― ¡Greninja, Shuriken de agua! ―ordenó al azabache para así comenzar con la batalla.
La estrella de agua azulada brilló bajo el sol, mientras surcaba una trayectoria curva hacia su objetivo.
― ¡Tyrantrum, esquiva y usa Cola Dragón! ―gritó Bonnie, quien se empezaba a emocionar.
El Pokémon dinosaurio logró esquivar el ataque con algo de dificultad. Entonces, Ash pensó que aquel Tyrantrum era bastante rápido, a pesar de su porte y peso. La rubia sonrió confiada, mientras observaba a su compañero con una sonrisa de admiración hacia él. Después de todo, él había sido el primer Pokémon que había atrapado con la ayuda de Dedenne y sus palabras amables. En síntesis, una captura por amistad.
―Bonnie, tu Pokémon me tiene gratamente sorprendido ―dijo Ash―. Se nota que lo has entrenado muy bien.
―Gracias Ash ―respondió la chica―. Esto es muestra de todo lo que aprendí cuando viajé contigo y mi propio viaje, por supuesto. Trato de hacer lo mejor que puedo. Greninja está muy bien también. Esa Shuriken de Agua es más poderosa de lo que recuerdo.
―Es cierto.
― ¡Muy bien querido, usa ‹Doragon Cro›!
― ¡Doble Equipo, Greninja!
A la velocidad de un rayo, Greninja se multiplicó, dejando una copia suya en diferentes lugares. Esto produjo que Tyrantrum frenara su ataque en seco. Acto seguido, se dedicó a ver las copias de su contrincante, tratando de adivinar cuál era el real. Aquello lo confundió.
― ¡Tyrantrum, córtalos a todos hasta dar con el real! ―gritó Bonnie, mientras observaba el campo. Sabía que Greninja podía aparecer desde cualquier parte.
El Pokémon dinosaurio hizo caso, por lo que comenzó a cortar cada copia hasta dejar el campo vacío: Greninja no estaba por ninguna parte. Fue entonces cuando una sombra se posó en la cabeza de la rubia, haciendo que esta observara hacia arriba.
― ¡Greninja, usa Pulso de Agua!
El Pokémon lanzó el ataque desde arriba y este dio de lleno en la cabeza de su contrincante. Este, al ser de tipo roca, se vio ligeramente debilitado, ya que trastabilló en un intento de mantener el equilibrio. Después de algunos segundos, logró mantenerse en pie.
―Creo que el siguiente ataque lo decide todo ―susurró la rubia al dirigir su vista hacia Mairin que veía atentamente su reloj de pulsera―. ¡Tyrantrum, Giga Impacto y acaba con esto!
― ¿Así que irás enserio, Bonnie? ―preguntó Ash, mientras sonreía―. ¡Greninja, usa Shuriken de Agua, al máximo!
Los ataques salieron casi al mismo tiempo. En el laboratorio, el tiempo pareció detenerse al igual que la respiración de sus entrenadores. Fueron cinco segundos que parecieron eternos. Bonnie brincó de la emoción, mientras se abrazaba a sí misma, mientras que Ash sentía la adrenalina correr por sus venas. No sabía que las batallas se podían disfrutar de esa forma. Últimamente, en la escuela, no se permitía esos lujos por estar al pendiente de sus alumnos. Tal vez, cuando volviera, le pediría al Director Oak que le diera esa clase.
Entonces los ataques impactaron de lleno. Una gran nube de polvo y vapor se formó en el campo, envolviéndolo todo a su paso. Minutos más tarde, esta se disipó, dejando ver a dos Pokémon jadeantes, en el piso. Con ello, la batalla se dio por concluida.
― ¡Greninja, te has vuelto muy fuerte! ―gritó Ash, mientras corría hacia su Pokémon y lo felicitaba con un abrazo. Este le sonrió feliz. Habían estado tan sincronizados que parecía como si jamás hubiesen estado separados por tantos años.
―Buen trabajo Tyrantrum ―dijo la rubia, mientras acariciaba el cuello de su amigo―. Te mereces un buen descanso.
