Capitulo 10

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No me había dado cuenta que los viernes tenía Biología hasta que Tris lo mencionó junto con "Voy a sentarme con Johann, si no te molesta."

Pero claro que me molestaba, aunque no pensaba decírselo. Le gustaba mucho, y Johann también a ella. No pensaba ser la que les prohibiera estar juntos porque sólo estaba paranoica.

Entre al aula de Biología con el corazón en la boca y saqué todo el aire en un suspiro cuando vi que Christopher no estaba en nuestro pupitre.

Tampoco es que él se vaya a sentar a mi lado.

Tris corrió al lado de Johann y se sentó a su lado sonriente. Yo caminé lentamente hasta el último lugar, en el rincón del aula y me senté allí.

No voy a mentirme a mí misma, porque eso es una idiotez. Mis manos temblaban y estaba haciendo todo tan lentamente que era obvio que estaba nerviosa.

Sí, probablemente estaba exagerando, eso era lo que Tris diría. Pero nadie estaba en mí lugar. Nadie era acosado por ese chico, excepto yo. Y gracias a Johann mis nervios se habían multiplicado por mil.

¿Qué mierda era esa de que eran peligrosos? Si fueran peligrosos, no los dejarían entrar en la escuela ¿verdad?

Suspiré y revolee los ojos. Si seguía pensando en eso sólo lograría ponerme más nerviosa. Deje mi bolso colgado de la alta silla y me giré para tomar mi cuaderno y mi libro. Una ventisca de aire frío corrió de repente golpeando mi cuerpo y me dieron escalofríos. Me enderecé en mi asiento y por un segundo mi corazón dejó de latir.

Christopher, estaba sentado junto a mí. Viéndome fijamente.

¿Cómo mierda hacía eso?

Puse una mano en mi pecho e intenté calmar mis respiraciones. Claramente no funcionaba. Él seguía con su vista en mí y eso me irritaba y hacía que mi corazón latiera cincuenta veces más rápido que lo normal. Lo miré una vez más sacando las manos de mi pecho y poniéndolas en mi cara, apoyando los codos en la mesa, junto a mis cosas.

- Me asustaste. - Susurré. Él no contesto.

Saqué las manos de mi cara, una vez que mi respiración había dejado de estar agitada y lo miré. Mi corazón seguía corriendo a mil. Él sólo seguía mirándome, sin decir nada.

Suspiré y miré al frente. Con mis dedos comencé a hacer un ritmo contra mis cuadernos. Volví a suspirar irritada porque sentía sus ojos en mí.

Vamos ____ primera regla de la confianza en ti mismo: no permitas que nadie te intimide.

Me giré a verlo y cuando iba a hablar, me perdí en sus oscuros ojos por un instante antes de volver a suspirar.

Ahora ____, háblale ahora.

-¿Por qué siempre estás mirándome? ¿Es que acaso tengo algo en la cara?

Genial. GENIAL. Te felicito ____, eres una maldita agresiva con problemas de que la miren. Sólo para que sepas, no está prohibido que la gente te mire, no es contra la ley. Eres una idiota ____ Brooks, estoy cansada de repetírtelo. Consíguete otra consciencia.

Él junto las cejas, haciendo una mueca con su cara, y Dios, se veía malditamente adorable cuando hacía eso. Inspeccionó mi rostro unos segundos. Desvío los ojos hacía la mesa, y luego miró al frente. Suspiré otra vez, irritada conmigo misma y me di el valor de volver a intentarlo.

- Yo... No quise que sonara tan agresivo. - Él no se inmuto de lo que estaba diciendo. Puse una mano en mi frente y me sorprendí al sentir sudor en ella.

Eres un puerco, que asco.

-Lo que intento decir, es gracias. - Seguí mirándolo y sus cejas volvían a estar juntas, desvío sus ojos en mí nuevamente y me repetí diez mil veces más que sólo era un chico y que mi corazón no tenía que latir así de fuerte, que mi respiración tenía que ser normal.

- ¿Por qué?

Madre Santa, su voz era lo más hermoso que había escuchado. Sabía que mi cara estaba demostrando lo sorprendida que estaba, pero no me molesté en ocultarlo. Es decir, ÉL ESTABA HABLANDOME. ÉL-ESTABA-HABLANDOME.

- Por el cuaderno de Biología... - Dije mirando hacia la mesa dónde estaba el bendito objeto. - Gracias por dejarlo en mi casillero.

Su cara volvía a demostrar que no sabía de qué estaba hablando y me sorprendí al poder leer su rostro, cosa que no había logrado hacer desde que lo vi por primera vez, en este mismo lugar.

- No sé de qué estás hablando. - Su cara volvía a ser la misma, y yo entrecerré los ojos.

O me está tomando el pelo, o está haciendo una muy buena actuación... O de verdad él no fue él que lo hizo.

Mi cuerpo se desinfló como un globo en la silla y miré la mesa fijamente, sintiendo sus ojos en mí.

- No importa... Seguro fue una confusión.

Suspiré otra vez, y dirigí mi mirada a él. Estaba viendo al frente nuevamente. No pierdas esta oportunidad ____, él está hablándote. Haz algo. Sigue hablando.

- ¿Cómo te llamas? - La pregunta salió de mi boca sin pensarlo y me maldije a mí misma.

Quien haya dejado la nota y el cuaderno en mi casillero, había escrito una "V", es decir que yo sabía cómo era su nombre, o apellido supongo, porque si no, no le hubiera agradecido.

Era obvio que él sabía que yo ya sabía cómo era su nombre, pero no dijo nada al respecto. En cambio, me miró, volvió su mirada al frente y apretó sus manos juntas sobre la mesa, parecía irritado.

Lo siento amigo, sé que puedo ser irritante a veces, pero tu decidiste acosarme con tu maldita mirada.

- Es mejor que no me hables... - Mis cejas se juntaron en una y lo miré sorprendida.
¿Perdón? ¿Qué se supone que significa eso?. Él volvió a mirarme. - A tu amigo no le agrada... - Mis cejas se juntaron más, si es que era posible, y mi cara demostraba lo confundida que estaba. Sus ojos seguían en mí.

¿Amigo? ¿Qué amigo? Llevaba aquí una semana, ¿acaso él piensa que soy una persona sociable? Porque estaba muy confundido, en serio.

Volvió a mirar al frente y me lo quedé mirando de la misma manera. Busqué por el aula quién se suponía que sería mi amigo y me sorprendí al ver los ojos de Johann fulminando a Christopher.

¿Qué estaba pasando aquí?

Cuando Johann se dio cuenta que lo estaba mirando, desvió su mirada de Christopher y miró a Tris, que estaba hablándole.
Oficialmente, estaba completamente perdida en el instituto Oak Hills.

Christopher Where stories live. Discover now