio. –  ambos sonrieron. – Capitán, hay tantas cosas que he vivido en este tiempo y no sé si sea un sueño. Pero le aseguro que no quisiera despertar. 

— Ahora entiendo por qué sabía del Venganza.

— Y agradezco que esté en sus manos y no en las de Barbanegra.

— El precio fue caro. – tocó su pierna de palo. – Como todas esas naves que estoy perdiendo por culpa del Capitán Salazar, señorita.

— No perderá una sola nave más, en cuanto encontremos a mi padre. – sonrió.

— Cuénteme, al salir de su tierra, ¿tenía algún plan para reencontrarse con Jack, antes de buscar a Salazar?

— No, Capitán.

Isis le comentó cómo surgió la idea de buscar a su padre, de los insultos por parte de la Marina de Cádiz, sobre lo que Shansa había dicho, que al verla el capitán Salazar volvería a la vida.

 Barbossa la escuchaba y recordaba a aquella niña que dejó en un orfanato sin saber si sobrevivió. Se preguntaba si algún día aquella pequeña también saldría en busca de su padre. Odiaba la idea de que lo viera como el asqueroso pirata que era. Sin duda comprendía el intenso sentimiento de búsqueda en la historia de Isis y casi imaginaba las cosquillas de emoción y ansiedad que sentiría al saber que pronto se daría ese encuentro. Envidiaba al Capitán Salazar por tener a alguien que lo buscara, a pesar de todo lo que había pasado sola. Era menos probable que lo buscase a él alguien que ni siquiera sabía que existía.