― ¡Mis Flores! ―se escuchó gritar a Mairin a lo lejos.
― ¡El laboratorio! ―ahora fue el turno de Alain― ¡El profesor me va a matar!
Ash y Bonnie no sabían de qué hablaban los otros dos hasta que la nube de polvo se disipó por completo, dejando ver el desastre. Lo que hasta hace unos minutos atrás había sido un pequeño jardín, ahora era nada más que plantas arrancadas y en mal estado, acompañadas con el ventanal roto del laboratorio. Tanto el azabache como la rubia sudaron frío al ver el daño provocado y comenzaron a limpiar todo, antes de que los otros dos se molestaran más de lo que ya estaban.
Una vez terminada la limpieza y la promesa de Ash de reparar todo después de la pelea con Kalm, Alain se contactó con el laboratorio del Profesor Oak en Pueblo Paleta para que trasfiriera los Pokémon que Ash solicitaría.
― ¿Gary? ―preguntó Ash un tanto extrañado.
―Hola Ashy – boy ―saludó el castaño, empleando aquel seudónimo con el que bautizó a su amigo en los tiempos que comenzaron a viajar por Kanto―, ha pasado mucho tiempo ¿No?
―Sí, demasiado diría yo. ¿Y cómo has estado?
―De maravilla. Ahora estoy reemplazando a mi abuelo. Él ahora está en Alola.
―Eso está muy bien. Se merece descansar. Llamaba para que me trasfirieras algunos Pokémon, por favor.
Gary y Ash platicaron durante algunos minutos. El castaño sabía del matrimonio de Serena, pero se auto eliminó de la lista de invitados después de las publicaciones en contra de su amigo. El azabache le contó lo que sucedería en los próximos días y la especie de hermandad en contra del actual Campeón. Gary, simplemente, se limitó a reír y le prometió que lo apoyaría el día de la batalla.
― ¿Qué clase de Pokémon le pediste a tu amigo? ―preguntó Mairin, más que emocionada.
―Me costó mucho decidir, pero creo que ellos me ayudarán mucho ―dijo Ash, mientras tomaba una de las pokebolas enviadas por Gary y la apretaba con fuerza―. Hace tiempo que no decía esto y, la verdad, es que me siento muy emocionado ―susurró, mientras suspiraba―. ¡Charizard, yo te elijo!
De la pokebola salió el Pokémon anaranjado que rugía fuertemente. Esto hizo que los presentes se sorprendieran, en especial Alain. Al parecer, Ash escondía bastantes secretos y aquel magnifico Pokémon era una prueba de eso. Charizard aterrizó en medio de todos, mientras sonreía de lado al saludar a un muy entusiasmado Pikachu, que había dejado de invernar.
― ¡Charizard, qué alegría vert...! ―dijo Ash, antes de quedar chamuscado por un potente lanzallamas de su amigo.
― ¡Ash! ¿Estás bien? ―exclamó Bonnie un tanto asustada. Los demás estaban demasiado sorprendidos.
―Tranquila. Esta es la forma en la que Charizard saluda.
En los minutos siguientes, Charizard fue alabado y acariciado por todos. Aquello, simplemente, elevó su ego hasta las nubes. Estaba satisfecho de la atención que estaba recibiendo, hasta que sus ojos se encontraron con los de otro Charizard. Se miraron fijamente hasta encontrarse en el medio del campo improvisado. Se miraban con disgusto y con claras muestras de arreglar eso con una feroz batalla.
―Esto es malo ―dijo Ash, recordando una anécdota parecida en la que su Pokémon se vio involucrado con el Dragonite de una ex amiga―. ¡Hay que detenerlos!
― ¡Charizard, basta ya! ―le ordenó Alain a su amigo, mientras lo tomaba del brazo.
Los llamados de sus respectivos entrenadores eran olímpicamente ignorados por sus Pokémon. Estos seguían con su potente batalla de miradas hasta que, de la nada, ambos retrocedieron un paso, dando muestras claras de realizar un ataque. Todos allí pensaron en una nueva explosión hasta que vieron como ambos Pokémon tipo fuego se abrazaban amistosamente.
