Capitulo 16

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Estaba en mi cama, acostada mirando hacia el techo y en lo único que podía pensar era en Christopher.

Sí, Christopher Vélez no salía de mi cabeza por más de que lo intentara.

Es decir, tenía mucho más en qué pensar. Como por ejemplo, mis materias, tenía exámenes la semana entrante, habíamos conseguido el trabajo de camareras gracias a la gran recomendación de Zabdiel, lo cual seguía molestando a Johann lo que significaba que molestaba a Tris y eso me molestaba a mí, porque ya no la soportaba insinuando cosas que no tenían hechos en los que basarse, teníamos que trabajar mañana después de la escuela y saldríamos a la hora en la que cenamos, y además, seguía queriendo averiguar qué era lo que sucedía con los Vélez.

Pero no. Yo pensaba en Christopher Vélez. En la manera en que sus ojos me miraban y lo bonito que era. Cómo su pelo caía por toda su frente y en lo suave que este parecía, en su piel pálida y el sonido de su voz. Cuando sus cejas se juntaban y sus labios hacían una bonita mueca...

Me encontré a mi misma sonriendo ante el pensamiento.

Ya basta, estás siendo patética.

Sí estaba siendo patética y me sentía una idiota por serlo.

Giré mi cuerpo en la cama y cerré los ojos intentando dormir un poco.

(...)

- Levántate ____, Johann vendrá en diez minutos. Dúchate y cámbiate. - La voz de Tris se escuchó, y después un portazo. Salté de la cama y corrí al baño.

¿Sabes que probablemente ella está mintiendo y falta media hora, no? Porque siempre hace lo mismo para que corras y te estreses.

Me duché lo más rápido que pude y corrí a mi habitación en toalla para cambiarme con lo primero que encontré. Sequé mi cabello, y me maquillé y cuando estaba tomando mi bolso el timbre sonó.

- Vamos ____, ya está abajo. - Corrí a la puerta en donde estaba Tris esperándome y bajamos.

Johann estaba parado delante de su auto, como usualmente. Tris corrió a él sonriéndole y lo besó como si no hubiera un mañana. Yo lo saludé con mi mano antes de meterme en el auto sin esperar a que él me abriera la puerta. Luego de diez largos minutos en los que estaba convencida a cortar con su amor porque llegaríamos tarde a la escuela, ellos entraron al auto, Johann abriéndole la puerta a Tris.

Él me sonrió por el retrovisor y yo desvié mis ojos.

- ¿Cómo les fue en el trabajo? ¿Lo consiguieron? - Tris se giró hacia él como si fuera un rayo de sol y luché por no vomitar mientras llevaba su mano hacia la de él y la tomaba con fuerza.

- Lo tenemos. ¿Puedes creerlo? ¡Tenemos el trabajo! - Se abalanzó hacia él y lo besó en los labios.

- No quiero cortar su amor ni nada parecido, ¿pero acaso la primer regla del conductor no es "los ojos al frente"? - Tris me fulminó con la mirada mientras se alejaba y Johann emitió una risa.

Está bien, quiéranse y fabriquen corazones, arcoíris y todo eso, pero no intenten matarme. Soy demasiado joven y sexy como para morir.

- Tal vez vaya a visitarlas en su primer día de trabajo. - Tris sonrió como una niña y lo miró.

- No creo que esté bien que vayas. - Él la miró confundido. - No podría dejar de mirarte y querer besarte, van a echarme en mi primer día Johann. - Sus manos se apretaron un poco más y yo emití un sonido vomitivo que salió de mi boca involuntariamente.

En serio, esto ya es demasiado, necesito salir de este auto ahora.

Tris me fulminó con la mirada, una vez más mientras Johann reía más fuerte.

Llegamos a la escuela, entre besos, caricias, sonidos vomitivos, miradas fulminantes de Tris y carcajadas de Johann.

Salí del auto y comencé a caminar.

- ____, ¿te parecería bien si hablamos? - Johann habló. Yo y Tris lo miramos confundidas y él fijo su mirada en el suelo. Asentí con mi cabeza y ante la mirada que Johann le dio a Tris ella entendió el mensaje.

