Gary se había encontrado con variadas dificultades en su camino para dar con el paradero de Ash o alguien que lo ayudara. Muchas de las personas que lo atacaron no parecían ser controladas, lo que lo llevó a pensar que lo hacían por pura maldad. No quería imaginar el calvario que estaba viviendo Dawn. No quería pensar que ella estuviera en menos de tipos como esos.
Sus pies al correr emitían un gran ruido que, perfectamente, podía alertar al enemigo, mas no le importó. Su mente estaba más preocupada en correr que otra cosa. Las paredes grises del túnel y la luz titilante que estaba a punto de apagarse lo estaban hartando. Estaba cansado de aquella situación, del peligro, del terror. Estaba tan harto del mundo que no se dio cuenta de los gritos que lo llamaban unos cuantos metros más atrás de donde estaba. El castaño se sorprendió cuando vio la pared contigua del túnel tornarse al rojo vivo. Sin lugar a dudas, se trataba de alguna persona queriendo romper la pared con un potente Lanzallamas.
—Lo que me faltaba —susurró Gary, mientras se llevaba sus manos hacia los costados en busca de sus pokebolas. Al parecer el mundo y el universo entero estaban conspirando en su contra; Arceus mismo quería que peleara.
— ¡No me ataques! —gritó aquella voz desde lo profundo de aquel agujero una vez que el Lanzallamas se detuvo.
— ¿Kiawe? ¡eres Kiawe! —gritó el castaño, llevándose sus manos al pecho de forma dramática.
—Gary, disculpa, pero ¿para dónde ibas? —El moreno limpió el sudor de su frente con el dorso de la mano. Ya no quedaban rastros de aquellas líneas hechas por Bonnie en su rostro. Al contrario, manchas horribles se esparcían por sus pómulos y barbilla.
— ¡Ellos tienen a Dawn! ¡esos malditos se la llevaron! —gritó aún más fuerte. Acto seguido, tomó al moreno de sus hombros y la zarandeó en reiteradas ocasiones—. ¡También apuñalaron a Misty! ¡ayúdame, por favor!
— ¿Cómo que tienen a Dawn? —se sobresaltó el moreno—. En mi camino hasta acá no me encontré con nadie. En un punto cerca de aquí, este maldito túnel se transforma en una red con cientos de caminos que pueden llevarte a cualquier dirección. ¡Kalm y el viejo eso nos están viendo la cara! ¡Piensan que esto es una colonia de hormigas!
—Y nosotros somos sus hormigas. Ese tipo quiere que perdamos la cabeza —razonó Gary, mientras se despeinaba el cabello—. Si tan solo tuviéramos el mapa de esa película, sabríamos dónde y con quien está cada uno.
—Quizás esto no sea Harry Potter y el Mapa del Merodeador, pero si existe una forma de saber en dónde está cada uno.
Gary lo miró extrañado.
— ¿De verdad se puede hacer eso?
Kiawe tragó grueso.
—Se supone que yo no debería saber esto.
Kiawe estaba preparándose mentalmente para la batalla final. Caminaba en círculos en un intento por bajar el nivel de estrés. Ya estaba cansado de todo lo que había sufrido. Perder a Charizard lo estaba haciendo perder la cabeza.
De pronto, una conversación le llamó profundamente la atención. Se trataba de Clemont y Lilia. Conversaban bastante bajo, como si ocultaran algo importante.
Kiawe se sobresaltó cuando Ash se había golpeado contra una de las raíces mientras acunaba a Serena entre sus brazos. La chica no había despertado desde que habían llegado hace unas cuantas horas atrás.
—Es un pin muy lindo —dijo Lilia en una media sonrisa. Se trataba de un trébol de cuatro hojas en dorado que no alcanzaba a ser más grande que la uña del dedo meñique—. ¿Para qué sirve exactamente?
—Es un GPS —contestó el rubio—. Con estas preciosuras y esto —sacó su teléfono celular de última generación— podré saber la posición de cada uno de nuestros amigos mientras tengan el pin puesto. Clembot se encargó de instalar cuidadosamente la aplicación en los teléfonos de todos.
—Eso es muy inteligente, pero ¿cómo podrán usar esto si ni siquiera saben cómo o que esto está en su poder?
Un razonamiento listo de una chica lista.
—Llegará un momento en el que nosotros tendremos que separarnos y esta preciosura funcionará por sí misma. Bastará con que uno de nosotros lo active para que aparezca en los teléfonos de todos. Será como tener un mapa.
— ¿Entonces tengo puesto el pin de un trébol y ni siquiera me avisaron? —preguntó Gary, mientras se revisaba cómicamente las axilas y el trasero.
