Feroz. Aullidos. {Capítulo 15}

16 6 0
                                    


Al día siguiente.

En el cuarto. Hora 8:15 antes de que llegara el autobús escolar.

Elizabeth que estaba sentada en la cama revisando su carpeta de dibujos, oyó que John salió del baño vestido de sudadera amarilla oscura, pantalón de jean azul y su cabello algo corto castaño humedecido. Levantó la vista lo que hacía él y en un momento a otro no pudo desviar la mirada, John se estaba dedicando hacer su look del siempre en el cabello con una peineta ante el espejo grande que tenían junto a la ventana, pocos minutos John se puso crema en las manos y delicadamente se fue pasando en su rostro, luego de acabar, se echó colonia. No sin terminar, John desvía los ojos a la chica através del reflejo y la miró luego para decir:

— ¿Qué? ¿Tengo cara de mono que me miras tanto?

La hermanastra suspiró antes de contestar con cierta timidez.

— Te... te estaba viendo.

— Eso lo sé desde que salí del baño. ¿Y eso porqué? —Dijo él sin dejar de verla desde el espejo.

— P-porqué te ves admirable.

— He... gracias. —John, dijo sintiéndose algo incómodo y confundido.

* * * *

Al subir los dos al autobús escolar, verlo que su hermanastro se separaba de ella y se iba a sentar con esa chica de la otra vez, Elizabeth cubrió sus pensamientos para no pensar en eso con el recuerdo de la conversación que tuvieron anoche. No podía decirle que vió en él reflejado a su padre Guillermo, su gran parecido que le causó sensación escalofrios; a diferencia que papá tiene el pelo renegrido con algo de canas.
No sólo por eso se había clavado la mirada en Grangerford cuando se arreglaba delicadamente frente al espejo, también porque vió en él que su belleza y su personalidad la dejó encantada, lo cual le invadió en los pensamientos: "Como quisiera ser como él, igual a él. Si fuera hombre yo hubiera querido desesperadamente verme como él, comportarme igual que su fuerza."

Elizabeth tomó asiento al fondo porque los estudiantes le echaban el ojo con vistas amenazantes, les pudo oír : "Acá no te atrevas a sentarte ¿lo entendiste?" "Ay, no, que la monstruito no se siente aquí." "Mira, ahí viene la rara. Da miedo."

Suspiró y sólo únicamente se dedicó a mirar al frente y nadie más.

Hoy era otra vez clases de deporte.
En está ocasión la profesora se estaba olvidando de nuevo de enviarla al campo a Shepherdson, de hecho está vez había enviado a Grangerford a jugar. Los dos equipos eran mixtos, y su rival era su nueva amiga Paola, y su otro nuevo amigo se encontraba en su equipo amarillo.
Los equipos consistían en en seis cada uno.

Comenzaron a jugar; debían entre pasarse la pelota con una raqueta angosto y dar en el blanco justo al centro de la red para ganar puntos en la materia. Cada goles era una subida al trimestre en educación física.

— Tenemos que anotar, Manu —John, le habló a su nuevo amigo.

— ¿Y hacerle eso a Paola? —Manu, le contestó.

— Ella tiene inteligencia, lleva todas las materias aprobadas ¿qué puede perder? Lo va entender.

— Johnny, lo dudo mucho.

— ¿Creés que soy cruel?

Se pasaban la pelota, corrían por el campo, pero hubo un sólo estudiante que dejó sorprendido a todo el mundo con sus agil y veloces movimientos, hasta anotó 4 veces tiro al arco.

Elizabeth les veía desde la banca, perpleja por las habilidades de su hermanastro, e incluso se tuvo que poner de pie para verlo bien y que esto no fuera un sueño.

Feroz. AullidosWhere stories live. Discover now