Capitulo 29

6.4K 601 47
                                    

Mi corazón se paró por un segundo y me giré para ver que Christopher se encontraba a mi lado.

- Maldición. Casi me causas un infarto. - Sus ojos estaban fijos en los míos, como siempre, y Dios, sí que era muy alto. No me había dado cuenta hasta ese momento. - ¿Qué tiene de malo Key?

- ¿Vas a ir a la fiesta?

- No contestaste mi pregunta.

- Tú tampoco lo hiciste.

Dios, prefería cuando no me hablaba. Ahora era mucho más exasperante.

- Tú primero. - Me crucé de brazos, retándolo.

- No, tú primero. - Imitó mi acción.

- Esto no es para nada divertido, deja las bromas. - Su cara se acercó un poco a la mía, retándome un poco más.

Estaba dispuesta a romperle su hermosa cara con una pala si eso dejaba que la estupidez no corriera a su cerebro otra vez.

- ¿Te parezco una persona que hace bromas?

No, no lo hacía sinceramente.

- Bien. Sí, voy a ir a la fiesta. Y con Key. Y con Johann. Y sólo te recuerdo, que ésta es la primera vez que hablamos como dos personas normales y no te recomiendo que pelees conmigo, porque yo también tengo muchas preguntas incómodas que puedo hacerte otra vez exigiéndote respuestas que todavía no me has dicho, por cierto. ¿Quedó claro?

Esa es la maldita ____ Brooks que se escapó de su orfanato y le robó dinero a gente rica. Te quiero así todos los malditos días de tu vida.

- Yo no fui el que estaba coqueteando.

Lo iba a golpear. Y muy fuerte.

- Eso ya quedó aclarado. No puedes usar mi intento de que utilices palabras para hablar conmigo en mi contra, no es justo.- Sabía que iba a responder. Simplemente lo sabía.

- ¡Hey! ¿Qué hay? - Zabdiel palmeó el hombro de Christopher y luego me miró a mí. Su sonrisa se borró de su cara al ver el gesto de enojo en nuestros rostros. - ¿Qué sucede? - Chris se giró a él y con la sonrisa más falsa del mundo (y hermosa al mismo tiempo, porque maldita sea, podía estar enojada porque era un idiota, pero seguía siendo lindo, y nadie podía quitarle eso al chico) y con su mandíbula apretada, le contestó.

- Resulta que ____ estaba preguntándome cómo me fue en el campamento para gente con problemas de ansiedad. - Zabdiel sonrió.

- Si... Hablando de eso...

- Hablando de eso, ¿qué?

- Prefiero que lo discutamos en casa, ¿no crees hermano?

- Prefiero que lo discutan en frente de ____. - Los interrumpí. - Prefiero saber por qué tratan a ____ como una estúpida y le mienten sobre todo lo que está pasando. Quiero la verdad.

- Es muy irónico que ____ pida la verdad, ¿no crees?

Alguien agárreme antes de que lo mate.

- ¿Se supone que eso significa algo? ¿Me estás acusando de algo?- Su mirada se agudizó en mí, como el primer día en que lo conocí. -¿Sabes qué piensa ____? Que Christopher no tenía problemas de ansiedad, sino de autismo y resulta que desaparecen y aparecen de repente. Como los ataques de ira y violencia que le agarran a _____ cuando quiere romperle la cara a alguien.

- Y Zabdiel piensa, que deberían parar.

- A nadie le importa lo que piense Zabdiel. - Christopher y yo dijimos al unísono. Zabdiel subió sus manos en el aire, dándose por vencido.

- ¿Por qué ____ no le comenta a su amigo Zabdiel que irá a la fiesta de Oak Wood? - se giró a Zabdiel. - Y con Key Vera.

¿Y por qué la cosa ahora se tornaba en contra de mí?

- ¿Que ____ qué? - Alex subió las cejas y me miró. - Tú no puedes ir a esa fiesta. No es bueno para ti. Ni para nadie. Esa fiesta no tiene que existir. ¿Es que Johann no te lo dijo? Estúpido idiota. No vas a ir. No puedes ir. No. Basta, es el maldito primer día que llegas y ya estás estresándome Christopher.

Wow, tranquilo vaquero, estaciona tu vaca.

- ¿Qué sucede Zabdiel? ¿Tienes problemas de ansiedad? - el tono de Christopher era cien por ciento sarcástico.

Definitivamente no conocía ésta faceta de Christopher Vélez. Y odiaba admitirlo, pero no sólo me encantaba, sino que daría lo que sea por conocerla un poco más.

- Lo siento, ¿si? ¿Que se suponía que dijera? Supéralo. Y tú. - Me señaló con su dedo- No iras a esa fiesta.

¿Quién se creía que era? ¿Mi padre? Pues estaba muy equivocado. Mi padre estaba muerto. O desaparecido. O se lo había tragado un oso, no lo sé. Pero estaba segura que él no era y si es que acaso mi padre llegaba a aparecerse allí, en ese instante y me dijera que yo no podía ir a la fiesta, le mostraría mi dedo del medio y lo mandaría a la mierda de donde vino. Pero definitivamente iría a la fiesta.

Nadie le dice a ____ que tiene que hacer, salvo ____, por supuesto.

Una risa irónica y demasiado falsa salió de mi garganta. Ambos se voltearon a verme.

- Voy a ser breve. No me conocen. No los conozco. No son absolutamente nada mío como para decirme lo que tengo que hacer. Y voy a ir a esa fiesta como que me llamo ____. - Di media vuelta y caminé hasta el auto de Johann, donde probablemente me estaban esperando.

Bueno... Eso no era cien por ciento cierto. En realidad no sabía si mi nombre verdadero era ____...

Detalles, detalles.




















Mañana haré un maratón como regalo de San Valentín jeje

Así que... nos vemos mañana ^^

Christopher Unde poveștirile trăiesc. Descoperă acum