Prometo encontrarme © (Comple...

By DominusNano

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Adam Houchein perdió a su padre en un incendio de su antigua casa cuando apenas era un niño y desde entonces... More

BIENVENIDO (A)
SINOPSIS
DEDICATORIA Y REPARTO
INTRODUCCIÓN
Capítulo 1 | La Bienvenida.
Capítulo 2 | El Trauma.
Capítulo 3 | Los Sprause.
Capítulo 4 | El dibujo.
Capítulo 5 | Madre Nonna.
Capítulo 6 | Lo improbable.
Capítulo 7 | El castigo.
Capítulo 8 | Las indirectas.
Capítulo 9 | La fiesta.
Capítulo 10 | La advertencia.
Capítulo 11 | La apariencia.
Capítulo 12 | El amor.
Capítulo 13 | El ministerio.
Capítulo 14 | Bajo la lluvia.
Capítulo 15 | Los ojos rojos.
Capítulo 16 | La cita.
Capítulo 17 | Lo siento.
Capítulo 18 | Los adjetivos.
Capítulo 19 | Los nanorobots.
Capítulo 21 | Luciérnagas.
Capítulo 22 | Cigarrillo.
Capítulo 23 | El cazador.
Capítulo 24 | Sucesos nocturnos.
Capítulo 25 | Dejar ir.
Capítulo 26 | Asimilando.
Capítulo 27 | Huérfano.
Capítulo 28 | Provocar.
Capítulo 29 | Vínculo.
Capítulo 30 | Fetiche.
Capítulo 31 | Retener.
Capítulo 32 | Dependencia.
Capítulo 33 | Tatuaje.
Capítulo 34 | Multifacético.
Capítulo 35 | Pacto.
Capítulo 36 | Entropía. (Parte I)
Capítulo 36 | Entropía. (Parte II)
Capítulo 37 | El juego.
Capítulo 38 | Dones.
Capítulo 39 | Garu.
Capítulo 40 | Irregularidad.
Capítulo 41 | Tres personas.
Capítulo 42 | Ni Rey ni Reina.
Capítulo 43 | Parte de algo.
Capítulo 44 | La penúltima máscara.
Capítulo 45 | En la mente.
Capítulo 46 | Pertenecer.
Capítulo 47 | El futuro y el pasado.
Capítulo 48 | El juego final.
Capítulo 49 | Estrellas.
Capítulo 50 | Ayuda.
Capítulo 51 | Pasos.
EPÍLOGO.
AGRADECIMIENTOS
Capítulo Extra | Ethan.
Capítulo Extra | Colton.
Especial de San Valentín.
🌙 OTRAS OBRAS 🌙
🌙 CURIOSIDADES 🌙

Capítulo 20 | Disfraz.

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By DominusNano

Narrador Omnisciente

Era de noche. Las nubes estaban despejadas, dejando así que la media luna hiciera un tenue reflejo en todo el pueblo de Bennys Hills, aunque no se apreciaba mucho gracias a algunos largos faroles que habitaban por todas las calles. La oscuridad del cielo provocaba que las estrellas sobresalieran y acompañaran a la luna. Era un ambiente agradable, lástima que algunas personas no lo pudieran apreciar gracias a su temor a lo que podría suceder cuando el sol no está iluminándolos.

Se dice que cuando la oscuridad nos abraza, las personas cambian; se muestran como de verdad son y pueden llegar a ser más frágiles o susceptibles hacia el bien o el mal. Nos quitamos el disfraz con el que la sociedad nos ve y mostramos una personalidad muy diferente al del disfraz.

También se hace mención de que cosas suceden cuando la luz no ilumina; cosas que no se podrían definir como buenas y mayormente se ocultan cuando es de día para que la sociedad no tema. Cuando se comentan esas cosas, generalmente se hace enlace al narcotráfico, al asesinato, al suicidio o cualquier otra crueldad. Pero hay otras cosas que ni siquiera la lógica puede explicar, y que sólo la noche ha visto de lo que son capaces.

