La Comandante A, Victoria Heldman ha desaparecido de la faz de la tierra. Nadie la ha visto en mucho tiempo.
Alpha tiene la misión de encontrar a la mujer que hace temblar el cielo y la tierra junto con sus hermanos. Mike Windsor tomó el control co...
Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
Victoria
—¿Esta es tu habitación? —giro para ver cada detalle del inmenso lugar.
—Así es, lo fue hasta que tuve que ir a Dinamarca.
La habitación es bastante acogedora y varonil, tal como él es. Representa a su juventud y eso me gusta, porque me hace sentir que lo conozco hace años.
Me estremezco cuando lo siento detrás de mí y me abraza.
—¿En serio estás bien? —asiento y Mike entierra su rostro en mi cuello dejando pequeños besitos allí —. ¿Puedes decirme qué ocurre? —respiro hondo.
—Creo que solo fue un mal momento, nada más. De hecho, me encuentro bien —miento a medias. No quiero recordar una vez más todo lo que sufrí.
—¿Estás segura? —me giro para verlo.
—Sí, capaz esté un poco cansada, pero estoy bien.
—Podemos irnos si no te sientes bien, podemos volver al hotel y hacer algo tranquilo entre ambos.
—No, Mike —sostengo su rostro entre mis manos —. En verdad, estoy bien. Si me siento de nuevo tan mal, serás el primero en saberlo. No lo dudes.
Asiente.
—Me preocupas y mucho, Vic —frunzo mi ceño y acaricio su mejilla —. Siento que algo no está bien y necesito que lo esté. Hasta que no atrapemos al responsable de quién te envenenó, no quiero que algo más vuelva a pasarte.
—No me pasará nada, lo prometo. Además, si algo sucede, confío en ti y que en algo pensarás.
—Cada vez más me es imposible esta situación —lo escucho atentamente y lo detallo, luce muy cansado y sé que es producto de hace como tres días que no duerme —. Alguien está atentando contra mi familia. A ti te envenenaron y me estoy volviendo loco con todo lo que sucede últimamente.
Realmente lo está consumiendo poco a poco y luce mal.
Respiro hondo, no debo darle más preocupaciones y no lo haré. Necesita un poco de paz y le daré eso.
—¿Qué necesitas?
—¿Qué?
—¿Qué necesitas, Mike? ¿Qué es lo que tienes hasta ahora sobre lo que pasó el otro día? ¿Qué es lo que falta? ¿En qué necesitas ayuda?
—Vic, no quiero que te preocupes por eso —acaricia mi mejilla —. Son nuestras vacaciones...
—No se sienten como nuestras vacaciones, Mike —lo interrumpo en medio discurso y baja su mirada. Lo obligo a que me mire —. No serán nuestras vacaciones jamás si solo estamos pensando en esto, Mike. Hay alguien ahí afuera, detrás de tu familia y quieren hacerle más daño de lo que creemos. Ya llegaron a mí por un error, imagínate lo que pasará si se aseguran de que eso no suceda —traga grueso —. Hasta que no lo atrapemos, no podremos empezar nuestras vacaciones y lo sabes.
