Capitulo 44

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Esto era incómodo. Esto era MUY incómodo.

- ¿Podría saber hacia dónde vamos? - Su voz me causó escalofríos.

- A ningún lado, calla la puta boca. -Christopher no estaba de humor y se notaba.

Estábamos en el auto, yendo a no sabía dónde. Christopher manejaba, tenso y molesto, completamente enojado. Yo estaba en el asiento del copiloto, impactada y callada, porque no sabía qué decir ni cómo actuar ante una situación como esta. En los asientos de atrás, Erick, Joel y Mason estaban apretujados. Mason se encontraba en el medio, dejando a Erick y Joel como los matones que lo miraban controlando cada movimiento que hacía. En el auto de atrás que nos seguía, se encontraban Richard y Zabdiel.

La situación era malditamente confusa y si me pidieran que les dijera cómo explicarla, no hubiera sabido cómo hacerlo. Luego de que había pasado ese incidente en el estacionamiento, Christopher quería matar a Mason en frente de todo el mundo, allí mismo. Y hablo de matar. Aunque no sabía cómo lo haría, pero encontraría una manera, seguramente. Lo persuadí de que nadie tendría que enterarse y que él podría decirnos el por qué de haber querido matarme. En ese momento, me había hecho la detective, al mejor estilo Sherlock Holmes, pero ahora me daba cuenta que lo más probable era que había sonado como una estúpida. A pesar de eso, Christopher recapacitó unos segundos y aceptó mi propuesta. Sus hermanos llegaron como si los hubiese llamado con la mente, les dijo tres palabras que al parecer ellos entendieron y nos dividimos en los autos para ir a un cuartel secreto de vampiros... O algo así.

Al principio, Christopher no había querido que yo estuviera presente allí, tampoco ninguno de sus hermanos que no decían una palabra, pero se comunicaban con la mirada. Hice miles de berrinches y caprichos que sabía que Chris no soportaba, mientras sus hermanos se metían en los autos. Le dije que jamás le perdonaría que me dejara afuera de esto, porque yo tenía que ver con esto y ya estaba involucrada aunque a él no le gustara. Luego de maldecirme unas diez mil veces en voz baja, aceptó que yo vaya con la condición de que no dijera ni una sola palabra, aunque esa no era la razón por la que estaba tan callada.

Me había costado convencer a Tris y a Johann de que tenía que hacer un trabajo con una compañera de Historia y que lo había olvidado. Tris sospechó, como siempre, pero luego Johann se dio cuenta que algo más estaba pasando y logró persuadirla. Claro que juré contarle todo lo que estaba pasando después, mientras Tris no escuchaba.

- ¿Podríamos poner música? - Su cara apareció en el medio de los asientos de adelante. - Me relaja... - Corrí mi rostro para ver cómo sus ojos estaban fijos en mí, disfrutando del nerviosismo que me provocaba. Y su sonrisa... Parecía que la tenía pegada en la cara.

- Erick, calla la puta boca de este jodido imbécil de una vez. - Mason rió y desapareció porque alguien lo había empujado contra el asiento. - Es la única razón por la que los traje a ambos aquí, no pueden cumplir una simple tarea.

- Si no te gusta, ven a hacerlo tú mismo. - Todos estábamos nerviosos, la tensión se sentía en el aire.

- ¿Sabes qué voy a hacer? Voy a romperte la nariz si sigues molestándome.

- Sólo quiero verte intentarlo.

- ¡CÁLLENSE DE UNA VEZ, MALDITA SEA! ¡ME HAN TRAÍDO AQUÍ Y NO QUIERO SOPORTARLOS, CÁLLENSE YA! - El grito de Joel sonó en el auto y tuve que tapar mis oídos.

- ¡A MÍ NO VAS A GRITARME IDIOTA! - Erick gritó más fuerte.

- ¿QUIERES QUE TE ROMPA LA CARA? - Y ahora Christopher.

- Creo que estamos todos muy nerviosos y deberíamos tranquilizarnos... - Mason intentó calmar la situación, irónicamente por supuesto.

- ¡TÚ TE CALLAS HIJO DE PUTA! ¡NADIE TE INVITÓ A LA FIESTA! - Christopher lo miró por el retrovisor amenazadoramente. Alguno de los tres iba a decir algo, lo sabía.

Christopher Donde viven las historias. Descúbrelo ahora