—Algo así —asintió Kiawe. Acto seguido, sacó su teléfono y hecho a andar la única aplicación con tréboles y que no recordara haber descargado.
A continuación, el teléfono le mostró un plano amarillo pergamino y letras y dibujos en marrón oscuro. En eso, varias lucecitas rojas titilaron. Cada una de ellas tenía el nombre de sus amigos.
—Clemont es un maldito genio loco —soltó Gary con toda la sinceridad del mundo—. ¡Mira, ahí está Dawn!
—Y Mallow también está con ella —dijo Kiawe con cierto alivio—. ¿Esos son Jessie y James? ¿qué hacen aquí?
— ¡Y yo qué sé! Será mejor que los sigamos, porque están a punto de salir de esta cosa.
Los jóvenes emprendieron el camino hacia la salida del túnel, siguiendo los pasos que el ex Equipo Rocket y compañía surcaban hacia la salida más cercana. Únicamente esperaban que todos estuvieran bien.
Lilia había apoyado sus brazos en el tablero de esa gran computadora. A lo lejos escuchaba a Mega Lopunny hacer explosiones para así mantener la nube de polvo que la protegía de Lysandre. Su mente se había ido a negro, así como sus esperanzas de sobrevivir. De pronto, su celular emitió un sonido extraño.
— ¡Oye, estúpida niña castaña, te estoy esperando! —gritó Lysandre en tono de burla. Estaban jugando al Glameow y al Rattata, y él era Glameow, por supuesto.
—Creo que este es mi fin —se dijo Lilia a sí misma mientras observaba el semblante cansado de su Pokémon—. Ese viejo me va a destruir y con un bastón.
De pronto, en medio del humo apareció una silueta que la castaña conoció. Se llevó las manos a la boca y emitió un ligero sollozo de alivio, pero a la vez de preocupación. Secó sus incipientes lágrimas antes de dirigir su vista nuevamente hacia la computadora. Tenía que encontrar alguna solución en esa gran base de datos encriptados en códigos que no entendía. Todos confiaban en ella, Clemont confiaba en ella.
— ¡Lilia! —gritó Bonnie, haciendo su espectacular aparición—. ¡Tú sigue en lo tuyo, porque de este viejo me encargaré yo!
— ¡Sí! —asintió la científica mientras tecleaba con rapidez en el tablero.
Ahora Bonnie también confiaba en ella.
— ¡Tyrantrum, yo te elijo! —gritó la rubia, lanzando su pokebola. De esta apareció el Pokémon dragón que hizo temblar el lugar con un potente rugido—. ¡Acabemos con esto, amigo!
— ¡Simisage, Tormenta de hojas! —ordenó Cilan en medio de una nube de polvo.
El ataque dio de lleno en un gran Kangaskhan que no dejaba de rugir. Otros tres lo acompañaban en un gran canto que llegaba a ser ensordecedor. Un Aggron, a lo lejos, no dejaba de usar Giga impacto, a pesar de que aquel ataque lo cansara hasta perder el aliento. Aquellos Pokémon hacían lo que sus "entrenadores" les indicaban, sin medir el daño y las consecuencias.
— ¡Greninja, usa Shuriken de Agua y derriba a ese Aggron! —ordenó Ash para después toser efusivamente.
El azabache jamás pensó que aquellos entrenadores les darían batalla, considerando que ya no estaban en trance o algo parecido. Lysandre se había aliado con gente poderosa, de eso no cabía la menor duda. El ataque fue disuelto de un puñetazo por parte del Pokémon tipo acero/roca. Era increíblemente poderoso.
— ¡Aggron, usa Garra Dragón en Greninja! —gritó uno de los hombres con voz airada y rasposa. Se notaba que le constaba respirar por culpa de las constantes explosiones sumadas al espacio cerrado y la casi nula ventilación.
— ¡Kangaskhan, usa Hiperrayo!
Nuevamente, unas ondas multicolores hicieron que el lugar temblara. Al parecer mientras más grandes eran los Pokémon más poderosos eran los ataques, y esos Kangaskhan eran enormes. Bastó que uno de ellos atacara para que los demás hicieran exactamente lo mismo. Cuando los ataques hicieron colisión, miles de fragmentos del suelo, cubiertos de lo que parecía ser sangre, volaron hacia todas direcciones.
—Ash, esto se está poniendo horrible —dijo Cilan, mientras limpiaba la sangre de una nueva herida que se había formado durante la última explosión—. Necesitamos hacer un plan, de lo contrario nos veremos en la obligación de retirarnos.
