Feroz. Aullidos. {Capítulo 16}

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Elizabeth

La noticia de los asesinatos de esos chicos se clavaron en el periódico del pueblo.
Todo el mundo estaban nerviosos otra vez, temerosos y sin conocimientos de lo que pudo haber pasado. La policía ocultaban todo para protegernos, incluyendo el comisario del pueblo envió a tres oficiales que vigilarán a los alrededores del colegio.

No sólo era eso, que en el colegio harían una ceremonia para recordarles, con velas y flores, todo eso. No era obligación asistir, pero la mayoría de los estudiantes y maestros iban ir el sábado. Luego de eso, no habría clases por tres días por duelo.

En el caso de mi hermanastro descubrí una nueva faceta hace poco, había momentos que estaba oculto, otros de humores de payaso, otros se encontraba como un perro rabioso, y otros se escondía en el baño y no salía hasta después de dos horas.
Y acerca de la cortina únicamente la cerraba para tener sus... ciertas intimidades, no sé que era pero suelo escucharlo... gemir... lo que me pone muy nerviosa.

Era sábado nuevamente por la mañana, - día de que hay que ir allí al colegio por la memoria - me desperté con sonidos extraños... ¿y está vez ahora que episodio le sucedía a Grangerford?
Luego pocos minutos después me di cuenta que estaba... ¿llorando?
Otra cosa que es para añadir en mi diario de sus locuras emocionales que no está estable.

Lo había estado escribiendo en mi libreta desde que comenzaron sus rápidos estados de cambios luego de tres días en que llegamos aquí. Creo que anotar esto y proyectarlo en mi libreta es importante, útil e interesante.

Algo me dice que nadie más le conocen tanto en persona a está celebridad, tal vez su primo Thomas que es el bajista de la banda, pero... convivir con él bajo el mismo techo es... extraordinario y al mismo tiempo predecible lo cual hay que tener mucho cuidado.
Lo sé me da un poco de miedo, y no es sólo por su estado de salud como me advirtió papá, es que me pone nerviosa. Desde que lo conocí todo el tiempo estoy nerviosa y se me hace notable, y al principio cuando depositó su confianza en mi el día en que fue a verme en el baño para saber cómo estaba, sentí una pizca de confianza también en la suya. Pero desde ése entonces que pasó eso, nos volvimos a distanciar como si fuéramos completos extraños.
Hace parecer igual al clima, un día es soleado y al otro llueve. Da la sensación de que jamás... seremos amigos o hermanos, y... eso me duele un poco porque también soy su gran admiradora y no se lo puedo contar lo que siento.

* * * *

Fui al colegio acompañada por la señora Rakel en coche, Grangerford nos había dicho que iba a ir detrás de nosotras después.

Bajamos y Rakel se fue directo hablar con los maestros reunidos que también se encontraban algunos padres de otros en la entrada. Yo entré al colegio, en lo largo de un sólo pasillo donde se encontraba el aula donde esos chicos muertos iban, había velas, cartelitos con mensajes, cositas que pertenecían a los dos, cosas así.

Me detuve en una de las mesas y vi dos cuadros con flores, eran ellos Lidia y el otro chico que no recuerdo su nombre.
No los conocí, tal vez si, tal vez me los crucé muchas veces, no sé pero no los recuerdos.
La chica era rubia de cabello enrrulado y ojos claros, el otro chico tenía el pelo oscuro y corto con un fleco ante su frente. Sus fotografías individuales los dos sonreían, sonrisas de que esperaban un futuro y una carrera exitosa.

Los compañeros que les conocieron les dejaban cosas, velas, flores o escribían ahí no más un mensaje.

Yo me recargue en la pared más cercana, junté mis manos y me puse a mirar a esperar que pasara el tiempo.

No me di cuenta que en un momento a otro alguien habló al lado mío:

— Eran dos tórtolos. Sus alegrías hacían escapar la luz y... apagaba la oscuridad. —Era el chico rubio que me ayudó los otros días, el del campo deportivo.

Feroz. AullidosWhere stories live. Discover now