Capitulo 35

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Ya llevaba toda la saga de Crepúsculo y no podía despegar los ojos de la pantalla. A mitad de Luna Nueva se me había ocurrido tomar notas.

Sí, era una idea estúpida, pero a pesar de eso ahí estaba, con un block de notas en la mano y una lapicera en la otra mientras mis ojos veían el televisor.

Había anotado alrededor de ocho hojas, y no sabía si los Vulturis entraban en este tipo de vampiros, o si eran otra raza de vampiros que no tenían Vulturis o si no dormían o si no comían. No lo sabía. Me sentía una tarada anotando preguntas en el margen como 'Bella puede quedar embarazada porque es humana, Alice y Rosalie no porque son vampiros, pero, ¿por qué los vampiros hombres pueden eyacular?' Y luego borré eyacular, porque me parecía muy vulgar, y puse 'expulsar la cosa blanca y dejar a humanas embarazadas?' Porque me parecía más apropiado para la situación. Era una tremenda estupidez. Pero tal vez me ayudaría a calmar el lío en mi cabeza, que por cierto, ahora era mucho más leve que antes.

Tris seguía en su cita con Johann y me había mandado un mensaje que decía 'No me esperes'. Así qué yo no iba a esperarla.

Ya iba por "Amanecer: parte II", la parte en que Alice aparecía para salvar el día. O al menos eso creía. Y si seguía así, pediría a alguien que me lleve a una librería y me leería los libros. Aunque era demasiado floja para leer los libros después de haber visto la película.

Anoté en el margen '¿cómo los vampiros consiguen sus poderes?', y alguien tocó la puerta. Sí, la puerta del departamento, no el timbre de la puerta principal del edificio. Así qué definitivamente no era Tris porque ella tenía llave.

Le puse pausa a la película, tomé la manta para taparme en caso de que sea algún tipo de fantasma o monstruo, dejé la libreta y la lapicera en el sillón y caminé hacia la puerta. Me acerqué un poquito solo para ver por el agujero y...

Oh maldita sea.

Era Christopher.

Era el maldito Christopher Vélez luciendo malditamente hermoso fuera de mi maldita puerta para confundir mi maldita cabeza otra vez.

No iba a abrir, era definitivo. Apoyé mi espalda contra la puerta suavemente, esperando a que se vaya.

- ____. - Volvió a golpear la puerta.

Ssshhhh, tranquila, él no sabe que estas aquí. Tranquila ____, no puede entrar. Hablando de eso, ¿cómo mierda había entrado al edificio?

Dah, es un vampiro.

Diaj, odio esa palabra cuando no se trata de la familia Cullen.

- ____, sé que estas ahí. Puedo escuchar tu respiración. - Tapé mi boca en un acto de reflejo.

Maldito y estúpido vampiro.

- Y ahora puedo escuchar los latidos de tu corazón. - Dios, me odio profundamente. - Ábreme la puerta. - Ese estúpido tono autoritario que no sabía cuando había surgido. Prefería al Christopher autista, siempre iba a preferir al Christopher autista.

- No, vete. - Sabía que era lo menos inteligente que podría haber dicho, pero no se me había ocurrido nada más.

- Si no me abres la puerta en menos de treinta segundos, te juro que la tiro abajo.

Wow, chico fuerte.

Revoleé los ojos.

- No revolees los malditos ojos, puedo escucharlos hacer eso desde aquí afuera. Sólo abre la maldita puerta de una vez. - Me di media vuelta y tomé el picaporte.

Abrí la puerta solo un poco, porque maldita sea, estaba en pijamas. Pero no esos pijamas de las niñas lindas que están en las películas como Bella, no. Estaba asquerosa. Era un pantalón ajustado, de esos que la gente usa para ir al gimnasio (claro que yo no, porque soy una gorda floja, me había quedado del orfanato) que tenía escrito 'SWAG' en el trasero. Si, lamentaba el día que lo había comprado sólo porque había pensado en Justin Bieber. Y tenía una remera de alrededor de treinta talles más que el mío que me llegaba por las rodillas, completamente rota y manchada con helado de hace unos segundos.

Christopher Where stories live. Discover now