Capitulo 38

326 34 6
                                    

Cameron

Volví a despertarme a causa de la misma pesadilla, aquella en la que veía como moría Michael y como yo no era capaz de hacer nada para ayudarlo. Habían pasado años des de la ultima vez que había tenido estas pesadillas que lo único que hacían era castigarme.

El día que mi hermano murió no llore, pero aun así sentí como si una parte de mi desapareciera. Como si algo dentro de mi se muriera con él. Éramos gemelos, pude sentir como se iba o quizás fue lo que quise creer para no sentir que realmente lo había dejado ir sin hacer nada.

Des de ese día el simple echo de dormir se me hacia imposible. No podía dormir en la misma habitación en la que había dormido con mi hermano. Habían tantos recuerdo, habían tantas cosas en esa simple habitación que no me permitían permanecer en ella mas de cinco minutos...

Entonces, llego el día del entierro. Ese fue el momento en el que el Cameron de siete años se derrumbó. Llore como nunca antes lo había echo, intenté impedir que enterraran a mi hermano corrí hacia su ataúd y me aferre a el con todas mis fuerzas. Recuerdo que papá vino a mi para calmarme, también recuerdo los continuos sollozos de mamá al ver como uno de sus hijos lloraba desconsoladamente y como el otro idéntico a este estaba siendo enterrado.

— Toda va estar bien — me dijo mi padre. Esas palabras las repetía una y otra vez, pero creo que no eran para consolarme solo a mi. Se lo decía a si mismo. También él estaba derrumbado.

— Papá, Michael no puede irse — le decía yo mientras las lagrimas seguían brotando de mis ojos.

Esas fueron las ultimas palabras que mis padres me oyeron decir.

Después del entierro de mi hermano yo no hablaba con nadie, no podía hacerlo. Papá intentaba una y otra vez comunicarse conmigo, pero yo solo lo miraba sin mediar palabra. Mamá... mamá no pudo verme durante un tiempo. La entendí. Cuando ella me veía también veía a Michael. Yo tampoco podía verme a mi mismo. Llegué a un punto en el que odie ser el gemelo de mi hermano porque cuando me veía a un espejo no me veía a mi. Lo veía a él.

El tiempo pasaba y yo seguía sin hablar, en el colegia tampoco hablaba con nadie y eso a mis padres les preocupó bastante.

— Mutismo selectivo. — Eso fue lo que le digieron a mis padres.

Digieron que después de un tiempo podría desaparecer, que después de unas cuantas terapias mejoraría. También que quizás podrían verme hablar solo conmigo mismo, pero que eso no significaba que ya me hubiese recuperado. Habían casos en los que niños como yo no articulaban palabra en el colegio, pero al llegar a casa hablaban tranquilamente con sus padres. También supe que hubo un niño que durante el tiempo que tuvo mutismo selectivo solo hablaba con su perro. Pero yo no hacia ni eso, simplemente permanecía callado.

Estuve un tiempo yendo a terapia, pero no sirvió de nada. Yo seguía sin hablar.

— Cameron cariño, dime algo — me decía mamá una y otra vez. Pero yo no era capaz de responder.

Al final mis padres decidieron que lo mejor para la familia era mudarnos, que los recuerdos en esa casa eran dolorosas, y quizás uno de los motivos por el cual yo seguía sin hablar. Así fue como llegamos a parar a la casa en la que vivimos ahora.

— Estoy embarazada — me había dicho mi madre, pero no hacia falta que me lo digiera ya que el embarazo se le notaba y yo ya era consiente de ello. Quizás tenia miedo que reaccionará mal, que le reclamara de cómo era capaz de seguir adelante sin Michael. Y lo hice, mentalmente. Me enfade, pero no podía decírselo. No solo porque me pareciera malvado de mi parte reclamarle algo así, sino por el simple echo de que no podía hablar. — Lo supe un par de días antes de que Michael... — intento explicarme, pero no pudo. La mire sin decir nada y me fui a mi nueva habitación en la que solo había una cama. En la que me sentía solo, en una habitación totalmente nueva y en la que yo me sentía vacío.

Vas a enamorarte de miWhere stories live. Discover now