Capitulo 80

6.6K 601 141
                                    

- ¿Tú sabías de esto? - La voz acusatoria de Yoandri hizo que dejara de observar a los Vélez y me centrara en sus ojos. Ni una sola palabra pudo salir de mi garganta, supuse que aún estaba sorprendida. - Claro que lo sabías. - Afirmó, mientras sus ojos se llenaban de furia y sus mejillas se ponían rojas. - Tú también lo prefieres a él. - Negué con la cabeza y mojé mis labios con mi lengua.

- No tenía idea de que ellos estaban aquí. Lo juro. - Intenté dar un paso hacia él, pero se alejó de mí con rapidez. Buscó con sus ojos algo desesperadamente, y luego volvió su mirada a mí. Miré a Richard y junté mis cejas. - ¡Díselo! ¡Dile que no tenía idea de todo esto! - Ninguno se dignó a contestar y Yoandri rió amargamente mientras veía que limpiaba con astucia una lágrima que se escapaba de uno de sus ojos para que nadie lo notara.

- Yo sabía que él quería matarme, pero nunca pensé que tú quisieras formar parte de eso también. - Sus ojos me transmitían tanto dolor, y al observarlos con detenimiento, se me encogió el corazón. - ¡MENTIROSA! - Gritó, y comenzó a caminar hacia mí con rapidez. Sus pasos eran firmes y duros, y sus ojos estaban a punto de sacar chispas mientras que apretaba su mandíbula. Alcancé retroceder tan sólo unos pasos, que no lo detuvieron. De la nada, Erick apareció por un costado, y lo derribó antes de que pudiera llegar a mí. Ambos comenzaron una lucha de forcejeos en el suelo, y mientras Yoandri intentaba golpearlo, Erick sólo intentaba tomarlo para que se quedara quieto, aunque no parecía un trabajo fácil.

Sentí un mínimo tacto que rodeaba toda mi muñeca, y cuando subí mis ojos, me encontré con los de Zabdiel, que me rogaban algo que desconocía. Erick había logrado tomar a Yoandri por los brazos y ambos se habían parado del suelo, mientras que Joel, Christopher y Richard los miraban desde un punto desconocido entre la oscuridad.

- ¡ERICK, ESTÁS LASTIMÁNDOLO! - Chillé, mientras observaba la cara de dolor que Yoandri ponía al tiempo que él lo sentaba en una silla y apresaba sus muñecas. - ¡PARA! - Erick se detuvo al instante de escuchar mi voz, y sus ojos se llenaron de culpa mientras me miraba. Zabdiel volvió a tirar de mi muñeca, pero no le hice caso. Los ojos verdes de Erick habían perdido el brillo que tenían, al momento en que se daba cuenta que le rogaba con los míos para que se detuviera. Yoandri también me miró, sin decir absolutamente nada.

- ¡Sácala de aquí! - Christopher lo empujó, y tomó las muñecas de Yoandri, siguiendo con el trabajo que Erick no había podido completar.

¿Es que acaso iban a lastimarlo?

- ____, tenemos que irnos. - Solté el agarre que Zabdiel tenía sobre mí, y caminé un par de pasos para detenerlos. Joel apareció delante mío, bloqueándome el paso y negando con la cabeza. Me miró directamente a los ojos y me tomó de los hombros haciendo que retroceda. Planté mis pies con dureza en el piso, evitando que él pudiera moverme un centímetro más.

- No lo entiendes. - Joel bajó la voz y me miró directo a los ojos, intentando decirme algo con ellos que no entendía. No lograba comprender.

¿Por qué estaban intentando detenerme? ¿Es que acaso Richard no quería hacer las paces con Yoandri?

- Sabía que le dirías todo eso. Sabía que intentarías llenarle la cabeza en mi contra. - Richard se paró frente a él, con sus hombros tensos y sus puños cerrados, reprimiendo todo el enojo que lo consumía por dentro.

¿Enojo? ¿Por qué estaba enojado?

- Sólo le dije la verdad que tú no te atreves a revelar. Porque eres demasiado perfecto, demasiado bueno como para que las personas puedan llegar a pensar mal de ti. - Escupió con desprecio. Christopher tiró de su cabello, para que se callara y Yoandri gritó con dolor.

- ¡CHRISTOPHER! - Mi voz salió completamente rota, pero él ni siquiera me miró. Siguió haciendo lo suyo, ignorándome por completo.

- Sácala de aquí. - Susurró Richard por encima de su hombro, sin mirarme. Joel volvió a empujarme hacia atrás, intentando deshacerse de mí. Yoandri rió, lleno de resentimiento, mientras que yo luchaba contra las fuerzas que querían que saliera de allí.

Christopher Where stories live. Discover now