Azul
Al día siguiente, después de haber ido a urgencias, Matt estuvo todo el tiempo conmigo. Según él, debía cuidar de la chica enferma... ¡Pero yo no estoy enferma!
— Puedes irte Matt.—le dije después de que recibió una llamada.
— Pero ella puede hacerlo sin mi.
— Si te ha llamado será por algo.— conteste mientras me sentaba.
— Pero...
— Vete.— lo corte y él me miro dudoso.
— Solo porque me lo pides tu.
Daniela lo había llamado y le había pedido ayuda para ensayar. Al principio iba a hacer que se quedara con las ganas de ver a Matt, pero me sentí mal por ello. Por meter de nuevo a Matt en medio... Al fin de cuentas él es su amigo y un amigo esta para ayudar. Un "amigo".
Cuando Matt se fue yo me puse a trabajar en algunos proyectos que debía presentar, el ensayo de la orquesta se había cancelado por hoy. Saque mis libros para hacer el trabajo, pero rápidamente me arrepentí de haberlo echo, un golpe de vagancia me golpeo y me impidió hacer lo que me había propuesto.
— ¡Hey Celeste!—me llamo Lina sentándose a mi lado.
— Azul.
— Azul, Celeste... ¿Cual es la diferencia?.—pregunto graciosa.
— Debes dejar de hacer este tipo de bromas tontas.— sugerí sonriendo.
— Pero si te ha encantado.
— ¡Uy! Mucho.— dije sarcástica y deje caer mi cabeza en la dura mesa de madera.
— Deberías irte a casa.—sugirió Lina.
— ¿Me llevas?
— ¿Soy tu chofer?
— Eres mi amiga— sonreí y la mire con cara de suplica.— Por favor.
— Voy a pedirle a Jack que nos lleve.
— ¿No tiene ensayo con Cameron?
— No, al parecer ese chico no ha venido hoy.
¿Estará enfermo?
Ayer se veía mal después de nuestro incidente... ¿le habrá pasado algo?
Olvídalo. Azul, no puedes ser débil ante tus sentimientos. Lo mejor es alejarse de él, de Daniela y de Matt. Sí, debo alejarme de él también.
Todo en mi vida iba bien hasta que nuestros caminos se cruzaron. Me he descuidado de muchas cosas.
Es tan difícil, es tan difícil luchar contra mi misma... Nunca antes me había pasado esto...
— ¿Hey?— Lina movió su mano de un lado a otro intentando llamar mi atención.—¿Estas bien?
— Todo es culpa tuya.— conteste sin que ella entendiera de que estaba hablando.
— ¿Que es lo que he echo?
— Tu me arrastraste a montar esa farsa, si no me hubiese implicado en sus asuntos. Si él no hubiese actuado de esa forma tan diferente de la que solía ser. Si tan solo no se me hubiera besado...
— Hey, ¿Que es lo que pasa?
— No lo se.— respondí indignada. No sabia la razón exacta por la que ahora me encontraba así. ¿Estaba teniendo una crisis? Hace un momento estaba bien.
— ¿Es por Cameron?
— No.
— ¿No?
— Bueno, sí.
— ¿Sientes algo por él?
— Yo no...— suspire.— no lo se. No quiero...
Entonces la demoniaca melodía del móvil de Lina me detuvo.
—Lo siento es Jack.— se disculpo mientras contestaba.
La observe, sonreía mientras hablaba con él. Se tocaba el pelo y volvía a sonreír. Decidí marcharme de ahí.
Es verdad que hoy no había ensayo, pero aun así me fui a la sala en la que solemos hacerlo. Estaba vacío, era de esperar. Suspire y me senté donde solía hacerlo, saque el violín de su funda y me puse a tocar.
Después de haber ensayado, cerré la sala y me dispuse a salir. Fui caminando, con dificultad a causa de mi tobillo, hacia la salida recorriendo la parte común entre los tres campus y de lejos me pareció visualizar la figura de Cameron en el aparcamiento. ¿No había dicho Lina que él no había venido? Me quede observando, después de unos tres minutos pude oír el motor en marcha. Seguí caminando lentamente hacia la salida aun observándolo, entonces su coche paso por mi lado y pude comprobar que realmente era él. Lo vi fugazmente por la ventanilla de su coche, pero él no me vio.
Suspire.
Los sentimientos humanos son tan extraños.
Sentía que me había traicionado a mi misma por haber suspirado por ese chico.
Cuando llegue a casa él abuelo se encontraba en la sala mirando unas partituras. Cuando me vio se quedo observándome durante un momento sin decir nada.
— Hola, abu.—salude, pero él no respondió. Era como si no se encontrara ahora mismo conmigo, como si el estuviera en su propio mundo. — ¿Estas bien? —Pregunte, pero el solo asintió y volvió su mirada a sus partituras. Falta poco para su presentación.
— Tienes la comida en la mesa.—me informo. Volvió a mirarme.— Has crecido mucho, niña.
No sabia que decir, no sabia como reaccionar. Simplemente me parecía que el abuelo estaba bastante raro. Había algo que estaba dudando en decirme.
— ¿Pasa algo?— pregunte, pero al parecer él no me oyó , ya que siguió con lo suyo.
El abuelo no siempre a sido así, antes era muy divertido y solía sonreír bastante. Pero des de que la abuela se fue, él ya no fue el mismo. Él seguía enamorado de ella, se notaba en su mirada. Cuando la abuela murió el abuelo sufrió mucho, yo también lo hice.
