Capitulo 25

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Cameron

Por ahora todo había ido perfectamente bien. Al parecer a mamá le gustaba mucho la idea de que Azul fuera mi "novia". Lo siento, mamá. Pero, yo no puedo dejar a Daniela y olvidarme de ella tan fácilmente. No puedo y tampoco quiero.

— Me alegro de que por fin hayas decidido seguir adelante.— en cuanto dijo eso Azul me miro interrogativa.— Oh, cariño no te preocupes no es nada malo. Solo te pido que estés al lado de mi hijo, que lo cuides y lo quieras. He podido notar que os queréis mucho.

— Lo haré.— contesto ella. Sonreí "cariñosamente" y la abrace por atrás para hacer nuestra relación más creíble. Ella se tenso al notar mi tacto, baje la cabeza ligeramente.

— Relájate o mi madre se dará cuenta.— le susurre.

— Mejor os dejo.— dijo mamá y se fue. No sin antes giñarme un ojo, lo siento mamá.

En cuanto se fue solté a Azul y me senté en nuestra mesa. Los demás también se sentaron.

— No puedes sentarte ahí.— Azul me miro.— Debes sentarte a mi lado. ¿No te parece raro sentarte lejos de tu novio.

— Quiero sentarme al lado de Lina.

— Vamos Azul, no te comportes como una niña de tres años y trae tu culo a esta silla. — le ordene señalando la silla que tenia al lado. Ella hizo un puchero y se sentó a mi lado sin ganas.

— Eres un pesado.

— Y tu una infantil.— contraataqué

La fiesta transcurriendo tranquila, pero mi madre volvió a llevarse a Azul. Cuando se la lleva ella intenta actuar como si no me importara que se la llevara, pero en cuanto veo como se aleja me invade la preocupación. ¿Lo estará haciendo bien? ¿Que le estarán diciendo? Esas son las preguntas que vienen a mi mente y me incomodan.

— Cameron, relájate. Azul puede parecer infantil, pero es lista. Ya veras que no os pillaran.— intento tranquilizarme Lina. Yo solo la mire.

Pasaba el tiempo y Azul no volvía. ¿Donde se ha metido? Cuando me disponía ir a buscarla la vi de lejos acercándose a nuestra mesa. Me levante rápidamente y me acerque a ella. No tenia buena cara.

— ¿Que ha pasado? ¿Estas bien?

— Quiero irme a casa.—contesto sin responder a ninguna de mis preguntas.

— Joder, Azul. No comencemos...

— Quiero irme a casa, no puedo...—no iba a dejar que se vaya, antes de que pudiera acabar lo que decía la cogí del brazo y me la lleve a un lugar en el que no hubiese nadie. En cuanto estuvimos solos la solté y le mire directamente a los ojos.

— No puedes irte.

— No puedo seguir mintiendo.

— Si te vas mi madre preguntara por ti y no me dejará en paz.

— Ese es el problema; tu madre. No puedo, no quiero seguir mintiéndole.

— No te puedes ir.— me acerque a ella amenazadoramente y ella se alejo un paso hacia atrás quedándose atrapada entre la pared y yo.

— ¿No te sientes mal por engañar a tu madre?

— A ella le gustas.

— Pero lo nuestro no es real.

— Eso ya lo se.

— Solo me estas utilizando.

— Eso también lo se.— conteste secamente. Ella se sorprendía al oír como admitía yo mismo que la estaba utilizando, pero era la verdad. ¿Que quería que dijera?

Vas a enamorarte de miWhere stories live. Discover now