CAPÍTULO 38

492 35 12
                                    

Mike

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Mike

Veo a Victoria y no deja de fulminarme con su mirada. Ruedo los ojos y me mira indignada.

—Debiste quedarte —sermonea.

—Sin comentarios sobre esto.

Bufa.

Ir detrás de Victoria fue mi decisión y me importa una mierda lo que piense de mí ahora, iría de nuevo si con eso la ayudaba a escapar de allí.

Lo que no conté es que la herida que tenía en mi costado se me abriría y empeoraría todo. Tampoco conté con que recibiría algunas heridas por la explosión que Victoria causó y que ella perdería sangre por el disparo que recibió.

La enfermera termina de coserlo y se sonroja cuando me ve. Le sonrío para tranquilizar la situación, pero Victoria tiene una mirada asesina que me advierte no hacer nada.

Amo a la mujer que tengo, y más cuando está celosa.

Se nota a leguas que está celosa y más con su pequeña intervención de ayer cuando entró hecha una furia y volvió a besarme. Ella fulmina con su mirada a la enfermera y suelto aire exasperadamente y de forma bajita.

—Ya me retiro —habla la enfermera y nos deja solos.

Victoria no cambia su postura y ruedo los ojos. Indico que se acerque y niega con la cabeza.

—Ven, Vic. No muerdo.

—Pero yo sí —aprieta su mandíbula —. Debiste quedarte.

—¡Basta, Victoria! ¡No iba a quedarme si podía ayudar a la mujer que amo a escapar!

—¡Mira en el estado que estás! —señala —. ¡Te dije que te quedes y te recuperes! ¡No que salgas a combatir!

Me levanto y me acerco a ella.

—Esta discusión se acabó.

—No, no lo ha hecho.

—Pero yo sí —salgo de la enfermería.

—¿Te vas? ¿Así nada más? —respiro hondo. Me detengo y me giro para verla.

No puedo discutir con ella y más con ese rostro de ángel que tiene. Respiro hondo y me concentro.

—Prefiero irme y esperar a que te calmes, así podemos hablar como personas civilizadas antes de que me enoje y suelte algo que no quiero decir y pueda herirte.

Se ríe.

—En este punto, no creo que nada pueda herirme más.

—Nunca digas eso, siempre hay algo.

Se encoje de hombros.

—Solo cuento mi verdad.

—Pues cuéntala cuando el subidón se te baje.

COMANDANTE INFALIBLE ©Where stories live. Discover now