CAPÍTULO 02

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Narrador DesconocidoOslo, Noruega

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Narrador Desconocido
Oslo, Noruega

Me llevo la cerveza a la boca después de mandar las coordenadas que ayudará a Hans Heldman a encontrar a su hermana.

Fue muy difícil contactar con él, pero al fin y al cabo, todo sigue su curso tal cual debe seguir. Quisiera haber estado allí para ver su expresión cuando se diera cuenta que Lucky estaba en su propia casa todo este tiempo.

Rompo el dispositivo que llevo y lo guardo en mi bolsillo. No debo crear más rastros de lo que ya he hecho.

Mi mente vuelve a aquel día en Nigeria y aprieto la cerveza con más fuerza de la normal. Dos semanas llevo buscándola a la par que lo hace el resto del mundo. Sé que Lucky puede ser una clave muy importante para la investigación de ellos y significa para mí estar estancado. Pero los planes que Anguis me encargó debo de cumplirlos.

La razón por la cual lo he reemplazado esa noche es por una tan obvia, pero para los demás no lo fue. Necesitaba tiempo para terminar de resolver ciertos asuntos.

Alguien se sienta a mi lado y paso a verlo.

Está vestido de negro de pies a cabeza, chaqueta de cuero, gorra y gafas del sol.

—Sabes, así luces aún más sospechoso.

—Cállate, nadie puede saber que estoy aquí.

—Sí, pues, buen trabajo ocultando tu identidad.

Nos miramos por largos segundos antes de que él se saque las gafas y el gorro. Su cabello rubio y ojos azules son lo primero que encuentro de similar con una persona que sé que no sabe que existo.

—Derek, relájate. Nadie sabe que estás aquí.

—¿Qué mierda es lo que estoy haciendo? —se lleva las manos a la cabeza y pido una cerveza para él.

—Visitando a un viejo amigo —respondo con sinceridad y él pasa a verme.

—Lo siento, toda esta situación de que Victoria sigue sin aparecer es estresante —se lleva la cerveza a la boca y su mano tiembla un poco.

—Lo sé, capaz pueda mover algunos contactos y ayudarte a buscarla.

—Sabes que es muy arriesgado, no te lo pediré. Además, Hans encontró algo. Acaba de llamarme.

—Bueno, algo es algo. ¿No?

Nos quedamos callados por un tiempo.

—Debes hablarlo con ella —suelta de repente.

—¿De qué hablas? —pasa a verme y su mirada me lo dice todo —. No, no. No voy a hablar con ella, no aún. No estoy preparado.

—Tiene el derecho a saberlo.

—Derek, querido, el hecho de que hayas descubierto la verdad, de una forma muy invasiva debo añadir, no significa que tengas el derecho a decirme qué hacer.

COMANDANTE INFALIBLE ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora