CAPÍTULO 05

687 45 13
                                    

Victoria Paradero desconocidoHora desconocida

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Victoria
Paradero desconocido
Hora desconocida

La cabeza me duele como la mierda y la luz poco a poco entra en mi visión nublada y borrosa. Las cadenas en mis extremidades me causan dolor antes de que mi mente procese toda la mierda de lo que sucede.

Mis labios y mis fosas nasales están llenas de sangre, me arde el cuerpo y agacho la cabeza. No siento las cuerdas vocales y la respiración me pesa.

Mi corazón late despacio, trato de guardar las energías y no escuchar a mi mente, pero mis pensamientos rebotan en cualquier lugar que me trasladen.

Me están jodiendo lentamente.

No creo poder aguantar esta posición un poco más y mis pies están por dar las primeras señales de rendición. Alguien entra en la celda a la que me han movido de la de siempre. Respiro hondo.

Otra tortura.

—¿Sabes cuánto tiempo has estado allí? —pregunta el guardia que me custodia y me tortura la mayoría del tiempo. Levanto la vista del suelo manchado con litros de mi sangre y veo su máscara negra.

Los ojos me pesan y sé que puede que no sobreviva esta noche sin una trasfusión de sangre. He perdido tantos litros de mi líquido carmesí que es suficiente para abastecer a todo el mundo.

—¿Cuánto?

—Noventa y seis horas —contesta mirando su reloj.

No veo la hora de que me saquen de aquí.

No sé dónde estoy, no sé qué fecha es, no sé incluso si sigo viva con todo lo que me han hecho hasta ahora. Mi mente solo genera mentiras que estoy luchando por no caer en ellas, no ceder en la locura.

Todo eso suena un reto muy difícil, pero me gustan los desafíos, así que debo mantenerme lo más cuerda posible hasta encontrar una forma de salir de aquí.

La nuca me sangra y el líquido carmesí recorre mi cuerpo hasta caer al suelo. Me han quitado el rastreador que llevaba y no tengo ni una puta idea de cómo lo han descubierto, pues yo no se los dije.

Conscientemente no lo has dicho.

¿Me estás diciendo que hablé?

Puede, Victoria. Eres una parlanchina cuando te drogan hasta la médula. Y te considerabas fuerte, mírate el estado en el que estás.

Cállate, no sabes nada. No he dicho nada, soy incapaz...

¿De decir algo? ¿De sentir algo? ¿De qué, Victoria? Lo único para lo que sirves es para soplona, eres una inútil y una basura.

No, yo soy...

Nada, eres nada.

No, yo... jamás...

COMANDANTE INFALIBLE ©Where stories live. Discover now