Feroz. Aullidos. {Capítulo 18}

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Su circunstancia no los habían unidos del todo por lo que pasaron en ayudarse mutua, la pizca de diferencia entre Elizabeth y John eran indeterminado, imprecisa y todos los sentimientos dudosos existentes.

Esa noche, cenaron, toda la familia con miradas incómodas. Al parecer todos pasaron por un tropiezo desafortunado. No tenían de mucho que hablar, no después de la ceremonia recordatoria en la escuela de la pareja de jóvenes asesinados. Tampoco la señora Rakel tenía ganas de preguntar como se sentían los chicos, únicamente el hombre habló de su trabajo en el puerto.

Después de levantar la cena, John se ofreció ayudar a levantar los trastes y llevarlos a la cocina con Hermen.

Elizabeth se quedó a solas con Rakel en el living. La señora buscó en sus colecciones de discos viejos alguna música que poner para cubrir los semejantes aullidos que electrisaban la sangre que provenían de los montes lejanos.

Una vez que colocó el disco, comenzó a sonar una canción de Sha Na Na.

Luego mientras dió unos pasitos rítmicos, sonriendo se sentó en el sillón al lado de la chica, explicando porque se sentía tan animada.

- Eres jovencita..., seguramente no conoces este grupo. Ay, siento como un cosquilleo de recuerdos.

- Si, les he oído. Me agrada. ¿Tienes alguno de Neil Sedaka?

- Wow... me siento estremecida. Creo más que actuar de hacer mamá, también nos haremos amigas.

Elizabeth río bajito actuando.

- Son... discos de herencia de mis abuelos que me dejaron. ¿Te gusta Elton John?

- Por... supuesto, un poco.

- A mi me fascina. pero... dime la verdad ¿qué oyes de música en tú ciudad?

- Hm... de todo un poco. Metal, rock, retro electrónico..., pop, clásicos, hasta Jpop/rock.

- ¿Jpop/rock? ¿Y eso?

- Música asiática.

- Ay -Suspiró, Rakel. - Hay tanto que desconozco de las ciudades como Argentina. Pero Hermen no se dispuso a salir de vacaciones. Así que... le obedecí y me quedé con él. No puedo dejarlo solo por unos días ¿entiendes?
Mi querido no se puede mantener solo ni por dos días, imagina si fueran por 5 días.

La chica se pone de pie y se dirigió al mismo mueble en dónde tenía colecciones de discos, libros viejos, anuarios y álbumes de fotografías.
Los observó y detrás de su espalda la escuchó decir a Rakel:

- No seas tímida, elige y te contaré la historia.

Elizabeth apoyó un dedo en sus labios vacilando, si agarrar el que le interesaba o no, pero luego de pensarlo largos momentos lo tomó y lo trajo consigo...

- ¿Puedo? -pregunta, Elizabeth para poder abrir el álbum de fotos.

- Si, si, cariño. Verlo.

Elizabeth regresó a sentarse en el sillón, apoyó el álbum familiar en su regazo y abrió la primera tapa.

Comenzó a hojear, había algunos fotos que estaban pegadas con cintas adhesivas otras fotos se encontraban dentro de bolsitas. Había fotos navideñas familiares, otras preparando la familia y amigos asados, otras que eran blanco y negro que seguramente debían ser los abuelos de está pareja, también mascotas, y hasta ante de alcanzar a la mitad del álbum comenzaba unas fotitos de un bebé que la señora Rakel y Hermen Armando tenían en sus brazos, se los veían tan felices.

Feroz. AullidosWhere stories live. Discover now