La Comandante A, Victoria Heldman ha desaparecido de la faz de la tierra. Nadie la ha visto en mucho tiempo.
Alpha tiene la misión de encontrar a la mujer que hace temblar el cielo y la tierra junto con sus hermanos. Mike Windsor tomó el control co...
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Mike
The Savoy Hotel
17 de diciembre a las 2000 horas
Trato de hacer el nudo de mi corbata, pero no me sale. Las manos me tiemblan y la cabeza está matándome de los nervios e imágenes de cómo puede salir el evento de hoy. Me voy junto al pequeño bar que tenemos y saco el Whisky.
Es muy difícil tratar de saber la reacción de mi abuela en este momento. Mis padres no me preocupan, pero mi abuela sí. Además, mi abuela no es cualquiera que digamos, es la Reina Isabel II, la Reina del Reino Unido.
Me peino el cabello. Trato de controlar el nerviosismo y el pánico que me invade. No puedo dejar de imaginarme que todo esto no salga como yo quiero, que Victoria y yo terminemos para que después esté con otro y eso me enoja.
No puedo imaginar a Victoria con otro hombre que no sea yo. Ya caí muy profundo en el pozo y no quiero salir de él, quiero quedarme con ella. La quiero en mi vida, la amo.
Es difícil tratar de explicar lo que uno siente y por eso, rezo para que todo salga bien, porque no quiero perderla a ella y lo que siente por mí. Para que no haya inconvenientes y mi abuela la adore, aunque con el temperamento que Victoria tiene, no es muy fácil.
—¿Estás bien? —paso a mirarla y me quedo atónito.
Lleva un vestido rosa pálido brilloso con el corte de hombros caídos combinado con el corazón, lo que acentúan un poco más sus senos, y una falda larga hasta el suelo que hace lucir su figura. El cabello lo lleva enrulado y el maquillaje es natural con un poco de brillo en los labios.
Me acerco a ella.
—¿Qué?
—Puedes hacerte pasar por una princesa.
—Bueno, tú puedes hacerte pasar por un príncipe. A excepción de la corbata —se ríe y veo el nudo que intenté hacer, pero no pude por los nervios. Ella se acerca a mí y lo hace.
—Me encantas, Vic —termina de hacer el nudo —. No me importa lo que pase, no quiero que te alejes de mí.
—Ya no creo poder hacerlo, Mike —me da un pequeña sonrisa —. Esa fecha caducó hace bastante tiempo —me da un casto beso. La mantengo conmigo tanto como pueda.
No quiero que se aleje. No quiero que se apure. Quiero estar aquí con ella todo el día sin la necesidad de apurarnos a ir a la cena que mi familia está organizando.
Después de minutos se aleja.
—Hay que llegar temprano para causar una buena primera impresión, ¿No? —sonrío.
