CAPÍTULO 25

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Victoria

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Victoria

Venecia, Italia

0500 horas

Nos dirigimos a los botes con nuestro armamento y luego nos vamos en dirección a nuestra base. Siento la mirada de desaprobación de Diana y yo le lanzo una asesina.

Mira hacia otro lado.

Agradezco que las demás chicas están dentro del bote y nosotras lo conducimos, porque no quiero que se enteren de nada. Me acerco a Diana.

—¿Qué es lo que sucede contigo?

—Aun no entiendo por qué no le diste un buen golpe en la cabeza —ruedo los ojos.

—Suspende con ese tema, Di.

—No, Tori. No puedo. Conmigo tendrá que ganarse la confianza de nuevo, porque quiero que reciba su paliza.

Me río y la abrazo.

Yo soy la que generalmente actúa de esa manera, pero hoy se me dio por bajar mis decibeles por todos mis recuerdos.

—De acuerdo, señorita. Tú le haces la vida imposible y yo un poquitito más fácil, aunque debería ser al revés.

Me separo de ella y no me gusta la sensación que estoy teniendo sobre el lugar que pasamos. Siento que nos vamos directo al matadero.

Apago las luces del bote. Veo movimientos sospechosos y no me gusta para nada. Diana sabe lo que hago y alerta a los chicos. Voy pasando con cuidado por el Gran Canal.

—Toma mi puesto —susurro y Diana cumple mi orden de inmediato.

Cojo mi Heckler plateado y lo coloco en la funda. Busco uno de mis francotiradores y me posiciono en el lugar.

—Te cubriré si pasa algo, solo sigue adelante.

Alcanzo a ver algo cuando pasamos por uno de los puentes.

—Quédense debajo del puente —hablo por el intercomunicador.

—¿Has visto algo? —pregunta ella siguiendo su papel al pie de la letra.

—Sí.

Paso el francotirador por mi espalda y paso a Diana un arma. Agarro el silenciador y los coloco en ambas armas. Llevo algunas municiones y con la ayuda de un gancho me subo por el puente en la parte oscura.

—Iré a revisar, quédense juntos.

Copiado.

Cojo mi arma entre mis manos y camino por el pasillo. Apunto delante de mí y estoy todo el tiempo alerta. Algo no está bien y lo puedo sentir.

Doblo a la derecha y sigo el camino. El corazón me late rápidamente y eso no creo que sea buena señal.

Tranquila —me digo a mí misma mentalmente varias veces para calmarme. El olor se intensifica y me escondo detrás de la columna cuando alguien aparece.

COMANDANTE INFALIBLE ©Where stories live. Discover now