Capitulo 36

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Cameron 

Tener que limpiar mi clase cada día se estaba haciendo bastante pesado. No era solo mi clase sino que también debía empezar a hacer el trabajo.

Después de la pequeña discusión con Daniela ella no volvió hablarme, han pasado cuatro días y no se nada de ella. Lo se, son pocos días, pero no soporta la idea de pensar que esta enfadada conmigo. Siempre he odiado que se enfadara conmigo, des de que la conocí siempre quise que estuviera conmigo.

— ¿Hasta cuando vas a tener que quedarte a limpiar? — me pregunto Thomas mirándome des de la entrada de clase.

— Tengo que hacerlo por una semana entera.

— ¿Que pasa con las presentaciones?

— No podré ir.

— -Joder Cameron.

— ¿Que quieres que te diga Thomas? No me quedo porque me de la gana hacerlo ¿De acuerdo? Esto es una mierda.

— Okay, tranquilizate hermano.

— Joder. — maldecía. — Odio esto.

— Estos días estas de muy mal humor.

— ¿Tu no lo estarías?

— Bueno...

Thomas iba a seguir hablando pero fue interrumpido por el tono de mi móvil, estaban llamándome.

— ¿Que pasa mamá?-conteste después de ver la pantalla.

— Hoy llegare tarde.

— Vale.

— Tienes que ir a recoger a tu hermana.

— ¿Qué? Mamá tengo cosas que hacer.

— Has lo que te he dicho — ordeno y colgó, quitándome de esta manera mi oportunidad de replicar.

— Mejor te dejo. — dijo Thomas y se despidió con un ligero movimiento de cabeza y se fue.

Me senté en la silla que tenia mas cerca y resople. Odio mi vida.

Mire la hora, aun tenia dos horas para acabar de limpiar y luego ir a recoger a Jazmín. Pero, ¿por que tengo que hacerlo? Ya no es una niña.

— Odio mi vida. — susurre.

Después de acabar de limpiar salí corriendo, si no me daba prisa llegaría tarde y no estoy para soportar las rabietas de esa enana. Ya dentro del coche, lo puse en marcha y pise el acelerador. Cuando iba a girar para dirigirme a la salida del campus de la nada aparecía una chica corriendo. Frene lo más rápido que pude, la chica me miro asustada. Aun que había echo todo lo posible para detener el coche no pude evitar golpearla.

— Azul. — baje corriendo del coche y la vi en el suela. Estaba sentada. — Mierda, Azul. ¿Estas bien? — me agache a su lado y revise que no se hubiera echo daño.

— Estoy bien, estoy bien — dijo liberándose de mi agarre.

— ¿Te duele algo?

— Te he dicho que estoy bien. — contesto y se puso de pie. Intente retenerla, no quería que se pusiera de pie.

— Deberíamos ir al hospital.

— Estoy bien.

— Joder Azul te acabo de golpear con el coche. — le grite irritado. Estaba empezando a perder los nervios.

— No has llegado a tocarme.

— ¿Qué?

— Frenaste a tiempo, Cameron. Me caí por la impresión, no lo se... Estaba-estaba asustada.

Vas a enamorarte de miWhere stories live. Discover now