Capitulo 32

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- Maldita sea... - Lleve una mano a mi mejilla y suspiré.

Ya era la quinta vez que golpeaba mi cara con una rama. Y estaba segura que esta vez había sangrado. Sentía el ardor en mi mejilla y el líquido en mis dedos. No era mucha sangre, pero mierda que dolía.

Todo estaba tan malditamente oscuro, que apenas podía ver lo que tenía en frente, por donde caminaba, cuando se avecinaba un árbol, o si había algún tipo de serpiente rondando cerca de mi pie.

- Maldita seas ____. - Volví a maldecirme, ¿y por qué no en voz alta? Llevaba caminando diez minutos y no había escuchado ese maldito grito otra vez.

Y para empezar, ya quería que la persona que haya gritado esté muerta, porque lo más probable es que me haya perdido por ir en su estúpido rescate. Así qué si ella o él no estaba muerto o muerta, yo, personalmente, iba a ser la encargada de patear su culo tan fuerte que no podría sentarse en una silla por mucho tiempo, más del que se imaginaba.

No sabía cómo volver. No sabía para donde ir. No sabía que había pasado. No sabía dónde estaba Key. No sabía dónde estaba Christopher. No sabía nada.

Seguía teniendo un poco de miedo por lo que había pasado antes en la fiesta. Y que quede claro que las palabras "un poco" eran relativas, porque yo estaba, literalmente, temblando del miedo. Los pensamientos de todas esas personas corriendo, la manera en que Key reaccionó y estar sola en el medio del bosque caminando perdida sin saber a dónde ir cuando minutos antes escuchaste a alguien gritar por ayuda, no eran una buena combinación.

Y pensaba que si seguía sin hacer ningún ruido, sea quien sea jamás podría saber que lo estaba buscando. Así qué grite.

- ¡OYE! ¿HAY ALGUIEN AHÍ?

Si, no se te podría haber ocurrido decir algo mejor. Porque si había por allí suelto un asesino, él probablemente diría 'Presente y dispuesto a matarte.' Bien pensado ____.

- ¡AYUDA! ¡AYUDA POR FAVOR!

Oh gracias a Dios, ya empezaba a pensar que lo había imaginado.

- AQUÍ ESTOY. DIME EN DÓNDE ESTAS. - Mis pies fueron más rápido por el bosque en un intento de poder seguir la voz y ayudarla.

- ¡AYUDA! - Era un hombre, ahora estaba segura. El hecho de estar cada vez más cerca aclaraba mis pensamientos. Llegaría, lo encontraría, lo ayudaría con la mierda en la que estaba metido, luego él sabría donde estaba el estacionamiento, (porque lo sabría. A pesar de todo a veces tenía que ser un poco positiva maldita sea) iríamos allí, Key aparecería y luego Johann, y nos iríamos a casa y toda esta mierda se iba a terminar.

- ¡AYUDA!

Maldición, ya entendí que necesitas ayuda, espera un momento por el amor de Dios.

Salté un tronco que estaba en mi camino y pasé por detrás de un árbol. Un descampado, sin un solo árbol, de esos que usan en los campamentos, redondo como un círculo, estaba frente a mí.

- ¡AYUDA! - Venía de allí, estaba segura.

Giré en mis pies intentando localizar a alguien con mis ojos. Aunque ahora era mucho más claro ver, porque los árboles tapaban la luz de la luna, todo se bañaba de una hermosa aurora blanca. Si hubiese sido otro momento, lo hubiese apreciado como era debido. Pero a pesar de la poca luz que la luna emitía, seguía estando demasiado oscuro para mis ojos, así que sólo veía sombras en lugar de árboles.

- ¡AYUDA! ¡AYUDA POR FAVOR!

Vamos ____, el chico tampoco debe poderte ver a ti, haz un maldito esfuerzo.

Christopher Donde viven las historias. Descúbrelo ahora