A solas.

Aunque sabía que luego me preguntaría cada cosa que Johann me había dicho.

- Los voy a dejar solos. Pero no tarden mucho, van a llegar tarde si no. - Caminó a Jake y lo besó en los labios. - Voy a extrañarte. - Él sonrió débilmente.

- Yo también. - La besó nuevamente y Tris pasó a mi lado deteniéndose en mí para darme un mojado beso en la mejilla. De esos que odio con toda mi existencia.

Maldita Tris.

Cuando se alejó me guiño un ojo y comenzó a reír cuando vio que me limpiaba el cachete con asco.

- ¿Qué sucede? - Él volvió su mirada al suelo de nuevo y yo avancé dos pasos para poder escuchar lo que tenía que decir. - Si esto tiene que ver con Tris, en serio... - comencé a hablar rápidamente, pero él me interrumpió.

- No tiene que ver con Tris.

- ¿Y entonces? - mi tono de impaciencia era muy obvio y no intenté ocultarlo.

- Yo quería pedirte disculpas... - Junté mis cejas.

¿De qué tenía que disculparse Johann?

- Sobre los Vélez....

Oooooh, todo cobraba sentido.

- Es sólo que me preocupo por tu hermana, y eso significa que me preocupo por ti también, ¿sabes? Te considero una amiga para mí, y sólo intento protegerte.

- ¿De qué intentas protegerme? - solté exasperada. - Sólo dímelo Johann, ¿qué es lo que sabes que los hace tan peligrosos? Dímelo de una buena vez y yo por fin podré alejarme de ellos para siempre, porque no pienso hacerlo sin ninguna razón.

Él me miró directo a los ojos.

- No puedo.

¿Qué mierda?

- No puedo decírtelo. - Su tono de voz era desesperado, como si de verdad intentara decírmelo pero había algo que se lo impedía fuertemente. - Mira, yo no voy a prohibirte verlos, porque no soy nadie como para decírtelo, sólo te pido que te cuides. Sé cuidadosa con ellos. Y si cualquier cosa pasa, por lo más pequeña que sea, llámame, tienes mi teléfono. No importa la hora, ni el lugar. Iré corriendo si es necesario.

Me sorprendí al notar lo sincero que sonaba y no pude evitar sentirme apenada por todo lo que había pensado de él en esos días. No era malo. Johann era muy bueno. Y yo también lo consideraba un amigo. Y creo que después de todo, los amigos quieren lo mejor para ti, ¿cierto?

- Sólo te pido eso. No te fíes de ellos ni un solo segundo. Sólo mantente alerta a cada segundo. Y hablo en serio. Iré corriendo si tengo que hacerlo. - Se acercó un par de pasos hacia mí, y algo dudoso, rodeó sus brazos por mis hombros. Me quedé petrificada ante el gesto.

Es decir, la única persona que alguna vez se había preocupado por mí, era Tris. Y ella había sido a la única en que le había dado un abrazo en estos dieciséis años, asi que tenía derecho de estar congelada ante lo que acababa de pasar.

Las lágrimas vinieron a mis ojos y grité fuertemente en mi cabeza para que se fueran.

Johann era la primera persona que se preocupaba por mí, después de Tris. Y no quería ser honesta, pero ya lo sentía como un hermano mayor. Lo mínimo que podía hacer por él era cumplir lo que me estaba pidiendo.

Y mientras rodeaba mis brazos por su espalda y apoyaba mi cabeza en su pecho, porque era muy alto como para llegar a su hombro, me prometí a mi misma que iba a cuidarme a mí misma cuando esté cerca de alguno de los Vélez.

Él se separó y me sonrió.

- No vas a llorar, ¿cierto? Porque soy una persona muy sensible y lloraré contigo si es necesario. - La carcajada que salió de mi boca fue involuntaria, y comenzamos a caminar hacia el edificio de la escuela.

Johann era una buena persona, y ya empezaba a sentir como crecía el cariño hacia él dentro de mí.













Maratón 2/5 <3

Christopher Where stories live. Discover now