Capitulo 47

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- ¿Ya atendió? - Saqué el teléfono de mi oreja y volví a marcar lo más rápido que pude.

Maldita sea, contesta.

- No, todavía no. - Christopher gruñó y aceleró con el auto para poder estacionar frente a mi edificio. Mis manos temblaban y sudaban, estaba demasiado malditamente nerviosa y preocupada como para abrir mi puerta, así que agradecí a la súper velocidad de Chris con todo mi ser.

¿Por qué todo tenía que pasarme a mí?

- Tal vez esté en el departamento, vamos. - Volví a cortar el teléfono maldiciendo diez mil veces más.

Tomé las llaves y abrí la puerta del edificio lo más rápido que pude. El ascensor estaba en el piso de abajo, así que no tuvimos que esperar. Las puertas se cerraron y Christopher tocó el botón por mí. Apoyé mi espalda contra el espejo del ascensor e intenté calmar mi respiración.

- Maldición. Si le llega a pasar algo a Tris, yo...

- No le va a pasar nada. Vamos a encontrarla. - Asentí con la cabeza y toqué mi frente limpiando el sudor inexistente.

Todo había comenzado con la desaparición de Mason. No sabíamos cómo lo había hecho, pero las cadenas habían aparecido rotas en el suelo, junto a la silla vacía. Los Vélez habían empezado una rápida búsqueda por el bosque mientras yo me quedaba en el taller intentando encontrar alguna pista o lo que fuera que pudiera ayudarnos a saber qué era lo que había pasado. Pero no habíamos encontrado nada. Y como si hubiera sido un golpe en mi cabeza, me llovió la idea de Tris. Sola en casa. La llamé como una loca más de cien veces, pero no contestó ni una. Christopher me dijo que la busquemos en el departamento porque tal vez estaba dormida. Mientras tanto, los Vélez se quedaron buscando a Mason por el bosque. Quería que esto fuera una pesadilla.

Las puertas del ascensor se abrieron y corrí por el pasillo para abrir la puerta.

- ¡TRIS! ¡TRIS! - Grité mientras corría por todo el departamento buscándola. Pero no había rastros de ella. - ¡TRIS! - Tomé mi cabeza mientras escuchaba mi propia respiración volverse más agitada. Christopher me tomó de los hombros intentando tranquilizarme. - ¿Y si la tiene él? ¿Y si le hace algo? No le puede pasar nada Chris. ¡Nadie puede lastimarla! - Él me abrazó mientras un sollozo salía de mi garganta lo cual era raro, ya que no estaba llorando.

- Tranquila ____. Vamos a encontrar a Mason y a Tris, mantén la calma. - Me alejé de él porque de repente estaba inquieta y me faltaba el aire y aunque me sentía cómoda entre los brazos de Christopher, no podía mantenerme cerca de él.

- Todo esto es mi culpa, yo la metí en esto. Sabía que no tenía que dejarla sola, lo sabía. Soy una imbécil. - Tapé mi cara y me senté en el sofá.

¿Qué iba a hacer ahora sin Tris?

- Mírame. - Negué con la cabeza mientras sentía su peso caer junto a mí en el sillón. - ____, mírame. - Sentí sus manos tomar las mías y quitarlas de mi cara. Sus ojos se fijaron en los míos y los míos en los suyos. - Vamos a encontrarla, ¿de acuerdo? - Asentí con la cabeza intentando crear esa idea en mi cerebro. Me paré de mi lugar y lo miré.

- ¿Y qué vamos a hacer? - Un suave ruido se escuchó a mi izquierda y me giré al instante.

- ¿Qué estás haciendo aquí?

Oh por Dios. Gracias. Gracias con todo mi corazón por escuchar mis plegarias, gracias de verdad.

Tris estaba parada frente a mí, con el mismo vestido y tacones que se había puesto esta mañana. Su rostro estaba confundido y sus cejas estaban juntas. Y tenía una caja de donas en las manos.

Christopher Unde poveștirile trăiesc. Descoperă acum