―No entiendo ―dijo Bonnie, observando la escena.
―Yo tampoco ―habló Mairin con la boca abierta.
― ¿Se están abrazando? ―preguntaron Ash y Alain al unísono.
―Ellos son compañeros de especie ―interrumpió Puni – chan que saltó al hombro de la rubia―. Por ahora, no existe rivalidad entre ellos, porque los corazones de sus entrenadores piensan en un mismo objetivo, y ellos sienten eso.
Ambos pelinegros observaron atentamente a sus Pokémon, mientras estos deshacían el abrazo para devolver la mirada: Esta era de total confianza. Ash observó a Alain atentamente y este pareció leer su mente, ya que rápidamente, se dirigió a un extremo del campo. Aquella nueva amistad entre sus Pokémon la arreglarían con una batalla.
―Esto se pondrá muy bueno ―rio Mairin, mientras aplicaba algo de poción a los Pokémon que recientemente habían peleado.
Las reglas para su batalla fueron las mismas, pero esta vez, Alain sería quien guiaría aquello al señalar las debilidades y fortalezas del campeón. Solo esperaba que Ash comprendiera todo al instante, porque él no era muy conocido por tener una gran paciencia.
― ¡Charizard, empecemos con Llamarada! ―ordenó el azabache.
Charizard acató la orden y atacó con todas sus fuerzas, pero se sorprendió al ver que su objetivo se había movido rápidamente a su espalda. ¿Cómo había sucedido aquello? ¿Acaso ese Charizard era tan fuerte?
―Kalm suele ser extremadamente rápido en espacios abiertos ―dijo Alain―. Tu Charizard se está moviendo muy lento y si eso sucede en la batalla, perderás.
Aquello se grabó a fuego en la memoria de Ash, que acató aquello, mientras Charizard bufaba molesto. No iba a permitir que le dijeran lento.
― ¡Amigo, una vez más: Lanzallamas!
Esta vez, Charizard si se movió rápido y su ataque impactó sobre su adversario, pero este salió imponente desde el humo, sin alguna muestra clara de daño. Alain, con los años se había vuelto extremadamente fuerte. Después de todo, era un flamante entrenador perteneciente a la Élite.
―Kalm suele utilizar el campo a su favor. Así que no te extrañes si el campo cambia constantemente ―dijo el pelinegro y agregó―: ¡Amigo, usa Doragon Cro y luego escóndete!
El Charizard de Alain hizo gala de su ataque más famoso, impactándolo contra su rival. Este se tambaleó en el aire por algunos segundos hasta recobrar su postura. Entonces observó hacia todas partes, viendo que el otro Pokémon ya no estaba.
―El campo perteneciente al bosque frondoso es su especialidad. Hay que buscar alguna forma de que aquello esté a tu favor ¿Comprendes?
―Entiendo.
Las horas pasaron. Incluso, se saltaron el almuerzo para entrenar y ver las diferentes combinaciones que podían hacer. Finalmente, en la tarde, los cuatro entrenadores y sus Pokémon se sentaron a comer en la oficina y ver qué tanto había avanzado el entrenamiento especial.
―Oye Ash, ¿Por qué no formaste el vínculo con Greninja? ―preguntó Bonnie.
―No lo sé. Tal vez me hace falta estar más tiempo con él ―respondió pensativo―. Lo que me preocupa ahora es que si aquello llega a suceder durante la batalla y mi cuerpo no llega a resistir el esfuerzo. Hay que admitir que no tengo la misma capacidad física de hace años.
―Eso se arregla muy fácil ―dijo Alain, bebiendo de su jugo de naranja―. Mañana a las 6 de la mañana en punto ¿De acuerdo?
― ¿Saldremos a correr tan temprano?
―Es eso o dejar de comer chatarra ―sonrió divertido el pelinegro.
― ¡Correr! ―exclamó Ash, provocando las risas en los demás.
―En la página web de la Comisión de Entrenadores encontrarás todas las batallas de Kalm, incluidas las que perdió ―dijo Bonnie y agregó―: Eso puede ayudarte a conocer su equipo Pokémon y empezar a idear una estrategia.
