Capitulo 59

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- Vamos. - Ya era la quinta vez que Tris decía la misma palabra y sus derivados desde que nos habíamos parado en frente de la puerta de la casa de Johann, que era bastante bonita, para ser honesta. - Tuvimos un accidente. El auto se averió en la ruta. Nuestros padres murieron y nosotras estamos desconsoladas. No pudimos llegar. Sí, nos vamos. - Dio un paso atrás y tiró de mi brazo con fuerza. Me mantuve firme y revoleé los ojos.

- No. - Ella giró su cabeza como si se tratara de la misma chica que aparece en el exorcista. No sabía si tenía que tener miedo o no. - Nos vamos a quedar, les vamos a caer bien, papá y mamá tuvieron una emergencia laboral, lo sienten y nos dejaron este vino para ellos. Tú le dices a Johann que lo amas y nos sacamos ésta mierda de encima ya. - Tiré de su brazo como ella misma había hecho. - Nos quedamos. - Tris volvió a tirar de mi brazo y apretó los dientes.

- Nos vamos.

- Nos quedamos.

- ¡Nos vamos!

- ¡Nos quedamos!

Si seguíamos así, una de las dos iba a perder un brazo con facilidad.

- ____, nos vamos. - Me tomó del cuello haciendo que me agachara y me arrastró lejos de la puerta mientras me quejaba y golpeaba su estómago para que me soltara.

- Te dije que nos quedamos maldita sea. - Me zafé de su agarre y tomé su cabello tirándola hasta la puerta con fuerza mientras gritaba como una niña y golpeaba mis brazos e intentaba morderme.

Lo peor de todo esto, era que pasaba habitualmente. Y siempre terminábamos contando nuestros moretones.

- ¡Suéltame! - Tris me tiró del cabello y maldije por tenerlo tan jodidamente largo. Sin darme cuenta perdí la estabilidad y caí directo en los pequeños tres escalones de la entrada, sin contar que como no era suficiente, mi cuerpo de alguna manera involuntaria, hizo un movimiento que hizo que cayera a los arbustos. Tris comenzó a reír con fuerza. - Eres tan jodidamente torpe. - Gruñí mientras intentaba cumplir la imposible tarea de pararme. - Aw, arruiné tu vestido. - Me dijo con falsa culpabilidad. Me paré y observé el vestido que llevaba puesto mientras una sonrisa se formaba en mi cara.

- Éste, es tu vestido. - Reí sin querer y contemplé con atención los ojos asesinos de Tris.

- ¡TE VOY A MATAR! - Me empujó de cara y con fuerza contra la puerta de la casa de Johann y tomó mis bazos inmovilizándome. - Dime ____, ¿qué opinas de comer lengua? - puse cara de asco mientras me movía para escapar.

- Ni se te ocurra. - Tris sonrió y sacó su lengua de su boca. - ¡Tris, no! - Comencé a gritar mientras ella lamía mi cara y dejaba saliva por todos lados en donde pasaba. La desesperación fue mucho más fuerte que yo y mi codo terminó disparado en uno de sus pechos haciendo que se alejara.

- ¡OH POR DIOS! ¡MIS TOMATES! - Gritó con fuerza mientras tomaba uno de sus pechos y hacía ruidos de dolor.

- Esas no llegan ni siquiera a canicas, imbécil. - Me fulminó con la mirada.

- Te voy a...

- ¡YA VOY! - Me giré al escuchar la voz de alguien detrás de la puerta. Corrí hacia Tris y sus ojos de pánico e intenté que no pareciera una ramera que había sido violada y golpeada por un grupo de hombres desagradables. Arreglé su lápiz labial hasta que escuché la puerta abrirse. Sonreí sin saber quién era la persona que nos había abierto la puerta. Una mujer. De ojos marrones y sonrisa deslumbrante, cabello corto y castaño, con un delantal de cocina y un tenedor en su mano.

- Hola. - Dije. Pero ella seguía demasiado concentrada mirando a Tris mientras fruncía el ceño, pero mantenía su sonrisa. Miré a Tris y noté que seguía con la mano en su pecho. La saqué con rapidez, pero ella seguía sin reaccionar, con su boca abierta y los ojos aterrados. Dudaba si todavía respiraba. - Sonríe. - Le susurré y al parecer me escuchó porque su intento de sonrisa, podía confundirse muchísimo más con los dientes del tiburón de buscando a nemo. - Mejor no lo hagas. - Ella borró la sonrisa y volvió con su cara de completo pánico. La mujer en frente de nosotras rió.

Christopher Where stories live. Discover now