Capitulo 42

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Cameron 

No recordaba exactamente que era lo que había pasado anoche, solo visualizaba pequeñas imágenes que no acababan de tener un orden. 

Me recargue en la puerta del baño y me deje caer lentamente hasta el suelo.

— ¿Que estas haciendo aquí? — en realidad me sentí muy confundido al ver a Azul cuando me desperté y me sorprendí más aun cuando vi como lloraba desconsoladamente.

Oí como la puerta de la habitación de Azul se abría lentamente y se volvía a cerrar. ¿Era su abuelo o ella acababa de salir?

Me quede un momento en silencia agudizando el oído para percibir algún tipo de sonido, pero entonces oí como unos pasos se iban acercando hacia donde yo me encontraba. Empecé a sentirme nervioso.

— Ya puedes salir.— susurro Azul des de el otro lado de la puerta. Suspire y me levante. Me dolía todo el cuerpo, esto era un asco. Abrí la puerta y me encontré a Azul mirándome detenidamente, como si estuviera estudiándome. Podía ver en sus ojos que estaba preocupada, pero sentí que quería decirme algo.

— ¿Estas bien?— hizo la misma pregunta que había echo no hace mucho.

— Debería de irme.— dije haciendo caso omiso a su pregunta.

— ¿Por que no me respondes?

— Deja de hacerme preguntas estúpidas. Quizás te estés imaginando cosas que no son, no te confundas. No vine aquí en busca de tu ayuda, no vine aquí buscándote. Se que es inevitable que te hagas ilusiones, pero despréndete de ellas. No se como ni por qué vine a parar a tu casa, pero no por eso tu y yo vamos a hacernos cercanos.

— Eres tan...

— Espera.— dije deteniéndola. Sonreí maliciosamente y la mire directamente en los ojos.— Creo que al final has caído ¿verdad?

— ¿Qué?— estaba incomoda. ¿Tengo razón?

— Así que te has enamorado de mi, ¿eh?.— sonreí descaradamente.

— Vete.

Yo jamás me enamoraría de ti, esas chicas son unas tontas.— dije recordando lo que ella había dicho.

— He dicho que te vayas.

— Luego no me eches de menos.— soy un completo idiota lo se.

— Idiota.— estaba enfadada. Fruncía el ceño, pero a diferencia de las otras veces que le había echo enfadar esta vez vi como se le cristalizaban los ojos. Lo había visto en muchas chicas, a todas a aquellas que había rechazado y había dejado en ridículo. Pero esta vez me sentía culpable por esas lagrimas que amenazaban con salir.

¿Por que? Es igual que las otras, ¿por que me siento mal por ella?

— ¿Vas a seguir ahí de pie? He dicho que te largues.— dijo subiendo un poco la voz, quizás tenia miedo de que su abuelo nos oyese.

— Yo...— ¿estoy titubeando? Quite todos aquello pensamientos de mi cabeza y volví a mirarla como lo había estado haciendo antes.— No lo has negado. Eso quiere decir que tengo razón. Quizás contigo haga una excepción, al fin y al cabo ya hemos sido "novios",— lo dije en tono burlón.— Te llamare alguna noche en la que me sienta aburrido.

Recibí una bofetada de su parte, mentiría si digiera que no me había dolido. La mire con odio y ella me miraba de la misma manera, pero las lagrimas caían por su rostro. Eres un idiota, Cameron. En menos de una hora la he visto llorar dos veces.

"¿Que se supone que quieres que haga si vienes en ese estado a mi casa? ¿Que se supone que quieres que haga si te desmayas encima mío? ¿Que se supone que debo hacer si me preocupo por ti? ¿Tienes eso algo de malo? ¡Si no quieres que me preocupe por ti no aparezcas delante de mi todo herido!"

Vas a enamorarte de miDonde viven las historias. Descúbrelo ahora