―Llegando a casa haré eso.
Cuando cayó la noche, Ash y Bonnie se separaron en el jardín para que así, cada uno, tomara un rumbo diferente. Charizard y sus demás Pokémon se quedaron en el laboratorio para descansar y continuar con el entrenamiento al día siguiente. El azabache había entendido perfectamente cada palabra de Alain y esperaba que aquello siguiera en su memoria cuando la situación lo ameritara. Entonces, sus ojos, sin querer se desviaron a la ventana de la habitación de Serena. ¿Qué estaría haciendo ella en esos momentos? Tal vez ya estaría profundamente dormida.
―Definitivamente, esto es una locura ―se dijo Ash, antes de golpearse las mejillas y tomar la rosa abotonada más hermosa que vio. Acto seguido, la mordió con sus dientes y escaló la pared hasta llagar a la ventana que, para su suerte, se encontraba abierta.
Con el mayor sigilo del mundo, entró a la habitación que estaba en completa penumbra. Con la luz de su celular buscó a la chica, hasta encontrarla tendida en su cama, profundamente dormida. Tenía los ojos hinchados y lágrimas secas en sus mejillas. Aquello lo hizo enojar, pero se calmó al comprender su situación. Entonces, se acercó hasta la cama y depositó la rosa en la mesita de noche.
―Buenas noche, Serena ―susurró el azabache, antes de depositar un suave beso en la frente de la chica.
Sin querer, aquello le recordó cómo todas las noches él hacía el mismo gesto y observar cómo la peli miel se dormía en su regazo.
Esperaba que con el beso, ambos pudieran dormir más cómodos y alegres.
Al día siguiente, Ash y Alain llegaron al laboratorio a las 8 de la mañana. El pelinegro corría perfectamente, sin muestras claras de cansancio, mientras Ash parecía morir con cada paso que daba. Como lo habían acordado, se reunieron a las 6 de la mañana, pero a medida que los minutos avanzaban, la comida chatarra consumida por el chico comenzaba a pesarle. En el laboratorio ya estaba Bonnie, que sonreía y platicaba con dos personas más, dos personas que el azabache conocía más que bien y que extrañaba mucho.
―Creo que el Cuartel Anti – Kalm tiene nuevos miembros ―dijo Mairin, sonriente.
Ash se acercó a sus amigos y los abrazó con cariño y desesperación. Todos sonreían felices al igual que los Pokémon. Incluso, Puni – chan se presentaría en unos minutos más al ver que los nuevos miembros del cuartel tenían sentimientos tan puros como los demás. Al azabache le agradaba tener a sus verdaderos amigos con él.
― ¡Kiawe, Mallow, bienvenidos! ―exclamó Ash, más que feliz.
Y con eso, el segundo día de "Entrenamiento Especial" daba inicio.
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Hola a todos. Aquí les dejo el capítulo 13. El entrenamiento especial comenzó y con ello, la estrategia que Ash empleará en su batalla. Pienso que el entrenamiento y el reencuentro de Ash, sus Pokémon y amigos es importante. Por esa razón la batalla no comenzó aquí, espero que lo entiendan.
Si les gustó el capítulo, no olviden votar, comentar y recomendar el fic con sus amigos. También aprovecho de invitarlos a leer mis otros fic's de Pokémon OPEN ARMS y BAJO MI LENTE. La semana pasada no hubieron capítulos nuevos, ya que estuve con algo de tendinitis en el brazo derecho (Apenas y pude publicar el jueves), pero ya volví y me pondré al día.
También quiero agregar algo importante: Yo no le tengo mala al personaje de Kalm. Algunos podrán pensar que si por como se ha dado el fic, pero no es así. Simplemente, no es de mis favoritos y ya. Además, a él, en este fic, le tocó ser el malo así como a Korrina y a Anabel. Al escribir, la imaginación vuela. Con esto, no quiero decir que me vaya a medir con mis fic's, al contrario, seguiré haciendo volar mi imaginación, porque esta no tiene límites. Espero que también lo entiendan.
Nos leemos en el siguiente capítulo.
Sayonara :D