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Viste como tu novio entró en el laberinto para el Torneo de los Tres Magos.
Decir que estabas preocupada era quedarse corto.
Estabas asustado por él y esperabas que saliera de una pieza. Finalmente alguien apareció del laberinto. Harry Potter.
Lo vitoreaste, pero luego te detuviste una vez que te diste cuenta de que estaba sosteniendo algo.
Tu corazón dio un vuelco mientras corrías por las filas de estudiantes, padres y profesores. Contuviste la respiración, las lágrimas fluyeron de tus ojos, caminando hacia tu amor.
Estaba acostado inmóvil en el suelo. Te ahogaste en las lágrimas mientras caías de rodillas.
Peinando hacia atrás el cabello de Cedric, ahora dejas que tus lágrimas fluyan libremente, sin atreverte a mirar atrás a nadie más.
Enterraste tu cabeza en su pecho. Bom, Bom, Bom.
"¿Qué es eso?" Preguntaste en voz alta. Un pequeño ruido sordo. "¡Tiene latido!" Exclamaste. Miraste a la cara de tu pareja, sus ojos ahora abiertos, mirando hacia atrás en tus propios ojos.
Levantó una mano, ahuecó tu mejilla y su pulgar secó tus lágrimas.
"Me asustaste." Le susurraste, inclinándote para besarlo apasionadamente y sin soltarlo una vez que tus brazos estuvieron alrededor de él.
Cedric respondió de inmediato, sosteniendo tu rostro con ambas manos. La multitud aplaudió una vez que vieron que Cedric estaba bien.
"Pensé que te había perdido, nos diste un susto terrible". Admitiste.
"Sh, está bien, estoy aquí ahora. Te lo compensaré más tarde". Guiñó un ojo. No pudiste evitar reír mientras lo sostenías en tus brazos.
"¿Casi mueres y eso es lo primero en lo que piensas?" Pusiste los ojos en blanco. "Estoy feliz de que estés aquí, amor".
"¡Cedric! ¡Gracias a Dios que estás bien!" Gritó Amos Diggory, el padre de Cedric. "¿Y quién eres?" Cuestionó haciéndote señas, enarcando una ceja.
"Papá, esta es mi novia, T/n". Cedric le dijo, sus ojos brillaban.
"Encantado de conocerte T/n" dijo Amos rápidamente antes de llevarse a Cedric, abrazarlo y revisarlo una y otra vez.
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Cedric y tú estabais en la sala de los menesteres, besándoos.
"¿Amor?" Cuestionó. "Te dije que te lo compensaría." Él sonrió con suficiencia.
Asentiste lentamente. Lo besaste y luego fuiste a desabrocharle los jeans pero luego te detuvo.
"No cariño, solo recuéstate y relájate. Voy a cuidar de ti esta noche". Te dijo, empujándote hacia atrás en el gran sofá.
Suspiraste con calma cuando Cedric comenzó a quitarse la ropa. Separó tus piernas, besando y chupando la parte interna de tus muslos.
Luego se levantó un poco, lamiendo tu coño mojado. Jadeaste levemente, enredando tus dedos en su cabello.
Comenzó a chupar tu clítoris hinchado, complaciéndote. Gemiste, tratando de distraerte con su cabello.
"¡Cedric!" Gemiste, abriendo mucho los ojos.
Colocó su pulgar en tu clítoris, frotando círculos lentos mientras también movía su lengua dentro y fuera de ti. Arqueaste la espalda levemente, gritando cuando él golpeó tu punto G.
Sacó su lengua de ti e insertó dos dedos dentro de ti.
"Ce-Cedric" murmuraste mientras él comenzaba a bombear rápido. Sentiste que tu estómago se anudaba y se tensaba.
"¡Bebé!" Gritaste cuando te acercaste a sus dedos.
Sonrió mientras sacaba sus dedos de ti, dándote gusto de que estuvieran limpios. Luego se acercó a sus jeans que estaban en el piso y sacó un condón del bolsillo de los jeans. Se lo puso en su longitud antes de caminar hacia ti.
Se cernió sobre ti por un segundo antes de insertarse en ti, esta vez él gimió, excitándote.
No fue demasiado rápido o brusco, solo un ritmo lento, que fue muy agradable, ninguno de los dos se apresuró a llegar al orgasmo primero.
Después de un rato llegó, y tú lo seguiste unos minutos después.
Besó tus labios con cuidado y se apartó de ti, desechando el condón. Regresó, se recostó en el sofá, tirándote encima de él.
Te acostaste en su pecho, absorbiendo su olor y sonriendo levemente, feliz de que estuviera vivo y bien.
Te inclinaste y besaste los labios de Cedric y volviste a bajar hasta su pecho. Eventualmente te quedaste dormida, con Cedric jugando con tu cabello y besándote la frente.