Al oeste del pueblo, aquel lugar en el que sólo las personas con malas intenciones o curiosas son capaces de pisar ya que su ambiente no es del todo hostil por sus edificios y calles carentes de vida, se encuentra un antiguo almacén que se puede caracterizar por tener unos grandes ventanales con vidrios partidos y algunos agujeros tratados de tapar inútilmente con algunos cartones pegados con una cinta vieja. Su pintura aparentemente celeste está casi que totalmente caída, hay musgo de distintas tonalidades de verdes pegados por algunas partes de la pared y su techo tiene una figura triangular aunque éste esté prácticamente caído. El almacén no posee iluminación más allá que un sólo bombillo y la luz de la luna que traspasa a través de los grandes agujeros que posee el techo.

Cualquier persona que entraría ahí tendría miedo o sentiría algo parecido al suspenso por no conocer la historia de lo que sucedió allí para que terminara en algo que está por derrumbarse o inclusive puede llegar a ser el hogar de espíritus, eso último según leyendas. Aunque, si la noche llegara a hablar, les advertiría más bien de los no muertos que usan esa estructura como guarida.

— ¿Dónde demonios se metieron?— masculla entre dientes una persona de piel pálida como la nieve. Su vestimenta compuesta de un chaleco negro que cubre todo su cuerpo provoca que sea casi invisible entre la oscuridad, además de que hace cierto vuelo gracias al viento provocado por estar caminando en paso apresurado de un lado a otro—. Deberían de estar aquí, fui muy claro en el mensaje— dice con la frustración que surca todo su cuerpo.

Sus pasos resuenan por el silencioso lugar durante minutos, hasta que finalmente la persona del chaleco escucha varias pisadas acercándose con gran velocidad hacia su posición. Sólo así detiene su caminata y mete las manos en los bolsillos de su atuendo negro, transmitiendo una personalidad helada que se podría ver a metros de distancia.

Eventualmente los pasos se escuchan más fuerte en la parte superior de la estructura y luego algunas sombras tapan el reflejo de la luna que traspasan los agujeros del techo hecho de madera. A través de él bajan varias entidades de piel similar a la de la persona del chaleco. Se podrían contar como un total de quince vampiros; hombres y mujeres, cada uno con una vestimenta de tonalidades oscuras y con una personalidad temeraria y autoritaria; aunque eso último por un momento pasa a segundo plano cuando las entidades ven a la persona que llevaba esperándolos desde hace un tiempo. Porque, después de todo, él era el líder de ese clan; él fue el que les dio una segunda oportunidad de "vida". Y que cometan este tipo de errores irritan por mucho a la persona del chaleco.

— Preguntaré esto sólo una vez y espero una respuesta sincera y coherente— pronuncia con voz neutra el líder de clan, aunque a través de ella se oculta una severa advertencia: — ¿Dónde estaban?

Los integrantes del clan vacilan en su sitio, moviendo sus pies con algo de temor y desesperación o simplemente mirando el suelo de tonalidad gris. Nadie quería ser el remitente de la respuesta por miedo a que el líder agarrara un ataque de rabia hacia él, que es lo mismo que torturarlo hasta morir verdaderamente.

— Así que no tienen la voluntad para hablar por sí mismos. Qué lástima, creí que podrían responder sin que yo eligiera a alguno de ustedes— hace un pausa a la vez que examina a un chico pelinegro que podría aparentar la edad de un adolescente. Parecía que él era el que se encontraba más vulnerable que los demás por estar apretando sus labios—. Me equivoqué.

El líder se acerca hacia el chico que estaba analizando a través de la mirada. Observa su ropa un poco rasgada, mostrando así a través de ella la piel pálida de su dorso. El pelinegro aprieta levemente sus puños al darse cuenta de que fue descubierto, y él seguramente tendrá que pagar por todos:

— Pierce— llama el líder para que el pelinegro levante su cabeza del suelo. No obstante, su temor impide que su cuerpo reaccione—. Pierce— repite con una voz que podría helar a cualquiera. Y sólo así el chico habla:

— Fue un error, teníamos sed y la idea sólo surgió entre nosotros— contesta con rapidez—. No se nos ocurrió que usted podría venir precisamente hoy a esta hora. Tratamos de hacerlo lo más meticuloso y discreto posible. Nosotros sólo...

— Pierce— lo interrumpe el líder con su voz neutral—. Sabes que para mí no existen los errores, ¿Verdad?

El pelinegro asiente lentamente. Se apostaría que, si fuera humano, estuviera tragando saliva gracias al miedo.

