Capitulo 4

412 32 0
                                    

Azul


Aun me sentía confundida, no podía ser cierto. El viernes iban a tocar en la sala de actos... Ellos...

Caminaba a toda prisa por los pasillos de la sección de música clásica para encontrar a mi tutora Diana. Ellos, ellos no podían tocar el viernes. Nosotros habíamos reservado la sala de actos para ese día. Necesitábamos la sala de actos.

— Adelante — contestó Diana como respuesta a mis golpecitos en su puerta.— Oh! Azul, dime qué es lo que pasa.

— Hola. Sí... ehm,— estoy tan enfada que no puedo ni hablar. Vamos Azul, tranquilízate y di todo lo que tengas que decir. — Bueno, ¿se acuerda que las chicas y yo le habíamos pedido la sala de actos para poder hacer un pequeño concierto y así poder obtener dinero para ayudar a la Señora Lucia?

Ella asintió con la cabeza ,pero me pareció ver que en realidad no le importaba nada el asunto de Lucia ya que siguió mirando los papeles que tenía en la mano.

Lucia es, bueno era, la cocinera del campus. Ahora mismo esta muy enferma y necesita dinero para su tratamiento así que habíamos decidido recaudar un poco de dinero para ayudarla, ya que ella no puede pagárselo todo.

— Pero hay unos carteles por toda la universidad anunciando una presentación el día de nuestra reserva.

— Sí, lo sé Azul. Pero, recuerda que te dije que podríais tocar si ese día la sala de actos se encontraba vacía. Lo siento, de verdad, pero no puedo suspender lo que otro profesor ha programado.

Ahora estaba más enfadada aún, no lo podía entender. ¡Lucia se estaba muriendo!

— Buscad otro sitio donde podáis tocar.— me dijo. Me disponía a irme sin decir nada, al fin y al cabo tenia razón. ¿ A demás que argumentos podrían hacer cambiar de parecer a un profesor? Nos habían dicho que nos dejarían tocar siempre y cuando la sala estuviera libre, pero al parecer no lo estaría.

— Espera.— dijo mientras me dirigía a la puerta, me giré para mirarla y vi que buscaba algo en un cajón. — No quiero que pienses que Lucia no me importa en absoluto...Oh! Aquí está. Toma. Es mi donación. Quiero que me digas como va todo. ¿De acuerdo?

Cogí el sobre, no hacia falta adivinar lo que era, y le dedique una pequeña sonrisa. No sabia si enfadarme y tirárselo a la cara o aguantarme, porque era dinero que Lucia realmente necesitaba. Decidí hacer lo segundo y salí de su despacho. Ya afuera suspire.

Vale. Realmente ella no tenían la culpa, pero por qué nunca nada me sale bien. ¿Que se supone que haremos ahora? ¿Qué le digo a Lucia?

— ¿Qué te ha dicho?— me preguntaron mis amigas al verme entrar en clase.

— Lo que suponíamos. No podremos tocar.— suspire y repose mi cabeza en la mesa.

— Joder —se quejo Lina.

—Yo... yo tengo una idea—dijo Sofía algo tímida. Levante mi vista para mirarla.

— ¿Qué es? —pregunto Angi leyéndome la mente.

— Bueno chicas, seamos realistas. Si hubiésemos echo un concierto nosotras solas no habríamos conseguido mucho dinero. ¿Que adolescente vendría a ver una presentación de música clasica?

— Nosotros.— respondi.

— Nosotras tocamos, y de nuestro campus solo vendría algunos cuantos. Estaría más ocupados en sus practicas.

— Vale sí. Tienes razón, pero dinos cuál es el punto.— habló Lina.

— Bueno pues...— volvió a su faceta tímida —estaba pensando que tal vez si tocara BlueBand vendría más gente...Claro nosotras también tocaríamos.

Vas a enamorarte de miDonde viven las historias. Descúbrelo ahora