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Después de muchos años de ver a tu enamorado babear por otra chica en tus años escolares, te permitiste renunciar a la oportunidad de encontrar el amor. Nadie entendía del todo tu atracción por el Slytherin, especialmente Severus.
Era frío, reservado y tenía ojos para una sola chica.
Un par de años más tarde, la pobre Lily y James Potter fallecieron, la noticia había llegado y se fue con la misma rapidez, aunque no podías evitar el dolor por tu amante anterior.
Intentaste admitir tus sentimientos hacia el pelinegro durante tus años en Hogwarts, cuando erais amigos más cercanos. No salió muy bien.
En estos días, vivías sola ocupada con un trabajo muggle, ya que no había trabajos mágicos disponibles en este momento.
Tenías a tus perros como compañía y la vida era bastante simple.
Las cosas cambiaron cuando recibiste esa carta de Dumbledore. Quería que enseñaras defensa contra las artes oscuras junto con el maestro Lockhart, ya que no era tan hábil.
Te mordiste un poco el labio ante la idea de volver a ver a Severus. Las cosas no terminaron en los mejores términos, pero necesitabas un trabajo sostenible.
Garabateaste una respuesta.
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Un par de días después, te mudaste a tu cuartel general, trayendo tus preciosos animales contigo. Por suerte para ti, todos se llevaron bien a pesar de las diferencias.
Hoy era el día en que te tropezarías con Severus. Era la noche de la nueva clasificación y, para agregar a eso, obviamente tenía que llegar más tarde ya que tenía deberes que atender, particularmente una larga charla con Lockhart.
Después de despotricar contra él diciéndole que lo tenía bajo control por séptima vez, pusiste los ojos en blanco y le indicaste que te acompañara al gran salón.
Abriste las puertas del gran salón a mitad de la comida con todos los ojos puestos en ti y en Lockhart, obviamente todas las chicas adolescentes arrastrándose sobre él y todos los pequeños adolescentes cachondos mirándote.
Lockhart ya estaba firmando cosas solicitadas por las chicas.
"¡Lockhart! Dijiste bruscamente." Vamos". Lo enderezaste.
Te miró antes de murmurar un gruñido, siguiéndote como un cachorro perdido.
"Dumbledore." Dijiste mientras le estrechabas la mano y tomabas asiento junto a McGonagall y Trelawney.
"Cuánto tiempo sin verte Minerva." Sonreíste.
Aún no habías mirado a los ojos de Severus por nerviosismo, pero cuando lo hiciste, no pudiste evitar notar más que sorpresa en sus ojos.
Unos días después, te habías asentado en la sensación del nuevo salón de clases, tomando el control la mayor parte del tiempo ya que Lockhart era total y absolutamente inútil.
