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Con el próximo torneo de Quidditch, Gryffindor contra Hufflepuff, era bastante obvio que estabas nerviosa. Especialmente por Oliver Wood, siendo uno de los jugadores de Gryffindor, capitán del equipo. Pero también por Cedric Diggory, siendo el buscador de Hufflepuff.
Parecía incorrecto imaginarse estar con dos personas al mismo tiempo. Incapaz de elegir, o de tomar una decisión final sobre quién te gustaba más, dejaste que el tiempo decidiera por ti, excepto que nunca lo decidió, ese sentimiento de confusión o pura necesidad y deseo por ambos chicos se acumuló en tu estómago.
Bueno, de cualquier manera, tendrás que consolar a uno de los chicos porque no todos pueden ser ganadores y sin mencionar la gran posibilidad de lesionarse.
Por lo general, estabas emocionada por estos partidos, pero la triste idea de los dementores que os rodeaban disminuyó tu confianza en ambos equipos.
El juego continuó y todo parecía estar bien por el momento, ambos equipos estaban anotando puntos y te sorprendió bastante que cada uno de ellos tuviera la fuerza de voluntad para continuar durante todo el clima. Todo iba bien hasta que Harry Potter vio la snitch y la persiguió. Todo el mundo estaba vitoreando hasta que una pequeña figura apareció cayendo del cielo a gran altura.
Dumbledore gritó un encantamiento, probablemente reduciendo el impacto de su cuerpo contra el suelo. Corriste, con muchos otros estudiantes y de hecho era Harry y no el otro buscador, Cedric.
Harry fue levantado en una camilla y llevado a la enfermería donde se despertó poco después para sorpresa de todos. La mayoría del equipo de Gryffindor estaba junto a su cama, excluyendo a Oliver Wood. Harry se molestó cuando escuchó la noticia de la derrota del equipo, como se esperaba.
"Harry, casi mueres ahí fuera, no te enfades por un juego". Le diste una lección. "¿Dónde está Oliver?" Le preguntaste al equipo levantando una ceja.
"Probablemente ahogándose en las duchas". Fred se encogió de hombros.
"Creo que le encantaría que te unieras a él". George susurró en tu oído.
Lo golpeaste en broma antes de dirigirte a los vestuarios de quidditch.
Abriste la puerta un poco, haciéndola chirriar con fuerza.
