Capitulo 40

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Cameron

No se como, ni cuando fui a parar a ese bar de mala muerte en la que solo habían idiotas alcohólicos, pero lo peor de todo es que no paso mucho tiempo hasta que pase a formar parte de ellos. Comencé con una copa y luego con otra, y con otra hasta que los malos recuerdos desaparecieron.

— ¿Que haces solo?— dirigí mi mirada hacia la chica que me había preguntado aquello y sonreí.

— ¿Tu que crees?

— No lo se. Por eso te lo preguntaba.

— Eres una mujer curiosa.

— Bastante.— dijo acercándose a mi. Por un momento pensé en alejarla de mi, en mandarle a la mierda. Pero luego las imágenes de Daniela besando a ese idiota me vinieron a la mente.

— ¿Nos vamos a un lugar más tranquilo?— le propuse y ella sonrió coqueta. Me levante y la cogí de la mano. Pero, cuando ya estábamos cerca de la salida tres chicos se nos pusieron delante.

— ¿Se puede saber que coño haces con mi novia?— me dijo el rubio teñido del centro.

— ¿Es tu novia?—pregunte burlón.— Creo que olvido eso al verme.

— Suéltala, cabron.— me ordeno, pero hice todo lo contrario. La sostuve con más fuerza y la mire.— Sois todas igual de zorras.— le dije y sonreí. Ella me miro enfada y se soltó de mi agarre. Para cuando quise darme cuenta ya tenia al bestia de su novio encima. Al principio quede desorientado ante su primer puñetazo. Me incorpore y sonreí, necesito descargar mi rabia. Lo golpee de la misma manera que en la que él lo había echo. ¿Lo malo del asunto? Que los cobrones como él tienen perros como sus amigo que se meten donde no los llaman. No se en que momento pasó, pero tenia a dos de los suyos sujetándome mientras el novio de la zorra se acercaba a mi amenazante.

— ¿Has llamado zorra a mi novia, gilipollas?— me pregunto invadiendo mi espacio personal. Sonreí y lo mire divertido.

— ¿Sigue siendo tu novia? Por si no te has dado cuenta iba a ponerte los cuernos conmigo.— le informe y él me miro con odio. Como respuesta de parte suya recibí otro puñetazo en la cara. Note el sabor de la sangre en mis labios. Lo escupí y mire burlón a ese idiota.

— Deberías darme las gracias. Ahora sabes que tu "novia" es capaz de engañarte con cualquiera. — esta vez me dio un puñetazo en el estomago. Intente zafarme del agarre de sus matones, pero supe que me sería imposible. — ¿Me tienes tanto miedo que necesitas ayuda de tus amigos?

— Soltadlo.—ordeno el idiota mirándome con odio. En el momento en que sus matones me soltaron le di dos puñetazos. El pobre quedo totalmente aturdido, ya que no se lo esperaba.

— Si yo fuera tú terminaría con ella.— me arregle la camiseta y me dirigí hacia la puerta de salida.

Ya fuera el aire frío me nubló la vista. Esto de estar borracho no es un buen asunto. Me dirigí a mi coche y me subí.

"Si bebes, no conduzcas"

Esa frase vino a mi mente mientras ponía en marcha el coche. Me detuve, pero no pensaba dejar mi coche, y en estos momento no estoy en un buen estado como para pensar en lo peligroso que podría llegar a ser. Sonreí y encendí el motor otra vez.

— Vamos a ver que pasa.— me dije a mi mismo.

No recuerdo como fue, pero para cuando detuve el coche me encontraba delante de la casa de Azul. Mire durante un momento su casa, pero entonces recibí una llamada.

— ¿Cameron, dime ahora mismo donde estas?— me pregunto mi madre des de el otro lado del teléfono.

— Shh.

Vas a enamorarte de miWhere stories live. Discover now