— ¿Lo saben todos?— se dirige el líder hacia el resto del clan y ellos asienten de la misma forma en la que lo hizo el chico—. También deben de reconocer que las excusas son irrelevantes para mí, y las detesto— vuelve a fijar su mirada en el chico llamado Pierce—. Así que te volveré a preguntar, ¿Dónde estaban?

Al chico le tiembla la voz por un momento, pero sabía que si seguía alargando el tiempo, sólo lo empeoraría.

— Estábamos cazando— responde en un murmullo.

— ¿Cazando?— cuestiona mientras la comisura de sus labios se levantan lentamente hasta formar una sonrisa. Pero no era una de felicidad, sino una que podría dar escalofríos; era sombría, casi como el de un psicópata: — Que inapropiado.

Lo siguiente que se sintió y escuchó fue un fuerte golpe provocado por el líder hacia Pierce. El golpe en el abdomen fue tan fuerte, que el vampiro llegó a tocar la pared de concreto que se encontraba detrás de él al volar gracias al impulso y abrir una gran grieta cuando choca. Ciertos pedazos de la pared caen al suelo y la estructura tiembla brevemente dando una advertencia de que no resistiría otro golpe así.

— ¡Son unos inútiles!— ruge el líder—. Les di unas simples indicaciones qué seguir y ni eso pudieron cumplir. ¿Qué se creen? ¿Que porque yo no esté la mayoría del tiempo con ustedes pueden ir y hacer lo que se les dé la gana? ¿Que por tener poderes sobrenaturales y habilidades fantásticas pueden contra el mundo? Respóndanme; Pierce, Jeremía— mira con odio al chico que aún seguía en el suelo y a un hombre de contextura musculosa, los cuales eran los únicos del grupo que tenían un poder superior, además de dicho líder.

— Le dijimos que fuimos muy cautelosos, además no creo que tengamos problemas si algunos humanos nos llegan a descubrir— opina una chica de cabello negro y algunas mechas moradas. Su atuendo fácilmente puede ser confundido por una chica Punk.

El líder, al escuchar aquello, se acercó con rapidez a la chica. Lo hizo en un movimiento tan eficaz, que la chica tuvo que retroceder un poco gracias al impacto.

— Nunca vuelvas a decir eso— murmura el líder hacia ella mientras posa uno de sus dedos en un mechón de su cabello, la lentitud con la que lo hace y su lenguaje corporal dice que hay una advertencia a través de sus palabras—. Los humanos pueden lucir débiles e insignificantes ante nosotros, pero una cosa es segura; cuando ellos se sienten amenazados, cuando el miedo y la desesperación los dominan, no todos lo representan ocultándose en un rincón y llorando descontroladamente. Hay algunos que lo hacen a través de la ira o de la valentía, sentimientos o destrezas necesarias para afrontar el miedo. ¿Sabes en lo que se convierten?

— Cazadores— deduce la chica volviendo su vista al suelo.

— Exacto, y aquí hay un peligroso grupo de ellos— le recuerda el líder para luego alejarse un poco de ella y sólo así pudiera dejar de estar rígida. Ahora el vampiro del chaleco mira a cada integrante del clan—. Cuando les asigné esta misión, les di un par de reglas explícitas que debían de seguir al pie de la letra porque yo conozco a la perfección a lo que nos estamos enfrentando. Entre ellas, les di un banquete de primera antes de partir a este pueblo para que dejaran de cazar durante días y así no se expusieran. A la vez, le pedí que investigaran a cierto chico sin acercarse demasiado. Ya me fijé que no cumplieron con una parte de lo marcado, algunas personas o seres ya notaron que existe un cierto rango de personas muriendo estos últimos días— frunce los labios para después darle la espalda al grupo y decir con un grave tono de voz: — Así que, si no quieren terminar en una reja electrificada mientras subo el rango de la misma hasta que mueran de verdad, espero que por lo menos hayan hecho la otra parte de lo marcado.

Todo el grupo se mira mutuamente, tratando de buscar una esperanza entre ellos para que esto no acabe en una pesadilla. Las miradas de miedo que transmitían sólo era una visualización para lo que podría suceder en un futuro cercano.

— Que lástima...— empieza a decir el líder, pero rápidamente es interrumpido.

— Yo tengo algo que reportar— habla Pierce, quien se acercaba de nuevo al grupo.

— Piensa antes de hablar, porque si es una mentira las consecuencias serán peores— advierte.