—Eres un experto haciendo planes ¿no? —preguntó el azabache, viendo con una sonrisa de confianza a su amigo—. Eres un gran conocedor de casi todo. Sé que en tu cabeza está la solución, confío en ti.
El peli verde se estremeció ante aquellas palabras.
—Lo haré.
— ¡Pero qué conmovedor! —exclamó uno de los atacantes. Las explosiones habían cesado por lo que entre ligeras cortinas de humo, Ash y Cilan, podían ver a la perfección su horripilante rostro—. ¡Son unos increíbles amigos!
— ¡Deja de burlarte! —gritó Ash con la cólera inundando sus venas—. ¡Tú qué sabes de amigos si lo único que haces es seguir las órdenes de un bueno para nada como Lysandre!
— ¿Entonces por qué no les has contado a tus amiguitos que vieron morir a una de sus ex amigas? ¿Si son tan amigos, por qué no lo has hecho?
Ash enmudeció al igual que Cilan. Tenía los ojos abiertos como platos. Yo no sentía cólera, sino que terror. El sudor de congeló cuando pasó de su nuca a la espalda.
— ¿Cómo sabes eso? —preguntó el azabache, que sentía que aquellas tres palabras se le había atorado en la lengua.
—Vigilé los pasos del mequetrefe de Kalm siempre. El señor Lysandre no confía mucho en él y sigue haciendo eso. Tenía la orden de acabar con él en cuanto nos traicionara y créeme que estuvo a punto de hacerlo.
Ash recordó con cierto malestar ese momento. En los ojos de Kalm había visto auténtico arrepentimiento, pero por más arrepentido que estuviera, no dudó en atacarlos.
—Tu amiga morena gritó por su vida. Ella no quería morir y ahora su cadáver se pudre en alguna de las calles de esta asquerosa ciudad.
Algo hizo un clic en Cilan cuando escuchó lo de amiga morena. Tal vez era una coincidencia o un malestar estomacal lo que esta sintiendo. Se negaba a sí mismo a pensar en Iris y su hermosa piel junto a su largo cabello. Ella no podía morir, no ahora. Se suponía que una vez finalizando la guerra, la recuperaría y le diría lo que muchas veces estuvo a punto de gritarle, pero que por temor calló.
—Ash, ¿de qué demonios está hablando este sujeto? —La voz del peliverde parecía tan profunda, como un pozo sin fondo.
—Cilan, lo siento tanto —susurró Ash con la voz apagada al igual que las dos lágrimas que acababan de surcar sus sucias y lastimadas mejillas—. Iris nos atacó, porque estaba siendo controlada. Kalm también estaba ahí. Se interpuso en un ataque y...
—Esto es una de tus bromas ¿verdad? Iris no puede...
—Lo está. —Su afirmación fue cortante y directa—. Iris murió. No pudimos hacer mucho para salvarla. La herida era grande y...
— ¡NO, NO!, ¡TODO MENOS ESO!
— ¿Te sientes decepcionado de tu amigo acaso? —terció el hombre que hasta el momento se había mantenido en silencio. Su sonrisa desagradable brillaba con la poca luz del lugar—. Al parecer tu amigo no te dijo la verdad.
Cilan clavó sus verdes ojos en Ash y por un momento quiso destruirlo con sus propias manos. Él estaba enamorado de Iris, por eso no podía estar muerta, NO PODÍA.
La rabia y la desolación se estaban apoderando de su ser. Entonces, bajo el abrigo del techo metalizado y algunos focos que estaban a punto de apagarse, una luz roja tintineó en el brazo derecho del último sujeto que habló. Esto llamó la atención de Ash que, debido a la situación quizás, se percató de todo al instante.
Pero cuando volteó a ver a su amigo conocedor, este ya lo estaba mirando con su mirada rojiza y llana de ira. Si en un principio Ash y Cilan se sintieron poderosos frente a sus contrincantes, ahora eran estos últimos los poderosos. Podría decirse que el azabache estaba luchando completamente solo ahora.
En el juego del Glameow y el Rattata, al parecer, el Rattata resultó ser más inteligente y astuto.
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Alola a todos! Aquí les dejo un nuevo capítulo de este fic. Al parecer, estos villanos resultaron ser más inteligentes de lo que yo pensé. Como ya saben, nos estamos acercando al final de esta historia, por lo que quiero agradecer a todos aquellos que me han acompañado en este largo camino. Gracias por sus palabras y sus ánimos.
Si les gustó el capítulo, no olviden votar, comentar y recomendar este fic con sus amigos. Además, los invito a pasar por nuevo fic de Pokémon, VOLVERTE A VER, que está ya en su cuarto capítulo.
Nos leemos pronto y muchas gracias por leer.
Da svidániya :3