𝟯𝟵 || 𝙥𝙪𝙚𝙗𝙡𝙚𝙧𝙞𝙣𝙤𝙨 𝙛𝙧𝙖𝙣𝙘𝙚𝙨𝙚𝙨

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Buscando un lugar oscuro, un lugar seguro, un lugar cómodo. Me siento sola y así está perfecto, hago silencio para no llamar la atención y me quedo en silencio. El lugar perfecto.

Yo creo que deberíamos...

¡Shhhh!

Mis pensamientos tienen que dejar de gritar para no llamar la atención, que nadie nos escuché, que nadie nos vea, que nadie este presente.

Llorá en silencio.

Llorá en la oscuridad.

Se frustra cuando no encuentra un lugar donde largar el agua.

Valdés negros caen por mis ojos mientras mis pensamientos los tiran para q dejen de molestar, mis dolores se caen por ahí y es como ver mil personitas de diferentes colores y luces caer.

La música está en los auriculares, bajito, por si escucho que sube alguien, por si alguien me escucha.

Cuesta pero salen lágrimas de mini personitas por mis ojos.

Pensé que iban a ser más lágrimas, pensé que la angustia iba a durar más, pero pronto mi corazón cierra sus puertas después del tiempito que yo le permito sentir. Mi cerebro malévolo asusta a todas esas personitas que se hacen llamar sentimientos, pueblerinos de mi corazón. Mi cerebro es como una nube negra y mi corazón un pueblo de esos viejos llenos de árboles y verde, pleno de pueblerinos felices de película francesa.

Llegó alguien. Las lágrimas están secas. Yo ya no siento. Yo soy la misma de siempre.

Un dolor se instala en mi pecho y ya estoy tan acostumbrada que agarro ese dolor y lo golpeó lejos.

Vuelvo a apagarme y a ser igual al resto, igual a cualquier persona que lea esto, igual a cualquier inquietud, a cualquier cerebro cerrado, negado, quieto.

Los Miedos de Ayus Where stories live. Discover now