— Sí, es real. Aunque no puedo explicarlo muy bien— informa el pelinegro—. Hoy en la tarde lo estaba vigilando; se montó en una limusina y lo llevaron a una mansión con una gran seguridad; sólo pude burlarla usando mi don de la invisibilidad. Después de aquello hubo un momento en el que inevitablemente me desconcentré y mi don desapareció. Adam captó mi presencia y por un momento creí que me descubrió— confiesa y todo el grupo escucha al líder gruñir ligeramente. Su mal humor estaba empeorando, pero Pierce ya estaba preparado: — Aunque luego ocurrió algo o, mejor dicho, él chocó con algo; contra una barrera invisible.

— Cenizas de sauce— deduce el líder.

— Sí, eso creí en un principio— admite Pierce—, pero luego el chico que vive en la mansión dijo algo sobre unos Nanorobots. Así que, tomando en cuenta de que aún estamos descubriendo a lo que nos estamos enfrentando, no descarté esa opción. Además, he descubierto que esa familia tiene un vasto conocimiento en la tecnología.

— ¿Cómo se apellida esa familia?— cuestiona el líder.

— Sprayberry— contesta.

— Me suena— admite pensativo el líder.

— ¿Cree que sabe acerca de nosotros? ¿Lo sobrenatural?— indaga Pierce.

— No lo sé, y por eso también es mejor investigarlos de cerca. Tal vez en un futuro cercano nos pueda ser de utilidad— informa—. Por otro lado, sería interesante que Adam haya chocado con una barrera de cenizas de sauce.

— Pero, de ser así, se me ha hecho extraño que el chico se haya recuperado tan rápido del suceso— dice Pierce—. Literalmente se levantó del suelo con la misma velocidad con la que chocó contra la barrera. No se quejó, ni tuvo una expresión de dolor por tan siquiera un tiempo. Lo cual acerca más a la teoría de que son Nanorobots.

— O puede que Adam no sea lo que esperamos y por eso Tylor lo escondía. Es interesante— admitió el líder con una sonrisa formándose en su rostro—. Gracias por la información, Pierce. Salvaste a todo el grupo.

Los integrantes del clan relajaron sus facciones después de eso. Al menos ahora no sufrirían y el ambiente dejó de estar tan tenso.

— ¿Y ahora qué hacemos, ya que usted está aquí? ¿Atacar?— habla por primera vez Jeremías.

— Ahora no es el momento indicado gracias a sus acciones. Por el momento será mejor ir despacio para que nada se arruine— expone, volviendo a repasar su vista por cada integrante. Aquello lo hacía porque sentía que faltaba alguien, una voz chillona que atormentaba su vida. Hasta que finalmente lo descubre: — ¿Alguien ha visto a Christine?

— Debe de seguir cazando— contesta indiferente la chica de mechas moradas mientras se sienta en el suelo. Alguno de los integrantes hacen lo mismo.

— Esa chica... de ustedes lo esperaba, pero de ella la verdad me decepciona— dice mientras niega levemente con la cabeza. No obstante, no se siente del todo dolido.

— ¿La busco?— se ofrece Pierce.

— No— contesta firme el líder, luego le regala otra de sus sonrisas siniestras al grupo mientras habla: — Algo me dice que, a través de Christine, verán lo que sucede cuando me desobedecen.

Adam Houchein

Mis manos hormiguean y reposan en mis piernas, mi espalda está recta y recostada en el espaldar del sofá, puesto que estoy sentado; mis ojos enfocados en las manecillas del reloj de pared me indica la hora: 9:34pm. Increíblemente lo observo cada cuatro minutos, y es porque el sonido singular de las manecillas no deja de reproducirse fuertemente en mi cabeza. Nunca me había molestado, pero en situaciones como esta parece que sí.

No debí de haber leído ese mensaje.

Pero peor aún es que no debería de estar pensando en ir luego de que, cinco minutos después de haberme llegado el primer mensaje, me llegó otro mostrándome la dirección a la cual tengo que ir para descubrir la "verdad", la cual me guiará para encontrarme a mí mismo. Como lo escribí en aquella promesa, lo cual es lo más escalofriante de todo el asunto.

