Vas a enamorarte de mi

Capitulo 9

Cameron 

Llegue a casa a las dos de la madrugada, había sido un día largo... Entre con mucho cuidado para no hacer ningún tipo de ruido, pero se me estaba haciendo difícil ja que llevaba a mi hermana en brazos. Cuando por fin estaba apunto de subir por las escaleras la luz se encendió de golpe y vi a mi madre en la parte alta de las escalera con los brazos cruzados, agache la cabeza y suspire. Ella me miraba con cara de querer matarme. Me sentí como si estuviera en una peli de adolescentes. Algo estupido, lo se.

— ¿ Sabes que hora es jovencito? — pregunto mi madre. Típica escena de película adolescente. — ¿Donde has estado hasta estas horas? ¿No tenias hoy una presentación? ¿Sabes cuantas veces han llamado tus amigos? Por dios Cameron, ¿vas contestar a alguna de mis preguntas?

— Lo haré cuando dejes de hacerme tantas.

— No me hables así.-dijo con voz autoritaria. Cuando se ponía así daba miedo, deje de pensar en la escena de película.

— Lo siento. Tuve una urgencia.

— ¿Cual era la urgencia? Tus amigos están muy enfadados contigo.— no paraba de preguntarme y de echarme la bronca. Yo por mi parte estaba luchando contra la gravedad, sentía que mis brazos se caerían en cualquier momento. —Mama, voy a dejar a Jazmín en su cama y luego hablamos. ¿Vale?

— Estoy muy enfadada.

Subí y fui a la habitación de Jazmín, la deje en su cama y ella abrió los ojos. Esta niña estaba despierta.

— Mamá va enfadarse mucho cuando sepa que tu urgencia fue Daniela y que me dejaste esperando por una hora.

— ¿Cuánto tiempo llevas despierta? — ella sonrió ampliamente. Un día de estos voy a matar a esta niña. La mire mal y me di la vuelta para salir de su habitación.

— Mamá va a enfadarse — canturreo.

— Calla.

— Solo estaba avisándote.

— Solo duerme.

— Buenas noches Cameron.—dijo antes de que saliera de la habitación.

— Buenas noches Jazmín.

— Suerte.

Suspire y comencé a bajar las escaleras. Odio que se metan en mis asuntos.

Esta tarde cuando estaba apunto de dirigirme a Niko's recibí una llamada de Daniela. Ella no solía llamarme, no des de hace mucho tiempo así que constaste rápidamente. En cuanto supe que había tenido un accidente sentí como un escalofrió me recorría por todo el cuerpo. Me olvide completamente de todo y me dirigí hacia el hospital. Esto no esta bien. ¿Por que seguir queriéndola si ella no sentía nada por mi? ¿Debo seguir luchando por ella? Sí, no puedo simplemente rendirme. Tal vez ella es la chica indicada.

— ¿Vas a decirme que es lo que ha pasado?—cuestiono mi madre nada más verme entrar en la sala.

— Tuve que ir a ayudar a alguien.

— ¿A quien?— pregunto. La mire cuestionándole si realmente me estaba haciendo aquella pregunta. Ella ya sabia de quien se trataba y sabia que esto no iba a llevar a nada. O tal vez a una discusión.— ¿A quien?

— A Daniela, mamá. A Daniela— siempre pasaba lo mismo con este tema. Al principio le daba ilusión saber que me gustaba alguien, pero ahora no parecía hacerle tanta gracia.

— ¿No puedes olvidarte de ella, cariño? — cambio el tono de su voz. Ya estábamos otra vez.

— Mamá ya hemos hablado de esto.—suspire resignado.