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Sentada en círculo en la sala común de Gryffindor, te sorprendió cuando los gemelos Weasley reunieron a sus próximas víctimas.
Aunque, en lugar de bromear con la mitad de los Gryffindor, sugirieron un juego muggle del que se enteraron recientemente.
Querían jugar a la botella.
Suspiraste, sabiendo de este juego y como solía terminar en lágrimas, chismes o rumores.
"¿Y si la botella cae sobre un pariente?" Le preguntaste a George quién estaba explicando terriblemente el juego. Un ataque de risa surgió de la atmósfera.
"Bueno, vuelves a girar".
Estabas secretamente convencida de que Fred y George habían querido jugar por el motivo de que las chicas los besaran sin que fuera extraño.
Pusiste los ojos en blanco ante su comportamiento cuando Fred giró la botella y la posaba sobre Hermione, que estaba de pie, con los ojos abiertos.
Fred se acercó a ella, besándola en los labios brevemente antes de que fuera su turno de girar la botella. No pudiste evitar ver el sonrojo de Hermione mientras buscaba a tientas la botella antes de darle vueltas.
Viste como la expresión de Hermione se agrió al verla aterrizar en Lavender. Los chicos comenzaron a vitorear de forma extraña antes de que Hermione le diera el beso más rápido del mundo a Lavender, cuyas mejillas ahora estaban teñidas de rosa y Hermione de un rojo brillante por la vergüenza.
No podías evitar sentirte un poco celosa, dado que siempre te había gustado un poco Lavender, aunque siempre trataste de ignorarlo lo mejor que pudiste.
Hizo girar la botella con entusiasmo, mirándola con atención.
Aterrizó justo entre Ron y tú. Rápidamente intercambiaste miradas entre él antes de mirar a Fred y George.
"Ella escoge." Fred se encogió de hombros.
Miraste a Lavender, convencida de que iba a besar a Ron, así que resoplaste apoyándote en una silla.
Tu teoría era correcta cuando comenzó a inclinarse hacia Ron, pero luego, de manera impredecible, giró la cabeza en el último momento, capturando tus labios en un beso.
Este era tu momento.
Respondiste rápidamente, moviendo tus labios contra los de ella, ignorando los vítores. El beso duró más de lo debido, pero no te importó porque estabas en puro éxtasis por lo que acababa de ocurrir.
Alejándote de ella, agarraste la botella.
Tus ojos parpadearon hacia donde había caído la botella para ver que estaba apuntando a George Weasley, quien ahora tenía una sonrisa de suficiencia en él.
Antes de besarte, rápidamente te susurró algunos consejos al oído.
Asentiste antes de besarlo con pasión, él te sentó en su regazo e intentaste besarte con él. Aunque no fue particularmente agradable ya que no te gustaba tanto George como Lavender, obtuviste la reacción que estabas buscando cuando Lavender miró a su alrededor con enfado antes de levantarse y irse hacia los dormitorios de las chicas.
Ahora que estaba sola, podrías confesarte.
Le susurraste tus palabras de agradecimiento a George antes de limpiarte la boca.
"¡Estoy ofendido!" George gritó en respuesta mientras corrías por el dormitorio detrás de Lavender.
"¿Lavender?" Cuestionaste mientras caminabas por la habitación vacía.
"¿Qué quieres?" Preguntó enfadada.
"Me gustas." Simplemente dijiste.
"Entonces, ¿por qué besaste a Weasley de la forma en que lo hiciste?" Ella preguntó.
"Para obtener una reacción tuya". Confesaste.
"Bueno, funcionó." Dijo mientras se levantaba de la cama, frente a ti. "Y debes compensarme, por hacerme enfadar".
Aceptaste rápidamente antes de besarla. Rápidamente afirmó el dominio deslizando su lengua en tu boca, lo que te tomó por sorpresa.
Te separaste de ella temporalmente antes de subir a su cama, en la que ella te besó con entusiasmo de nuevo, subiéndose encima de ti.
Ella agarró tus pechos vestidos, apretándote ligeramente, haciéndote gemir en su boca.
"¿Así es como estamos jugando?" Sonreíste.
Asintió rápidamente antes de quitarse la ropa.
Fuiste a quitar la tuya. "No". Ella dijo. "Debes esperar." Ella le guiñó un ojo.
Se inclinó sobre el borde de la cama, metió la mano debajo de la cama y sacó una pequeña caja.
Dentro de esta caja había un pequeño vibrador de bala diminuto. Ella sonrió antes de encenderlo mientras vibraba silenciosamente dentro de sus dedos.
"¿No es asombroso cómo un pequeño artilugio como este puede hacer que alguien se sienta tan bien?" Lo demostró presionándolo contra su clítoris, haciéndola gemir. La mirabas desesperadamente, queriendo tocarla.
Sin embargo, ella te ignoró y continuó tocándose frente a ti. "¿Cuánto me quieres?" Ella preguntó. "Dejaré que me complazcas si te quitas algo de esa ropa." Ella añadió.
Asentiste antes de quitarte ansiosamente toda tu ropa.
"Quiero que me comas". Ella susurró en tu oído, sus dientes tirando de tu lóbulo mientras se alejaba.
Asentiste rápidamente, dándole tiempo para ponerse en una buena posición. Ella optó por ponerse de rodillas y en poco tiempo, enterraste tu lengua en su dulzura, haciéndola gemir de placer.
Dejaste que tu lengua se moviera rápidamente hasta su clítoris, moviéndolo rápidamente con tu cálida lengua.
Te alejaste temporalmente, empujando tu lengua dentro, haciéndola gemir aún más cuando finalmente se corrió, humedeciendo las sábanas debajo de ella.
"Buena niña." Ella te elogió mientras te empujaba a la cama recostándote.
Luego se cernió sobre tu cara. "No puedo tener suficiente de ti." Ella gimió cuando tu boca se conectó con su coño nuevamente mientras comenzaba a montar tu cara, tratando de obtener más fricción.
Sus gemidos llenaron la habitación mientras tu lengua la complacía.
"¡Sí!" Ella chilló cuando se corrió por segunda vez, los dulces jugos llenaron tu boca mientras tragabas las últimas gotas.
Rápidamente se bajó de tu cara y se sentó en tu propio coño donde comenzó a cabalgar contra ti, apretando tu propio coño contra el de ella. Agarró el vibrador de nuevo, presionándolo contra tu clítoris expuesto mientras molía.
Esta acción inesperada te hizo arrojar un gemido, animando más a Lavender mientras empujaba la pequeña herramienta dentro de ti ligeramente.
"Buena niña." Susurró ella, inclinándose para besarte y luego dejar besos en tus pechos.
Extendiste la mano agarrando sus propios pechos mientras ella se movía más rápido contra ti, haciendo que ambas alcanzarais un orgasmo.
Ella se derrumbó encima de ti poco después. "Te comeré mañana". Murmuró antes de que besara tu mejilla y se durmiera contra tu cálido cuerpo.