Por otro lado, puede que esa promesa no esté influyendo en nada sobre este asunto y sólo sea una simple coincidencia; ya que los únicos que vieron lo que escribí allí fueron Thomas y Daniela, quienes curiosamente son los que creo que me ocultan algo. Tengo en cuenta de que Daniela me prometió contármelo luego, pero también sé que el rubio me quiere mantener alejado de lo que sea que esté sucediendo; dando la conclusión en sí de que probablemente me oculten la cosas a través de otras cosas, o, en simples palabras, que cubran sus mentiras con otras.

Nada de lo que digan me certifica que sea verdad, es lo malo de descubrir que una persona ya te ha mentido. Y la única forma de que esto termine probablemente sea acatando lo que la persona de los mensajes me dice. Puede que sea peligroso, o que sea una trampa; pero la realidad es que el sujeto no ha incitado o no ha dado un indicio de odiarme. Inclusive en el penúltimo mensaje me escribió "Si quieres", lo cual no es una obligación, no está muy seguro de que yo vaya. Desde el principio sólo me ha dado advertencias, las cuales no las entiendo en su mayoría, pero eso no significa que sea una ayuda. Además, no tengo enemigos; salvo a mis víctimas de castigo en New York, pero de ellos me encargué personalmente de que no descubrieran en dónde estaba, junto con una breve nota de que aparecería de nuevo si llegaban a molestar a mi amigo.

Lo sé, muy amenazante de mi parte.

¿Qué debería de hacer? Tantas contradicciones y teorías no ayudan a que yo tome una decisión. Le prometí a Thomas que no haría esto, ni siquiera que leería los mensajes; y sólo pasó un tiempo para volver a leerlos. También le dije a Daniela que mantendría la mente abierta para cuando ella me contara las cosas, y ahora también estoy dudando de ella. Además de eso, presencié las muertes, quien extrañamente la persona de los mensajes pudo predecirlas y la única forma de que eso pueda suceder es que él o ella sea el que provoque el desastre. Pero algo me dice que eso no es lo que sucede, que mi futuro amigo no lo hizo. Llámenlo locura, sexto sentido o pensamiento suicida; es lo que pienso y siento.

Necesito una señal cualquiera, que me diga que lo que estoy pensando no es algo erróneo y no provocará que al día siguiente esté en un cajón de madera, tres metros bajo tierra.

Y es ahí cuando mi celular vuelve a sonar en la mesita del centro; indica que es otro mensaje y por curiosidad— o para buscar otra pista— lo reviso.

De: Daniela.

No salgas esta noche, algo me dice que habrá otra tormenta. No quiero que te vuelvas a enfermar.

Esa era la señal. Es la primera vez que Daniela me envía un mensaje de ese tipo, y no creo que sea una casualidad el hecho de que lo haga precisamente esta noche; ya que muchas casualidades convierten el conjunto de sucesos en un patrón. Además de que hace un rato observé a través de la ventana y el cielo estaba tan estrellado como nunca antes, lo que indica que no lloverá. No puedo creer que no se le haya ocurrido un argumento mejor... o tal vez esté muy ocupada en lo que sea que sucederá esta noche como para pensar en algo que de verdad pueda creer. También puede ser porque ella tiene depositada toda su confianza en mí, lo cual es un grave error en este momento. Porque por esta ocasión no seré el chico que suelo ser.

No me quedaré acostado en la cama haciendo un intento de dormir mientras mis pensamientos me atormentan; no esta vez.

Me levanto del sofá y busco por toda la casa una hoja y un lápiz con los cuales podré escribir una nota para mamá. Señalo lo básico; la dirección a la cual iré, por qué lo hago y que llame a la comisaría si no regreso en todo el día de mañana. La dejo en la mesa del comedor, tal vez alguien la pueda leer por si esto de verdad es algo peligroso. Si no sucede nada, supongo que después la quemaré; ya que si mamá lo llega a descubrir, probablemente vuelva a las terapias psicológicas.

Tengo en cuenta de que Daniela tiene las llaves del auto, y por eso busco entre mis contactos la única persona que sé que puede ayudarme en esto sin que arruine lo que tengo pensado hacer, tendré que contarle todo. Y, una vez de reconsiderar una y otra vez el peligroso plan, uno toda mi valentía para llamar.

Y al quinto tono contesta.

¿Hola?— responde una voz adormilada del otro lado de la línea.

— Hola, Augus— le sonrío con complicidad a pesar de que él no puede verme—. Necesito un gran favor tuyo.

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