— Hoy dormiré fuera.—me dijo mientras me sentaba a su lado con mi palto de comida.
— ¿Y eso?
— Tengo una reunión y queda un poco lejos así que para no volver tarde he decidido quedarme en un hotel que esta justo al lado del restaurante. —respondió mientras me miraba y sonrío. Yo le devolví la sonrisa. Algo le pasaba. Había algo que me estaba escondiendo.
— ¿No vas a decirme que pasa?
— ¿Sobre qué?
— Estas raro abuelo.
— Tu abuelo siempre a sido raro. Soy único e inimitable.
— Yo se que algo pasa, te conozco bien.
— Te pareces tanto a tu padre.—me dijo.
— ¿A papá? Pensé que me parecía a mamá.
— Esa mujer...—dijo medio enfadado. Él abuelo estaba un poco resentido con mamá por haber enamorado a mi padre.
— Abuelo.
— Lo se, lo sé. Se perfectamente porque mi hijo se enamoro de tu madre. Era inteligente, bonita, amable... pero aun así—dijo melancólico.— Él tenia tanto talento. Pero al final...
— No lo digas. No hablemos del accidente.— lo detuve. No me gustaba tocar el tema del accidente de avión de mis padres.— ¿Estas nervioso por la presentación?
— ¿Yo? — rió— Nunca me pongo nervioso. —Sonreí y acabe mi comida mientras el seguía revisando las partituras.
Después de que mi abuelo se fue de casa lave los platos que se encontraban en el fregadero y me fui a mi habitación. Necesitaba un ducha urgente. Iba a ser toda una aventura ducharme sin mojar la venda molesta que rodeaba mi tobillo. La odio.
Después de la ducha y de haberme cepillado los dientes me metí en mi cama. Me sentía muy cansada y tampoco quería estar mucho tiempo despierta... Estaba sola en casa y era de noche, prefiero dormir que pasar miedo.
El sonido estridente de mi móvil me despertó. Mire la hora: 1:00 am. ¿A quién se le ocurría llamar a esta hora? ¿Le habrá pasado algo al abuelo? Me puse de pie corriendo y conteste.
— ¿Hola?
— ...
— ¿Hola? ¿Abuelo?—pregunte y luego mire la pantalla de mi móvil para saber quien era.
— Tiempo sin vernos esclava.—dijo con dificultad, me costo entenderle.
— ¿Cameron?
— Sí, el mismo.
— ¿Estas borracho?
— ¿Eh?
— ¿Por que me has llamado? ¿Pasa algo?
— Ne-necesito que me ha-hagas un favor. —dijo mientras se enrredaba con sus propias palabras. Me estaba preocupando. ¿Que le pasaba a este chico?
— ¿Que es lo que quieres?
— Necesito que me abras la puerta.
— ¿La puerta?— dude, ¿esta hablando de la puerta de su casa?— ¿Que puerta? ¿Dónde estas?
— La puerta de la entrada.
— ¿Estas en tu casa?
— Joder. Ábreme la puta puerta, Azul.—ordeno ahora enfadado. ¿Por que me estaba gritando?
— Estas borracho. No vuelvas a llamarme.—le conteste enfadada y colgué.
Me quede sentada en mi cama observando la oscuridad. ¿Qué le pasaba? Qué es lo que esta pasando con este chico...
Mi móvil volvió a sonar, mire la pantalla; era él.
— Te he dicho que no me vuelvas a llamar.— conteste sin darle tiempo a hablar, pero él no contesto. No dijo ni una sola palabra, solo podía oír su respiración. —¿ Cameron?
— Estoy delante de tu casa.—susurro.— Ábreme, por favor.
¿Estaba en mi casa? Me puse de pie rápidamente, bueno baje como pude ya que el dolor de tobillo no me permitió hacerlo más rápido.
Cuando llegue a la puerta me detuve. Bufe e intente calmarme, qué se supone que debo hacer ahora.
Abrí la puerta lentamente. Él estaba ahí, justo delante de mi con la cabeza gacha. Lo mire de arriba a bajo. ¿Qué le había pasado?
— Has abierto.— dijo ahora mirándome. Solté un pequeño gemido al ver su rostro. Tenia el labio partido, tenia un morado en la mejilla y unos pequeños cortes.
— Cameron.
— No se que hago aquí.—dijo
—Tu cara...
— No se porque he venido
— Estas sangrando.
— Para cuando me di cuenta ya estaba delante de tu puerta.— parecía desorientado. No era el Cameron seguro y engreído que conocía tan bien. Este era un Cameron totalmente distinto, me acerque a él y le ayude como pude a entrar.
Cuando llegamos a la sala él me aparto y lo mire dudosa.
— No te acerques.
— Estas herido.—informe posicionándome delante de él. Levante la cabeza para poder mirarlo bien, y lleve mi dedo a su labio herido como había echo la otra vez. Él se quejo y me miro con el ceño fruncido.—¿Duele?
— No me toques.— ordeno en voz baja.— A él le habrías gustado, ¿sabes?
— ¿Qué?
— Michael, él se habría enamorado de ti...— no tuve tiempo de preguntarle quien era ese tal Michael porque Cameron cayo desplomado encima mío. Yo intente sostenerlo, pero en cuanto pose todo mi peso en mis dos pierna no pude aguantarlo. Caí al suelo con el encima y con un dolor agudo en el tobillo. Lo empuje aun lado y me puse de pie lentamente. Lo mire detenidamente y suspire.
—Vas a volverme loca Cameron Dallas.