Capitulo 65

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- Entonces... - Sonreí sin mostrar mis dientes mientras veía la caja moviéndose en frente de mí. Me imaginaba lo que había adentro, pero quería que fuera sorpresa, sólo porque Christopher me lo estaba dando.

- Entonces... - Dijo él junto a mí, mirando su caja, que también se movía un poco, pero no tanto como la mía.

Ambas estaban al pie de la cama de la habitación de Christopher. Ninguno había querido abrir sus regalos en frente de los chicos, entonces habíamos ido a su habitación para tener un poco más de privacidad. A pesar de que era divertido verlos hacer el ridículo. Muy divertido.

- No puedo esperar. - Reí mientras me tiraba a la cama y apoyaba la caja sobre mis piernas. Christopher hizo lo mismo y abrí mi regalo sin esperarlo. - ¡OH! ¡POR! ¡DIOS!

- ¡OH! ¡POR! ¡DIOS! - No sabía cuál de los dos había gritado más como una niña
.
- ¡BLAZE! - El cachorrito salió disparado de la caja hacia mis brazos al reconocerme. Lamió mi rostro con energía mientras reía y veía mover su cola. Ni siquiera tenía tiempo de ver a Christopher siendo una completa dulzura con su nuevo gatito.

- ¿Blaze? - Preguntó Christopher junto a mí.
Lo miré mientras acariciaba la pequeña cabeza negra que se refregaba en mi estómago.

La verdad era que había pensado en ese nombre desde que lo había visto ese día en el refugio. Siempre había querido tener un perro, pero Polland me hubiese castigado si se hubiera enterado que un perro vagaba por las instalaciones del orfanato. Y además, Tris los odiaba. Es por eso que cuando nos escapamos no habíamos adoptado ninguno. Decía que estaban llenos de pulgas y que podrían morderla. Así que esa idea había quedado descartada por completo.

¿Cómo iba a hacer para que Tris no se enterara de Blaze? Ya se me ocurriría algo.

- Blaze es perfecto. Sus ojos tienen mucho brillo, como el fuego. - Christopher juntó sus cejas mientras seguía haciéndole caricias en el estómago al pequeño gato que se estaba quedando dormido en sus piernas.

- Bueno, _____ está tomando una siesta, ama que le haga caricias. - Reí.

- Espero que te guste, porque sinceramente ha sido un difícil trabajo traerla hasta aquí. Ha intentado escaparse como unas cinco veces, además de que me mordió y rasguñó cuando intenté meterla en la jodida caja. Y Erick y Joel intentaron comérsela. - Christopher negó con la cabeza.

- No van a hacerle nada porque saben que voy a matarlos si algo le pasa. - Dejé la caja en el piso sobre la de Christopher, y me acosté en la cama. Blaze caminó sobre mi cuerpo, se sentó en mi pecho y lamió mi nariz. Reí y él paró ya que estaba a punto de caerse por los movimientos que causaba la risa en mi cuerpo.- No puedo creer que esa cosa te haga tan feliz. - Giré mi cabeza sólo un poco para ver a Christopher acostado junto a mí, mirándome fijamente con una sonrisa. La pequeña gatita escalo por sus abdominales hasta llegar a su cuello, en donde se hizo una pequeña bolita y cerró los ojos. Parecía estar dormida.

- Yo no puedo creer que esa cosa te haga feliz. - Me acerqué un poco más a él para besarlo, pero la bestia en su cuello estiró una pata con sus garras afuera e hizo un extraño ruido que estaba segura, no era un ronroneo. - Pero a ella no le hace feliz que estemos juntos, definitivamente. - Dije alejándome un poco.

- Y a él tampoco. - Miré en donde los ojos de Christopher estaban y noté a Blaze, mostrando sus dientes y gruñéndole. - Es oficial, tu perro me odia. - Reí mientras lo dejaba en el suelo.

- Y a mí tu gata. - Él hizo lo mismo con la pequeña ____ y luego me miró con una sonrisa.

- Pero yo no lo hago. - Negué con mi cabeza.

Christopher Donde viven las historias. Descúbrelo ahora